027n1mun ¤ La organización tiene más de un millón de simpatizantes en Estados Unidos Bush ha asumido el liderazgo de la derecha religiosa: miembros de la Coalición Cristiana JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES Washington, 1º de enero. El predicador evangelista ultraconservador Pat Robertson ha decidido dejar su puesto de presidente de la ultraderechista Coalición Cristiana, en parte porque según sus simpatizantes el propio presidente de Estados Unidos ha asumido ahora el papel de líder de la derecha religiosa en este país. "Creo que Robertson ha dejado su puesto porque éste ya ha sido ocupado -explico Gary Bauer, ex director ejecutivo de la coalición, en una entrevista con el diario The Washington Post-. Un hombre de Dios está en la Casa Blanca". La Coalición Cristiana fue fundada en 1989 como movimiento de base para presionar a los partidos y la cúpula política a apoyar posiciones religiosas derechistas en el ámbito público, promover los valores cristianos en las escuelas, reducir los impuestos, prohibir el aborto y generar un retorno a lo que llaman "valores familiares", entre otras posturas conservadoras. Pero lo inusual de esta agrupación, cuando fue conformada, era que en contraste con muchas otras organizaciones religiosas el enfoque de la coalición era influir directamente en el ámbito político y electoral de este país, en todos sus niveles, de lo más local a lo nacional. Robertson, en un mensaje reciente difundido por el sitio de la coalición en Internet, dijo que en el último ciclo electoral nacional la agrupación había logrado distribuir más de 70 millones de "guías electorales" promoviendo a candidatos conservadores. Incluso varios millones de guías fueron publicadas en español. "La Coalición Cristiana tiene más de un millón de personas que la apoyan y mil 500 secciones en los 50 estados", afirmó Robertson. Pero según otros analistas, la Coalición Cristiana, que alguna vez estuvo entre las organizaciones políticas más influyentes del país, ya no tiene el mismo peso que en 1992 y 1996, cuando hasta candidatos republicanos moderados se vieron obligados a adoptar algunas de las posiciones de la agrupación para tener la posibilidad de ganar un apoyo electoral clave. A principios de los 90, el grupo logró ganar el liderazgo del Partido Republicano en varios de los principales estados del país, incluyendo Texas. Debilitamiento Pero según un análisis de The Washington Post, parte de la fuerza debilitada de la coalición es resultado de su éxito: el hecho de que los conservadores religiosos ahora cuentan con gran aliado dentro de la propia Casa Blanca. Como candidato presidencial George W. Bush habló repetidamente de cómo Jesús lo ha guiado y señaló a la Biblia como el libro que ha tenido mayor influencia en su vida. Ninguno de estos comentarios por sí solo es de extrañar en este país donde una mayoría de la población se define como "religiosa", pero sí es notable que un político de perfil nacional hable tan constante y enfáticamente sobre su relación personal con Dios. Ronald Reagan, el último conservador real en ocupar la Casa Blanca, repetidamente invocaba el nombre de Dios pero nunca declaró que era un devoto religioso y de hecho no asistía a misa tan a menudo. Sin embargo, Reagan era muy admirado por Pat Robertson y otros líderes religiosos derechistas, ya que adoptaba y defendía posiciones conservadoras y repetía frases como la lucha contra "el imperio del mal" (en ese tiempo, el "mal" era la Unión Soviética), las cuales complacían al ala derecha religiosa de este país. Hoy día, hay otra lucha contra una nueva "maldad" y un nuevo ocupante de la Casa Blanca. Bush, según dicen muchos conservadores cristianos, es su hombre en la Casa Blanca. "Es el líder de la derecha cristiana", dice Marshall Wittman, otro ex dirigente de la Coalición Cristiana quien ahora ha dejado la organización. Tim Goeglein, asesor de Bush, pareció endosar esta interpretación cuando recientemente comentó a una revista cristiana: "yo creo que el presidente Bush es el hombre de Dios en esta hora, y lo digo con un sentir de gran humildad". La elección de Bush, según Ralph Reed, otro ex director ejecutivo de la Coalición Cristiana, ha forzado un cambio de tácticas entre las filas cristianas conservadoras. "Uno ya no está tirándole piedras al edificio; uno ya está dentro del edificio", comentó a The Washington Post. Esto pareció confirmarse con el nombramiento del ultraconservador John Ashcroft como procurador general. Ashcroft, quien pertenece a un sector evangélico pequeño, cree que fumar, beber y bailar es pecado y ha establecido servicios diarios de oración en el Departamento de Justicia. Bush niega todo título como líder religioso, pero uno de sus asesores sugirió recientemente que el presidente ha establecido una relación directa con la base conservadora cristiana del país. "En los viejos tiempos, los candidatos presidenciales republicanos acudían ante los líderes religiosos conservadores para conseguir su imprimátur", comentó el asesor a The Washington Post. "George W. Bush pudo acudir directamente a las congregaciones dentro de las iglesias."
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