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Ť El líder de Al Qaeda reitera sus acusaciones contra la "doble moral" de Washington
Al Jazzera difunde nuevo video de Bin Laden
Ť Inminente, el nuevo ataque de las fuerzas especiales estadunidenses en Tora Bora
REUTERS, DPA Y AFP
Doha, 26 de diciembre. El líder islámico saudita Osama bin Laden acusó a Occidente de "odiar" al Islam y dio a entender que los atentados del 11 de septiembre estuvieron orientados a detener el respaldo estadunidense a Israel, de acuerdo con un nuevo video difundido hoy por la televisora árabe Al Jazzera.
El caset de 33 minutos del que sólo se difundieron cinco, provino de Pakistán y habría sido grabado hace dos semanas, según el propio multimillonario más buscado por Washington. La transmisión de este material, según analistas, proyecta una nueva sombra de misterio sobre su presunta muerte en Tora Bora bajo los bombardeos estadunidenses de las semanas recientes.
Para la Casa Blanca, la difusión del nuevo video no es sino "propaganda terrorista", y más de lo que "ya hemos oído", según el vocero Scott McClellan, quien acompañaba al presidente George W. Bush en sus vacaciones en uno de sus ranchos en Crawford, Texas.
El Pentágono dijo no tener nada que decir al respecto. "No sé si es real, si es nuevo o viejo", indicó el portavoz Richard McGraw. Y a la pregunta de si le sorprendía este video, respondió: "Nada que haga Osama bin Laden me sorprende".
El líder islámico reiteró sus acusaciones contra Washington, en el sentido de manejarse con una "doble moral" al lanzar sus bombardeos incesantemente y en forma indiscriminada sobre pueblos enteros, y porque acusa a quienes los atacan de terroristas y de usar armas de destrucción masiva, cuando los estadunidenses han lanzado en Afganistán bombas mortíferas de casi siete toneladas sin remordimiento alguno.
Balance del multimillonario saudita
Destacó que emitía este video, en el que se le ve cansado y con su típico uniforme militar, para hacer un balance después de tres meses de los "loables" ataques contra Nueva York y Washington, y a dos meses de que Estados Unidos comenzó los bombardeos sobre Afganistán, y que ha puesto de manifiesto "los verdaderos crímenes de quienes se dicen humanistas y pretenden defender las libertades".
"Los que vivieron los últimos meses bajo los bombardeos estadunidenses incesantes lo saben. ƑCuántos pueblos fueron diezmados y cuántos millones de personas fueron dispersadas en el frío glacial?" Se trata, subrayó, de hombres, mujeres y niños que fueron desplazados hacia tiendas de campaña en Pakistán, atacados bajo una "simple sospecha".
En otro de los fragmentos refirió el uso de las poderosas bombas Daisy Cutter (Podadoras de margaritas), de 6 mil 800 kilogramos, lanzadas sobre Tora Bora. "Bastan siete gramos de explosivos para matar a alguien, pero Estados Unidos utiliza bombas de siete millones de gramos, lo que prueba su odio contra los talibanes y los musulmanes", asentó.
Fue en esta parte que Bin Laden subrayó que "cuando jóvenes, que Dios los acoja como mártires, hicieron estallar en Nairobi -en la embajada estadunidense- menos de dos toneladas de explosivos, Estados Unidos clamó contra el terrorismo y la destrucción masiva. Los mismos estadunidenses no dudaron en utilizar obuses de siete toneladas sin escrúpulos", en alusión a la Daisy Cutter.
Hizo énfasis en que el propio secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, justificó que Estados Unidos tenía el derecho de exterminar pueblos, "puesto que son musulmanes y puesto que no se trata de estadunidenses. Es un crimen flagrante", en referencia a lo que describió como bombardeos que lanzó sin razón contra pueblos enteros para aterrorizar a sus habitantes.
Citó que en las semanas recientes bombardearon posiciones de Al Qaeda en Jost, al este de Afganistán, y reconocieron que habían lanzado por error un obús teledirigido sobre una mezquita en que murieron 150 fieles musulmanes.
Por tanto, concluyó, "es el odio de los cruzados; el terrorismo contra Estados Unidos es loable, ya que está destinado a responder a la injusticia y obligar a Estados Unidos a cesar su apoyo a Israel, que mata a los nuestros".
El ejército estadunidense insistió en que está decidido a aclarar qué sucedió con Bin Laden tras el derrumbe del régimen islámico talibán, por lo que reiteró que prepara una nueva ofensiva de sus tropas especiales y sus aliados afganos para seguir rastreando cuevas y túneles en las montañas de Tora Bora.
El portavoz de la llamada coalición occidental, Kenton Keith, dijo que han hecho "progresos", pero que al no encontrar a líder saudiárabe ni al líder talibán Mohammad Omar, van a continuar con la campaña hasta hallarlos. Agregó que tenían una lista de 43 jefes talibán y de Al Qaeda, entre ellos algunos ya muertos, otros capturados y otros desaparecidos, que desean completar con el paradero de quienes falten.
Pero en medio del inminente nuevo ataque, para el que se alistarían nuevos contingentes de marines a ser desplazados a Tora Bora, trascendió en medios de prensa estadunidenses que los aliados afganos parecían no muy dispuestos a seguir en la búsqueda al considerar que ya hicieron su trabajo, y que los combatientes de Al Qaeda ya fueron expulsados de la montaña.
El canciller afgano, Abdullah Abdullah, afirmó que el nuevo régimen interino permitirá a Estados Unidos continuar con su campaña hasta finalizar su labor antiterrorista, pues el objetivo es no dejar las cosas a la mitad, sino "erradicar completamente el terrorismo".
Incluso, señaló, todavía quedan grupos aislados de Al Qaeda resistiendo en la provincia de Paktia, en la frontera con Pakistán, y en otras partes del sur, incluyendo el área de Kandahar. Por lo demás, dijo que la fuerza internacional podría desplegarse donde sea necesario y no sólo en Kabul.
Abdullah Abdullah aseveró que a los líderes del derrocado régimen talibán se les perseguirá y llevará ante un tribunal militar por "crímenes de guerra", mientras se efectuaba una reunión ministerial del gobierno interino en Kabul para decidir sobre la creación de una comisión oficial para la reconstrucción de Afganistán.
En tanto, se informó que los ocho árabes de Al Qaeda que se amotinaron la víspera en un hospital de Kandahar seguían resistiendo el acoso de fuerzas locales. Los reportes señalan que los combatientes están heridos, pero que tienen armas y granadas y que amenazan con matarse o matar a quienes se acerquen.
Mientras Gran Bretaña enviaba un nuevo contingente de 300 soldados a Afganistán, como parte de la fuerza multinacional, el gobierno de Somalia rechazó denuncias de que su territorio sea un paraíso de combatientes de Al Qaeda, y aseguró que delegaciones de Estados Unidos enviadas al país africano no han encontrado nada.
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