Ť Han sido saqueadas casas y oficinas de líderes opositores haitianos, acusa

La intentona golpista, "un contragolpe" de Aristide, denuncia Gerard Pierre Charles

Ť El presidente quiso golpear a las fuerzas democráticas, dice el líder opositor desde Miami

BLANCHE PETRICH

La intentona golpista en Haití durante la madrugada del 17 de diciembre fue en realidad "un autogolpe" del presidente Jean Bertrand Aristide, denunció desde Miami el líder de la opositora Coalición Democrática, Gerard Pierre Charles.

Presionado por la comunidad internacional y por la creciente disidencia interna, el mandatario pretendió "tender una cortina de humo para poder golpear a las fuerzas democráticas y dirimir sus divergencias con grupos policiacos", indicó Pierre Charles.

Explicó que en las horas posteriores a la irrupción violenta de policías en el Palacio Nacional, en una serie de operativos aparentemente sincronizados, fueron atacadas y saqueadas casas y oficinas de las principales cabezas de la oposición.

La familia Pierre Charles fue agredida con particular saña. Su casa en Petion Ville fue saqueada e incendiada y el Cresfade, un centro de investigación, análisis y reflexión que dirige su esposa Susy Castor y que funciona desde hace 15 años, también fue destruido, lo mismo que la sede del partido Organización del Pueblo en Lucha y las oficinas de la Coalición Democrática.

En el interior del país también hubo ataques. En Gonaive, segunda ciudad en im-portancia, fueron incendiadas las casas del dirigente regional de la Coalición Democrática, Víctor Benoit, y del pastor protestante Luc Mesadieu, líder de Mocrena.

Otras sedes de la oposición política fueron incendiadas por grupos vandálicos en Petit Goave y Cabo Haitiano.

Pierre Charles ubica el 3 de diciembre como el arranque de la ofensiva de Aristide, con el asesinato del periodista Brignol Lindor, una de las pocas voces de la radio que disentían del estricto control que ejerce la presidencia en la programación de los me-dios electrónicos.

A partir de ese momento, afirma, las ra-dioemisoras aristidistas redoblaron sus ataques contra los dirigentes e integrantes de la Coalición Democrática.

Explica que a pesar de que Aristide cuenta, al amparo del fraude electoral de mayo de 2000, con 100 por ciento del Poder Le-gislativo, en los últimos meses ha sido acorralado por una mayor articulación de todas las fuerzas opositoras y su enorme desgaste frente a la comunidad internacional.

En particular, señala, el aristidismo perdió credibilidad y terreno ante la Organización de Estados Americanos (OEA), que en el 2000 reaccionó de manera muy complaciente ante las evidencias de las irregularidades en las elecciones.

En particular a raíz de la asamblea realizada en octubre en Costa Rica, el secretario general del organismo panamericano, César Gaviria, y el embajador estadunidense, Lui-gi Ennaudi, accedieron a instalar una mesa de negociación con otras fuerzas.

En ese proceso, en el que participan re-presentantes del gobierno de Puerto Príncipe y del partido oficial, Fami Lavalás; de Convergencia Democrática, organizaciones sociales, las iglesias haitianas y la OEA, se resolvió la disolución del Consejo Electoral y la formación de otra instancia, ciudadanizada y con mecanismos de observación.

Se logró, asimismo, un compromiso gu-bernamental para la convocatoria anticipada de elecciones.

Aristide, sin embargo, se negó a acatar el acuerdo y "desde entonces -señaló- dejaron de fluir los fondos internacionales. Y aunque el gobierno tiene férreo control en el Parlamento, depende en 60 por ciento de los recursos foráneos para su operación".

La asonada fantasma

Pierre Charles comenta que durante el último año y medio Aristide "ha ido acostumbrando a la población a situaciones raras e inexplicables", como la del presunto golpe de la madrugada del día 17.

Un episodio similar, nunca aclarado, se produjo el 28 de julio, cuando se habló de un golpe de Estado que nunca se acreditó. Unas semanas antes de este lunes las radioemisoras aristidistas empezaron a mencionar con insistencia planes de un "golpe de fuerza" de los críticos del gobierno.

Según la información oficialista, fueron cerca de 80 los policías golpistas, dirigidos por el oficial Guy Philipe, sin embargo los conspiradores, supuestamente detenidos, no han sido presentados a la prensa.

Philipe, cabeza de una joven generación de militares que fueron entrenados en Chi-le, apareció en Santo Domingo declarándose ajeno a la revuelta.

Explica Charles que el origen de la intentona golpista podría ser la discrepancia de Aristide con el núcleo de comisarios de la nueva policía.

Este grupo compacto se integró con una generación de jóvenes cadetes que a principios de los años 90 fue a Chile a recibir en-trenamiento, pero cuando regresaron a Hai-tí el ejército ya había sido disuelto.

Rápidamente ascendieron hasta cooptar la mayor parte de las comisarías de policía. Desde esa posición se involucraron en di-versos negocios ilícitos, y no se descarta incluso el narcotráfico.

En las elecciones del 2000 Aristide pactó con los comisarios el control de los comicios, e inclusive el recuento de los votos -puesto en duda por la oposición- se llevó a cabo dentro de las comisarías.

En esos momentos los observadores internacionales desestimaron las denuncias de la opositora Convergencia Democrática sobre la complicidad de la policía en el fraude electoral, pero en junio de este año, a raíz de discrepancias entre el grupo de comisarios y el círculo cercano a Aristide, los seguidores de Guy Philipe revelaron las maniobras fraudulentas del actual presidente en los comicios del año anterior.

En su análisis, Pierre Charles dice que en año y medio de trabajo político, Convergencia Democrática -que agrupa, además de su partido, a OPL, Espacio Concertación (una coalición de pequeños grupos socialdemócratas), Mocrena, una unión de iglesias protestantes progresistas y diversas or-ganizaciones campesinas- ha ganado terreno frente a la sociedad haitiana y se ha convertido en interlocutor indispensable para la comunidad internacional.

"Aristide ha ido perdiendo credibilidad ante Francia, Alemania y España, que forman un contrapeso a Estados Unidos, a la vez que Convergencia se ha convertido en un interlocutor necesario. Cuando Gaviria, Enaudi, Amnistía Internacional o cualquier otro representante vienen a Puerto Príncipe, siempre consultan con nosotros", afirma el dirigente haitiano

Estas rupturas han creado un vacío en torno a Aristide, sumido en una nueva crisis de gobierno, ante lo cual el presidente contratacó con este autogolpe de Estado, concluye Pierre Charles.

Gerard Pierre Charles asegura que él y su familia no volverán al exilio porque "durante la dictadura pasamos 15 años en la diáspora, y eso fue más que suficiente. Ahora sólo espero que bajen las aguas sucias del Lavalás para volver".