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Ť Nadie sabe quién dio la orden de reprimir a los manifestantes
Confirmado: la policía sí disparó sus armas reglamentarias el día de los saqueos en Argentina
Ť Hay indicios de que provocadores habrían instigado los robos, sostiene la juez Servini
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 26 de diciembre. La juez federal María Servini de Cubría, quien investiga la posible existencia de un plan para matar a quienes protestaban en Plaza de Mayo el 20 de diciembre contra el estado de sitio y el colapso económico en Argentina, confirmó hoy que "los orificios que hay en los cuerpos de todos los muertos y heridos de ese día corresponden a balas de 9 y 10 milímetros", pese a que la policía asegura que sólo usó balas de goma.
Además, las víctimas ingresaron en los hospitales en el mismo periodo, entre las cuatro y cinco de la tarde, lo que indicaría que la policía federal disparó sus armas reglamentarias al mismo tiempo, obedeciendo a una orden que nadie sabe desde dónde salió.
Servini de Cubría, quien se presentó el pasado jueves en la Plaza de Mayo para ordenar que se suspendiera la represión, mencionó "un clima raro aquella noche, donde algunos datos indicaban que la policía iba a permitir que se robara y que se saquearan incluso casas y departamentos en Buenos Aires para llevar a la anarquía".
Esto confirmaría la trama oscura que ha salido a la luz, según la cual muchos provocadores habrían sido enviados a barrios pobres para instigar los saqueos, aprovechando la angustiosa crisis por la que atraviesan los argentinos.
En el proceso abierto por la juez son investigados el ex presidente Fernando de la Rúa; el ministro del Interior, Ramón Mestre, y el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, quien dio la sorpresa del día al acusar al ex mandatario -quien era su amigo- de haberse "amparado" en el estado de sitio.
Servini de Cubría precisó que se habían enviado oficios a la policía federal, al Ministerio del Interior y a otras dependencias para investigar quién dio la orden de reprimir la manifestación espontánea de la clase media que desafió pacíficamente el estado de sitio, y a quién se le ocurrió llevar a la policía montada, que embistió incluso a las Madres de Plaza de Mayo.
Nadie sabe ahora quién dio la orden, pero algunos señalan que esto fue parte de una acción interna policial, como sucedió en marzo de 2000, cuando se reprimió a trabajadores que realizaban una sentada contra la ley de flexibilización laboral.
Habrá que determinar quienés se montaron en la desesperación social para lograr sus ambiciones, cuando ya De la Rúa no tenía más salida que la renuncia, y quiénes manejaron a verdaderos "escuadrones" de civiles que se comunicaban con la policía o se infiltraban entre los manifestantes para elegir el blanco. Y también se investigan las torturas a los detenidos.
Los familiares de las víctimas piden justicia y continúan brindando testimonio. Una mujer que se manifestaba pacíficamente en pleno centro porteño vio cómo un policía apuntaba en su dirección y disparó en la espalda a su esposo, quien murió.
Por otro lado, todos continúan a la expectativa. Monseñor Osvaldo Musto, ex vicepresidente de Cáritas de Buenos Aires, advirtió que "no pueden traicionarse" las expectativas de la población y que los políticos ya tienen que actuar con transparencia, pues "de lo contrario aumentarán la desesperanza y los estallidos".
El obispo, que hoy se reunió con el ministro del Interior, Rodolfo Gabriell, reconoció que el gobierno transitorio afronta un momento muy difícil y que la gente debe esperar, porque no se puede estabilizar en horas una situación de años y no se puede "hacer magia".
En breve entrevista con este periódico, el jerarca católico consideró además que "era ya el momento de decidir el cese de pago de la deuda (132 mil millones, pero con pagos de 20 mil millones de dólares anuales por concepto de servicios y amortizaciones), porque nos estábamos ahogando".
El prelado dijo también estar de acuerdo en que se hayan sacado de la manos de los políticos los llamados "planes trabajar", un subsidio para jefes de familia desempleados, para evitar el clientelismo, que era ya una norma en el país.
Y, por otro lado, lamentó "las apetencias" de muchos políticos, coincidiendo así con otros llamados desde la Iglesia católica para que se modere la lucha por el poder. Como dicen aquí para dar la imagen de esta ambición desesperada: todos quieren timonear el Titanic cuando ya ha chocado con el iceberg, sin advertir lo que les caerá en las manos.
Un ejemplo: el ex presidente Carlos Menem y sus asociados ya lanzaron una campaña contra el gobierno provisorio. Desde Chile, el peronista que aplicó la más salvaje política de privatizaciones y de apertura neoliberal atiza los fuegos advirtiendo que no se puede crear una nueva moneda y apostando por la dolarización, lo que provoca mayor incertidumbre en un país ya colapsado. Mientras, otros se aprovechan, como los especuladores que han escondido medicinas para poder sobrefacturarlas, como ya han reconocido las propias autoridades sanitarias.
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