MAR DE HISTORIAS

Feliz Año Nuevo

CRISTINA PACHECO

-"Orientación personalizada" a sus órdenes. ƑCon quién tengo el gusto?

-Con Santaclós.

-Señor: le recuerdo que este es un número telefónico de emergencia para casos de maltrato, ansiedad o depresión extremas.

-Cubro los tres perfiles.

-Piense que bromistas como usted obstaculizan nuestro servicio y retrasan el contacto con personas que realmente necesitan ayuda.

-Por eso llamé. Y sí soy Santaclós... todavía.

-Le advierto que tenemos un localizador telefónico y si insiste quedará boletinado.

-šCon un carajo! ƑQuiere escucharme o no?

-Se está alterando.

-ƑCómo estaría usted si tuviera que hacer el papel de Santaclós un 30 de diciembre, y para colmo en un momento en que ya no es posible engañar a los malditos escuincles? Para ellos también soy un producto desechable. Lo único que les interesa ahora es tomarse una foto con los Santos Reyes. Conmigo no quieren nada, ni siquiera porque trabajo con precios castigados.

-ƑEs necesario que grite?

-Si no grito ahora no podré hacerlo más tarde, ni mañana, ni pasado šni nunca! Mis suegros llegan esta noche para recibir el año nuevo con nosotros. Y aunque no fuera así, en mi casa no podría gritar. Las pocas veces que me atreví a hacerlo mi esposa se atacó y mis hijos huyeron despavoridos, como si nada más ellos tuvieran derecho a desahogarse. Sólo para darme el gusto de chillar a mi antojo me gustaría volver a la infancia, y eso que fue una soberana mierda. ƑMe está oyendo?

-Sí, Ƒno es lo que quiere?

-Pero también que diga algo: opine.

-Opinar no es mi función principal y además no puedo hacerlo porque hasta el momento carezco de suficientes elementos.

-Pero si le he dicho todo: soy Santaclós, ya no impresiono a los niños. ƑSabe cuántos quisieron fotografiarse hoy conmigo? šTres! Sus padres los convencieron, y no porque los conmoviera mi aspecto, sino porque les dije que conmigo las fotos iban a salirles quince pesos más baratas que con los Reyes Magos. Por cierto, ellos me están acusando de competencia desleal. ƑEntendió?

-Así que usted trabaja en la Alameda.

-Desde el 99, cuando me despidieron de la empresa donde llevaba ocho años.

-ƑQué hizo para que lo cesaran?

-Cometí un crimen.

-ƑUn crimen?

-Cumplí cuarenta años y para colmo heredé los genes de mi familia materna. No se quiebre la cabeza, damita, se lo voy a explicar: todos los Morales han sido obesos y yo soy su típico descendiente. Los bendije el primer diciembre en que conseguí trabajo como Santaclós. Mis compañeros me envidiaban porque era el único que no tenía que enrollarse metros de hule espuma en el vientre para llenar el uniforme. Me lo puse y me quedó como anillo al dedo.

-Reconoce que, en cierta forma, usted es un tipo afortunado.

-Mientras no llega el 26 de diciembre. Después de ese día ya no atraigo y no puedo ser Santo Rey porque no hay disfraces a mi medida.

-ƑPor qué no se lo manda hacer?

-Gastar cuatrocientos pesos en fachas que sólo me pondré una semana? šNi loco! Además no está permitido: quienes nos contratan lo hacen a condición de que les alquilemos el uniforme.

-ƑPor qué no busca trabajo en otra parte?

-Porque siempre me exigen el certificado de no embarazo... Disculpe, eso sí era una broma y lo entendió porque se está riendo. Me gusta. Hace tiempo no oigo reír a nadie, mucho menos a mi mujer. Natalia chilla, grita, me hace recriminaciones. Por eso hoy decidí retrasar el momento de volver a la casa.

-Sinceramente, Ƒcree que está actuando bien?

-ƑPiensa que no?

-Bueno, yo en sus condiciones, y conste que se lo digo porque me lo está preguntando, volvería para explicarle mi situación a Natalia. En cuanto la sepa se esforzará para ayudarlo.

-Y colorín colorado... šPor Dios, déjese de cuentos!

-No es ningún cuento, es lo que pienso.

-Está como operada de la cabeza. Mire, si me le presento a mi señora con setenta y cinco pesos en la bolsa después de haberme pasado en la calle desde las once de la mañana hasta ahorita me dirá: "No creo que en tantas horas hayas conseguido esta miseria. De seguro te metiste en un restorán mientras tus hijos se mueren de hambre." ƑCómo puedo comprobarle a Natalia que está equivocada?

-Diciéndole la verdad: "Como Santaclós estoy fuera de tiempo y no me contratan de Santo Rey por... por los genes."

-Por la gordura. Al pan, pan...

-Escuche mi consejo: vaya a casa y sea honesto.

-ƑPara aguantar que Natalia me regañe porque no me cuido ni hago ejercicio como su hermano Taurino? Ya se volvió a reír. ƑDe qué, a ver, de qué?

-De ese nombre, Ƒexiste?

-Sí, para desgracia de los nacidos el 11 de agosto. Y a que no adivina cómo le decimos a mi cuñadito. Ahí le va: "Matador", y conste que lo único que mata es el tiempo. Y le vale. A mí no: me fascina trabajar, pero no puedo. En ninguna parte me aceptan.

-ƑHa pensado en poner un negocio?

-Pues sí: venta de semen o sangre. Para cualquier otra cosa, hasta para comprar una caja de chicles y venderlos en las calles, se necesita dinero.

-Usted solito se está metiendo en un callejón sin salida. Piense en algo positivo que le haya pasado en los últimos tiempos.

-En la santacloseada me fue bien y tuve mis satisfacciones.

-Debe de resultar muy gratificante hacer reír a los niños.

-Sí, aunque no sean los hijos de uno. En cuanto aparezco en la casa mis chamacos se esconden porque me tienen miedo. Me ven llegar preocupado y piensan que estoy furioso o que les voy a hacer algo. Eso me duele. Me gustaría que corrieran a abrazarme y me platicaran sus cosas.

-ƑCorre usted a abrazarlos, les cuenta sus aventuras?

-No. La verdad no me gustaría decirles que el lunes hice cola toda la mañana en una fábrica y cuando al fin llegué a la mesa de contratación se habían agotado las vacantes; que visité a mi antiguo jefe y pidió no volver hasta que él me llame; que cuando una señora me vio sentado en una banca leyendo "El aviso oportuno" le comentó a su amiga: "Míralo, qué contento: a las dos de la tarde aplastado en el parque."

-Opiniones así no merecen la pena...

-Espéreme, no he terminado con mis aventuras. Iba caminando por Vidal Alcocer cuando vi que algo brillaba en la banqueta. Pensé: "De seguro es una moneda de a veinte." Corrí a levantarla. Como en la película, era un escupitajo y lo peor del caso es que me costó un resto agacharme. ƑSe está riendo, verdad?

-No.

-ƑEstá llorando? Ahora también por eso me sentiré mal.

-No es su culpa, se lo juro. Si alguno de mis compañeros me ve se lo dirá al coordinador: nos prohíben involucrarnos con quienes solicitan el servicio. Si faltamos a esa regla pueden cancelarnos el contrato.

-Ya no le cuento nada, porque si la corren Ƒcon quién voy a platicar?

-Si marca otra vez este número lo más seguro es que le conteste otra persona.

-No importa. Llamaré con la esperanza de escucharla. No diga nada: no me quite la ilusión. Gracias por todo y Feliz Año Nuevo.