Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Miércoles 23 de enero de 2002

Mundo

026n1mun

Ť Piden Alemania, Gran Bretaña, Suiza y la UE respetar el derecho humanitario

Niega EU maltrato a prisioneros en Guantánamo

Ť Dudas de juez sobre su competencia en habeas corpus solicitado por Ramsey Clark y otros

AFP, DPA, PL Y REUTERS

Washington, 22 de enero. Estados Unidos negó hoy que esté dando maltrato a los prisioneros transferidos de Afganistán a su base militar de Guantánamo, Cuba, ante advertencias de Alemania, Gran Bretaña, Suiza, la Unión Europea e Irak para que respete el derecho humanitario internacional.

De cara al pedido de habeas corpus ante una corte federal de Los Angeles por parte de un grupo de activistas de derechos humanos, entre los que figura el ex ministro estadunidense de Justicia Ramsey Clark, el juez Howard Matz manifestó "grandes dudas" sobre su competencia jurídica en el caso y dio plazo hasta el 31 de enero al gobierno de George W. Bush para que aclare la situación de los detenidos de Al Qaeda y los talibanes en la bahía caribeña.

Matz admitió que podría inhibirse de ver el caso. Pero antes, tras admitir el domingo una petición de activistas de derechos hu-manos, esperará la respuesta de Washington, cuyos demandantes a su vez deberán replicar a éste el 7 de febrero, y citó para el 14 a audiencia a las partes.

En lo que constituye el primer desafío controversial para Bush, los demandantes sostienen que en este caso hay violación a la Constitución estadunidense y la Convención de Ginebra sobre tratamiento a prisioneros de guerra, y además pugnan por evitar nuevos traslados de prisioneros a la isla.

The New York Times publicó un duro editorial contra el Pentágono en el que asienta que nada lo excusa de aplicar los estándares locales de justicia y las leyes internacionales, aun cuando se trata de procesar a enemigos violentos implicados en terrorismo.

El secretario estadunidense de Defensa, Donald Rumsfeld, al rechazar las críticas afghan_students_vybinternacionales sobre el polémico régimen de encarcelamiento aplicado a los prisioneros en Guantánamo, aseveró que "no puede existir duda de que el trato que reciben" esos presos "es correcto, humano, adecuado y en plena consonancia con las convenciones internacionales".

Sugirió que el debate que él mismo abrió en torno al estatus que se les ha dado de "combatientes ilegales" no cambia nada, pues señaló que la Convención de Ginebra exige un trato humanitario de esos combatientes, y que en ese sentido son tratados en "plena concordancia con los principios de la Convención de Ginebra".

Al insistir en que son "completamente falsos" los alegatos de que son maltratados, Rumsfeld sostuvo que los "artículos de prensa, declaraciones, cuestionamientos, alegatos e informes incesantes en la televisión provienen sin duda de gente que está mal informada".

Es sabido que los periodistas sólo fueron autorizados por el Pentágono a aproximarse hasta 150 metros de la prisión donde están los detenidos, por lo que todo lo ven desde lo lejos o con prismáticos.

Sin embargo, las preocupaciones surgieron ante una serie de videos y fotos en que se ve a los combatientes con los ojos vendados, con grilletes en las manos, hincados y con la cabeza agachada ante soldados fuertemente armados y amenazantes, todo esto aunado a las condiciones deprimentes en que fueron trasladados.

Los prisioneros están en celdas de dos por dos metros y medio, tipo jaulas, al aire libre pero con pisos de cemento y durmiendo en cobertores. Al respecto, Rumsfeld reconoció que se trata de prisiones provisionales, pero que "disponen de duchas calientes, de baños de agua, vestimenta apropiada, comida culturalmente adaptada, mantas para los rezos y el derecho de practicar su religión".

Y mientras otras fuentes militares informaban que había 158 prisioneros en Guantánamo y que 14 de ellos heridos comenzaron a ser atendidos por médicos recién llegados de Estados Unidos, el Pentágono re-portó que el talibán estadunidense John Walker Lindh fue trasladado del buque de guerra Bataan, en el Indico, a Kandahar, y que ahora estaba en camino a Estados Unidos para ser presentado a la justicia civil.

En Nueva York la policía arrestó a 47 personas que protestaban pacíficamente contra la guerra de Afganistán, frente a la oficina de la misión estadunidense ante Naciones Unidas. Se les acusará de obstrucción de la administración de gobierno, invasión ilegal y resistencia al arresto.

El comisario europeo para las Relaciones Exteriores, Chris Patten, advirtió a Estados Unidos contra cualquier condena a muerte de los presos afganos o de Al Qaeda, pues perdería el apoyo internacional y su posición moral en la coalición antiterrorista.

Aseveró que debe quedar claro que se trata de hacer justicia y no de una venganza, por lo que a la hora de juzgar debe aplicarse la Convención de Ginebra.

Gran Bretaña, principal aliado de Estados Unidos, también expresó que se opondrá a una eventual condena a la pena capital de los tres prisioneros británicos que están en Guantánamo, de acuerdo con el secretario de Estado de Exteriores, Ben Bradhaw.

Alemania y Suiza, así como varias organizaciones humanitarias internacionales, instaron a Washington a tratar a los reos del talibán y Al Qaeda como prisioneros de guerra, cumpliendo con los protocolos de la Convención de Ginebra.

El ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, asentó que cualquiera que sea el estatus legal de los prisioneros, hay que atenerse a las convenciones de Ginebra, en apoyo a la vida y la dignidad humana, asistencia médica y un juicio justo, como for-ma para oponerse al "reto terrorista".

Yemen pidió a Estados Unidos que permita a su embajador en La Habana visitar a 17 ciudadanos de ese país árabe detenidos en Guantánamo, mientras que el presidente iraquí, Saddam Hussein, acusó a Washington de violación de los derechos que ellos mismos instituyeron en perjuicio de los prisioneros de Afganistán.

El Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó que pudo entrevistarse durante casi una hora con 30 prisioneros, en total privacidad, y que remitieron cartas a sus familiares, en momentos en que Amnistía Internacional solicitó también tener acceso a los detenidos ante las denuncias de maltratos a que se les habría sometido.

La tercera Convención de Ginebra, del 12 de agosto de 1949, fija deberes y derechos de las potencias respecto a los prisioneros.

Destaca una serie de normas basadas en un principio según el cual el prisionero de guerra no es criminal, sino un adversario al que se le puede impedir que reanude o participe de nuevo en el combate. Por lo tanto, debe ser tratado humanamente y liberado cuando terminen las hostilidades.