Marín revolucionó la función del portero, dice Flores

Ť López Salgado considera que era tan bueno que él solo se metió un golazo

MARLENE SANTOS A.

Hace diez años un infarto fulminante segó la vida del que fuera el mejor portero proveniente del extranjero, que brilló durante casi una década con Cruz Azul: el argentino Miguel Marín, quien ayer, en su aniversario luctuoso fue recordado por sus ex compañeros Horacio López Salgado y Nacho Flores.

Ignacio Flores, quien acudió al estadio Azul para ver a su hijo (del mismo nombre) en el partido de preparación contra Acapulco, puntualizó que no caben las comparaciones entre el popular Gato Marín y Oscar Conejo Pérez, actual portero de La Máquina, quien ha destacado recientemente, sobre todo con la selección nacional, en la que su gran desempeño fue valioso para la clasificación de México al Mundial de 2002.

"No puede haber comparación. Son diferentes épocas, condiciones y facultades de cada uno, pero creo que son dos grandes arqueros. Tanto Miguel como Oscar encajan perfectamente en lo que es esta institución, por la que han pasado otros que, con todo respeto, no saben manejar su área y complican el accionar del equipo", indicó Flores.

"La relación con Miguel Marín fue extraordinaria, aunque yo era muy joven, él me llevaba 10 años. Yo tenía 18 años y él 28, y sin duda vino a revolucionar la posición de guardameta. Ordenaba perfectamente la línea defensiva, jugaba muy bien su zona, como se juega actualmente, pero él fue pionero indiscutible.

El sentido futbolístico del Gato

"Le daba un sentido futbolístico a la ofensiva, pues en cuanto tomaba la pelota se convertía en el primer atacante. Insisto: revolucionó el futbol, se salió de lo común que eran los porteros en esa época", indicó con una sonrisa.

Flores fue protagonista secundario en el famoso autogol del Gato. "Ocurrió en el estadio Azteca, era un partido contra Atlante, íbamos ganando 3-1. Miguel recibió la pelota en las manos, le hice el movimiento por la banda para salir por el lado derecho y en ese momento me fueron a marcar. El pensó lanzarme el balón, pero al verme marcado se arrepintió, quiso recuperar la pelota pero lo único que hizo fue terminar de clavarla en su meta. Así se dio el autogol.

"No escuché lo que dijo en ese instante, pero después del partido empezamos a bromear, él se reía de sí mismo. Eramos un grupo bastante relajado. Todo lo tomábamos de una manera positiva. En el vestidor le dijimos que hasta ese lujo se daba, porque ya habíamos sacado el resultado y el 3-2 no cambiaba nada.

"De broma le decíamos que se había agrandado y que lo hizo porque quería aparecer en la foto, y así pasó: la imagen de esa acción dio la vuelta al mundo porque fue la primera vez que un arquero se hacía un autogol", señaló Flores.

López Salgado apuntó: "Tuve la suerte de convivir con él. Llegamos el mismo año a Cruz Azul, fue en 1971-72, cuando el equipo se cambió a la capital. Fueron varios torneos en los que pasamos varios momentos muy bonitos. Por su calidad, dejó una gran huella dentro del Cruz Azul y de México".

Lo describe: "Dentro de la cancha era un líder, muy exigente con sus compañeros porque no le gustaba perder. Ordenaba siempre a los defensas y buscaba que estuvieran atentos. Afuera era alegre, un compañero que bromeaba, que trataba de convivir con todo el grupo. Una gran persona".

Por su parte, López Salgado manifestó que en los años 70 se logró hacer en La Máquina "una gran familia. Era un ambiente único, había no sólo excelentes jugadores, sino buenas personas. Todos daban su máximo y sabíamos que si un titular se descuidaba un poco, luego le costaría trabajo retomar su puesto, porque los suplentes tenían gran capacidad y deseos".

El actual auxiliar técnico hace un resumen sobre el fallecido Gato Marín: "era tan bueno que se metió él solo un gol... Yo andaba con la selección fuera de México, pero se supo hasta Europa", concluyó.