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Ť La condecoración, por "defender la patria del terrorismo en el medio más corrupto"
Otorga Fidel Castro distinción a cinco cubanos condenados en Estados Unidos por espionaje
Ť Reconoce el gobierno que fueron enviados a Miami a vigilar actividades de anticastristas
Ť Decide el parlamento llamar 2002 "Año de los hérores prisioneros en el imperio"
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 29 de diciembre. Cuba, que durante más de cuatro décadas ha reivindicado las acciones de sus agentes de inteligencia en el extranjero, disparó hoy el reconocimiento a una altura sin precedente, al otorgar a cinco cubanos condenados por espionaje y otros delitos en Estados Unidos la condecoración oficial Héroes de la República de Cuba, en sesión extraordinaria del parlamento convocada la víspera por el presidente Fidel Castro.
La decisión fue una reacción fulminante a las condenas impuestas en las últimas dos semanas a Gerardo Hernández Nordelo, René Labañino Salazar y Antonio Guerrero Rodríguez (cadena perpetua), así como a Fernando González Llort (19 años de cárcel) y René González Sehwerert (15 años), recluidos en una cárcel de Miami desde 1998.
Los cinco recibieron la distinción por cumplir la "sagrada misión de proteger la patria y defenderla del terrorismo, corriendo grandes riesgos sus vidas y soportando enormes sacrificios en el medio más agresivo, hostil y corrupto". También, por acuerdo del parlamento, sus madres y esposas recibieron sendas condecoraciones gubernamentales, y Cuba llamará 2002 "Año de los héroes prisioneros del imperio".
"Desde hoy están ahí, prisioneros del imperio, cinco héroes de la República de Cuba", dijo Castro en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Agregó que las "groseras e infames sentencias han recibido una respuesta de enorme fuerza", y elogió la "misión de extraordinario valor patriótico y humano" de los condecorados.
Cuba ha reconocido que los cinco eran agentes enviados a Miami para espiar las actividades de grupos anticastristas, en especial de sectores violentos. Sin embargo, La Habana reivindica esas acciones por estar enfocadas contra el terrorismo, afirma que no afectaron la seguridad nacional de Estados Unidos, critica la dimensión de las sentencias y denuncia irregularidades durante el proceso, que se desarrolló con tensión y fue durante los últimos seis meses un punto de agria confrontación entre la isla y el exilio de la Florida.
El caso sigue abierto por las apelaciones que se presentarán contra las sentencias en un tribunal de Atlanta y, eventualmente, en la Corte Suprema. Castro expresó que no renunciará a la vía legal, pero subrayó que "la batalla política apenas comienza".
La misión, comparada con episodios de la historia nacional
La causa de los cinco se ha convertido en asunto de Estado en Cuba. Decenas de mítines se han realizado en todo el país para exaltar sus acciones y reclamar su liberación. Sus efigies aparecen en millares de camisetas, programas de televisión y actos públicos, y sus nombres son mencionados con familiaridad en los medios informativos locales. Durante la sesión del sábado, algunos diputados compararon la misión de los presos con episodios de la historia nacional. Los alegatos cubanos impugnan al exilio y al sistema judicial de la Florida, pero en este caso no han involucrado al gobierno del presidente George Bush.
Castro evocó el atentado contra un avión cubano, el 6 de octubre de 1976, en el que murieron 73 personas, cuyos autores intelectuales fueron los exiliados Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. "Esta lucha mundial contra el terrorismo debe dirigirse contra estos monstruos", expresó el mandatario. El seguimiento de Bosch, prófugo de la justicia venezolana pero que vive libre en Miami, era una de las misiones de los agentes condenados.
Hernández Nordelo, graduado en relaciones internacionales, de 36 años, fue sentenciado a dos cadenas perpetuas, al ser hallado culpable de una conspiración que desembocó en la muerte de cuatro miembros del grupo anticastrista Hermanos al Rescate, cuyas avionetas fueron derribadas por la aviación cubana el 24 de febrero de 1996, en un punto del Estrecho de la Florida que La Habana ubica en aguas territoriales cubanas.
El anticastrismo de Miami acogió el proceso como una reivindicación de los pilotos muertos hace seis años: Mario de la Peña, Carlos Costa, Pablo Morales y Armando Alejandre Jr. Según revelaciones surgidas en el juicio, entre las misiones que tenían los infiltrados estuvieron el seguimiento de Hermanos al Rescate, que buscaba balseros náufragos. El piloto González Sehwerert fingió haberse fugado de la isla, convertido en furibundo anticastrista, y logró infiltrarse en la dirección del grupo. Castro manifestó hoy que ninguno de los cinco sentenciados "tenían absolutamente nada que ver" con el derribo de las avionetas.
Otros cinco detenidos en la misma causa, que aceptaron su culpa y llegaron a negociar con la fiscalía para aminorar sus penas, quedaron en cambio sepultados en el silencio: Nilo y Linda Hernández, Alejandro Alonso, Joseph Santos y Amarylis Silverio. Las autoridades tampoco han reaccionado públicamente ante el caso de Ana Belén Montes, de 44 años, ex analista de información de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que fue arrestada el pasado 27 de octubre acusada de espiar para Cuba.
La Asamblea Nacional reconoció que los cinco "supieron infiltrarse y tener acceso a numerosas actividades de grupos de terroristas empedernidos, que con total impunidad operan en territorio de Estados Unidos, descubrir sus planes criminales y advertir a nuestro país para evitar en lo posible la muerte y los daños que ocasionarían al pueblo de Cuba y también los peligros que tales acciones pueden acarrear a la población estadunidense".
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