Ť Debe tener opciones para construir su visita, dice la especialista

En el futuro, el espectador ejercerá el poder de los espacios museísticos

RENATO RAVELO

El museo es un discurso de poder. En Europa muestra el producto de sus conquistas por el mundo, pero también los objetos que forman parte de su historia. En nuestro país entrar al Museo de Antropología e Historia, si se viene del exterior, es proferir una exclamación en la que se reconozca la majestuosidad del edificio, la imposibilidad de recorrer en un día a cabalidad la muestra. Para Ofelia Martínez el poder de los museos, en el futuro, deberá estar en el espectador, ''quien será capaz, a partir de una gama de opciones, de construir su propio sentido de la exposición''.

Martínez es coautora de La comunicación visual en museos y exposiciones, libro editado por la Universidad Nacional Autónoma de México y Margen Rojo, empresa especializada en diseño de espacios a la que pertenecen los otros dos coautores, Gerardo Portillo Ortiz y Manuel López Monroy. Margen Rojo diseñó con escaso presupuesto y mucho ingenio el pabellón de México en Lisboa, uno de los cinco mejores en esa exposición de 1998.

Visitante pez y visitante hormiga

La museografía contemporánea, explica Martínez, ''trata de jugar con los medios de comunicación para dar buenos resultados. Hay elementos que la gente de cierta edad le gusta ver y otros que no le llama la atención. Debe haber diferentes opciones para que el visitante construya su visita''.

Alude a Tan lejos y tan cerca, muestra montada por Margen Rojo en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, como ''una colección difícil: 80 retratos sobre la historia de la universidad. Nuestra pregunta fue Ƒqué hacemos? Lo que hicimos fue mezclar dos ejes de sentido: primero, el discurso lineal de la historia de la universidad en el que hicimos una reducción de textos, al máximo; segundo, jugamos de forma paralela con la instalación artística y con la pregunta, Ƒpor qué te retratas? De un tema árido se convenció a los curadores y hay videoarte, instalaciones que sacan del sentido lineal''.

-ƑHacia dónde orientar los estudios de público en México?

-En México no se puede decir decir que sean inexistentes. Recuerdo algunas pláticas con Eliseo Verón, quien tenía una propuesta en el Centro Georges Pompidou, incluso hizo una clasificación en la que comparaba a los visitantes con los animales y decía, por ejemplo, que el visitante pez es el que pasa rápido; el visitante hormiga leía todas las fichas. Hizo su observación mediante cámaras. Concluimos que los estudios no deben efectuarse con encuestas frías.

Evaluación y diagnóstico

-Quizá deberían hacer como en Hollywood, que invitan a determinado número de personas para ver previamente la exposición, representativas de los distintos estratos de clase media, y después deciden qué partes se suprimen.

-En Inglaterra eso hacen en los museos. En el de Historia Natural sistematizan, hacen una muestra como barata y evalúan si el visitante entiende, si le gusta o no. Ponen los temas a concurso y en uno de los proyectos las personas eligieron la temática de los artrópodos; decidieron lo que iban a ver en el museo y fue un proyecto de tres o cuatro años. En México no hay mucho tiempo para explorar con el visitante los temas antes de hacer una exposición, pero en mayor o menor medida evaluamos y diagnosticamos nuestros materiales. Sería muy interesante hacerlo, creo que hay espacios que lo empiezan a hacer, como el Museo de Historia Natural.

-ƑY los recursos tecnológicos? En Lisboa era sorprendente el holograma del pabellón japonés...

-En Saltillo ya lo utilizamos, guardadas las proporciones, en el Museo del Desierto: explicamos la sombra orográfica, cómo las montañas impiden que los vientos lleguen y crece una vegetación exuberante. Detrás de la montaña está el desierto y un personaje trata de fotografiar un colibrí, animal típico del desierto.

-ƑEn México hace falta que se dé al asistente a los museos constancia de mayoría de edad?

-No en todos lados hacen esa evaluación. El único país es Inglaterra, no sé si en algún otro lado lo hagan. He estado en España, en Francia, y el discurso es vertical.