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Ť El llamado Angel rubio de la muerte podría
ser extraditado a Suecia
Detienen en Argentina al ex capitán de la marina
Alfredo Astiz; asesinato de una sueca, el cargo
Ť Beneplácito por el arresto en Francia, Italia,
Suecia, Alemania y España
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 28 de diciembre. El ex capitán
de la marina Alfredo Astiz, uno de los símbolos del terrorismo de
Estado de la dictadura argentina, fue detenido anoche en Mar del Plata
por orden de un juez de esa ciudad y a pedido de la justicia de Suecia,
que solicita su extradición por el asesinato y desaparición
de la joven sueca Dagmar Hagelin.
Trasladado de la ciudad de Mar del Plata a Buenos Aires,
Astiz, quien también enfrenta pedidos de extradición de jueces
de Francia e Italia, compareció esta tarde ante el juez federal
Sergio Torres, quien comentó que el ex capitán se encuentra
recluido en un edificio de la armada.
Tras
su detención, hay grandes posibilidades de que pueda ser extraditado,
después que el gobierno interino de Adolfo Rodríguez Saá
derogó un decreto del renunciante presidente Fernando de la Rúa
en el que se rechazaba todo tipo de extradición.
Suecia tiene un periodo de 40 días para formalizar
el pedido de extradición a contar desde el momento en que sea informada
por la cancillería argentina del arresto del ex marino.
De acuerdo con la justicia sueca, que cita el testimonio
del padre de la joven desaparecida, un grupo comandado por Astiz intentó
secuestrar en 1977 a Hagelin, de 17 años, en la periferia de Buenos
Aires, confundiéndola con otra persona, pero el ex marino asesinó
a la joven de un balazo cuando intentó huir y su cuerpo nunca fue
encontrado.
La detención de Astiz, apodado el Angel rubio
de la muerte, se produjo cuatro días después de que el
secretario de Justicia, Alberto Zippi, señaló, al asumir
su cargo temporal, que el criterio del nuevo gobierno será "entregar
o juzgar" a los ex represores requeridos por tribunales extranjeros. "Un
sello de este gobierno es no permitir la impunidad", dijo en su momento.
Astiz ya estuvo detenido a mediados de este año,
durante mes y medio, por pedido de la justicia italiana, que lo acusa de
la desaparición de tres ciudadanos de ese país, pero recobró
su libertad luego de que el gobierno de Fernando de la Rúa se negó
a extraditarlo.
El ex militar, uno de los personajes más siniestros
de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde funcionó
un temible centro clandestino de detención y fueron desaparecidas
unas 5 mil personas, se mostró molesto al ser informado de la petición
sueca de arresto preventivo con fines de extradición.
En París, Sophie Thonon, la abogada de dos religiosas
francesas desaparecidas durante la dictadura argentina que gobernó
entre 1976 y 1983, se congratuló por el arresto de Astiz y señaló
que esto muestra la nueva actitud de la justicia argentina.
Al mismo tiempo, el portavoz del Ministerio francés
de Relaciones Exteriores, Bernard Valero, consideró que la detención
del ex marino constituye una importante primera etapa para Francia, y añadió
que el nuevo gobierno argentino se muestra más deseoso de responder
a las demandas en materia de cooperación judicial internacional.
En 1990, un tribunal francés condenó a Astiz
a cadena perpetua por el secuestro y desaparición de las dos monjas,
y al respecto, el vocero agregó que Francia no renuncia a que esta
decisión sea ejecutada.
Las anteriores administraciones de Carlos Menem y Fernando
de la Rúa negaron en forma sistemáticas las extradiciones
de ex represores de la dictadura reclamados por Francia, Italia, Suecia,
Alemania y España.
Por otro lado, el ex jefe del ejército argentino,
general Martín Balza, quien el jueves recuperó su libertad
por falta de pruebas luego de casi siete meses en detención, por
la causa de contrabando de armas a Croacia, pidió hoy que el caso
se aclare, porque de lo contrario, dijo, "sería muy triste para
Argentina".
Balza dijo que había solicitado al ex ministro
de Defensa, Horacio Jaunarena, que hiciera un control de inventario del
ejército desde noviembre de 1991 y hasta 1999, para comprobar si
faltaba material bélico.
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