MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
EL GOBIERNO DEL cambio está feliz, y no es para menos: en el primer año de su administración, México obtuvo el galardón dorado por ser el principal receptor de inversión extranjera directa en América Latina durante 2001, con un monto ligeramente superior a los 25 mil millones de dólares -venta de Banamex a Citigroup incluida-, de acuerdo con un informe divulgado ayer por la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
QUÉ BUENO QUE esté feliz, toda vez que en 2001 y por casi una tercia de millardos de diferencia la captación de inversión extranjera directa (25 mil millones de dólares) estuvo a punto de igualar el monto que el propio gobierno mexicano destinó (22 mil millones de dólares, aproximadamente) a la cobertura del servicio de la deuda externa pública.
EN ESTE COMPARATIVO, por cada dólar de inversión extranjera directa que ingresó al país en 2001, el gobierno mexicano remitió a sus acreedores en el extranjero el equivalente a 88 centavos por pago del servicio de la deuda pública, lo que dejaría un saldo favorable para la economía nacional de 10 centavos por cada billete verde que los solidarios inversionistas decidieron arriesgar en México.
LO ANTERIOR, DESDE luego, en el mejor de los casos, ya que la propia UNCTAD había advertido (noviembre de 2001) que las 22 mil empresas trasnacionales registradas en México repatrían 70 por ciento de las utilidades que obtienen en territorio mexicano y el 30 por ciento restante lo reinvierten. "México -puntualizaba el organismo- parece experimentar una rápida trasnacionalización debido, probablemente, a que su economía se está abriendo al exterior, en particular por su pertenencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte".
EN TERRITORIO NACIONAL opera 37 por ciento de las 60 mil trasnacionales registradas en el planeta y ocupa le posición 15 en el ámbito mundial en lo que a nación receptora de inversión extranjera se refiere.
EL MONTO DE inversión extranjera que captó México a lo largo de 2001 casi duplicó el reportado un año antes y constituyó, de acuerdo con el informe de la UNCTAD, alrededor de una cuarta parte de toda la inversión foránea destinada a América Latina y el Caribe durante ese lapso. Brasil ocupó la segunda posición, con casi 20 mil millones de dólares. En el caso de Argentina, por segundo año consecutivo dicho indicador se desplomó (50 por ciento en 2001) y no alcanzó los 9 mil millones de dólares. En términos generales, la región captó 80 mil millones de dólares.
A LO ANTERIOR HAY que sumar la inversión extranjera especulativa (le llaman de portafolio) captada por medio de la Bolsa Mexicana de Valores. De acuerdo con este organismo, el saldo de dicha inversión fue de 56 mil 596.9 millones de dólares al cierre de 2001, un aumento de 7.09 por ciento con respecto a diciembre de 2000. De ese total, 97 por ciento (54 mil 939.6 millones) se concentró en renta variable y el resto (mil 657.3 millones, con un crecimiento en el periodo de 76.5 por ciento) en el mercado de dinero.
PARA LA UNCTAD, la inyección de confianza (léase inversión extranjera) a México "coincidió con el primer año del mandato del presidente Vicente Fox, cuya elección al cargo el 2 de julio de 2000 terminó con siete décadas de gobiernos bajo el Partido Revolucionario Institucional". Si el indicador utilizado por la organización internacional para explicar la afluencia de billetes verdes hacia el país es correcto, el gobierno del cambio tendría que ser extremadamente cuidadoso, toda vez que en este 2002, de acuerdo con las más recientes encuestas de opinión, es notorio y constante el descenso de la popularidad del inquilino de Los Pinos y de sus acciones de gobierno, de tal suerte que la captación de inversión foránea estaría en peligro, aplicando el criterio de la institución citada.
HABRIA QUE PREGUNTARSE, entonces, si el caudal de inversión extranjera directa a México verdaderamente es producto de la confianza en el cambio de gobierno y en el fortalecimiento de la democracia en el país, como lo fundamenta la UNCTAD, o si en realidad se deriva de otros factores, tales como exenciones fiscales, facilidades, cortesías y/o generosas tasas de ganancia que los inversionistas foráneos no obtienen -por el momento- en otros mercados llamados emergentes.
LO CIERTO ES QUE por muy caudaloso que sea el río de oro extranjero y por mucha que sea la alegría y felicidad del gobierno del cambio por los logros obtenidos en la materia, el efecto social de la macro presencia de dólares no se registra por ninguna parte, especialmente en lo que a generación de empleo se refiere, cuando este debería ser uno de los primeros y principales renglones beneficiados por la presencia de capital foráneo.
PRUEBA DE ELLO es el nada grato informe oficial que presentó ayer el secretario del Trabajo, monseñor Carlos Abascal Carranza. A lo largo y ancho de 2001, el gobierno del cambio debió tragarse su promesa (original) de generar un millón 350 mil nuevas fuentes de empleo anualmente, para comprometerse (versión revisada) a crear solamente 700 mil. En los hechos ni una ni otra. Por el contrario, no se generó ni una sola plaza laboral y, en su lugar, se cancelaron 382 mil empleos, con todo y los 25 mil millones de dólares de inversión extranjera directa que captó el país en ese periodo.
MONSEÑOR ABASCAL, en plena celebración del Día de la emancipación del piloto aviador, aseguró que la tasa de desocupación abierta en el país cerró 2001 en 2.41 por ciento -de cada mil mexicanos en edad y condición para trabajar, sólo 24 no tuvieron trabajo, lo que convierte al dato en algo por demás increíble- aunque, como buen chistoretero del cambio, consideró que dicho porcentaje "no es una cifra mala".
MALA, POR NO DECIR que pésima, la meta de generación de fuentes de trabajo que se traza el gobierno del cambio para 2002: 300 mil ("son insuficientes, pero de lo que se trata es de decir la verdad, de ofrecerle a la comunidad la vía de lo posible y ésta es la recuperación gradual del empleo y podemos hacerlo ya este año, dándole la vuelta al fenómeno que se presentó el año pasado" -monseñor dixit). Así que la buena noticia es que los mexicanos (un millón 350 mil) que no pudieron colocarse -laboralmente hablando- en 2001 tampoco lo lograrán en 2002 y engrosarán las ya de por sí largas filas de los que año tras año lo han intentado, sin alcanzarlo.
ESO SI, MÉXICO, primer lugar latinoamericano en inversión extranjera directa.
Las rebanadas del pastel:
EL GRUPO FINANCIERO Santander-Serfin informó ayer que sus utilidades netas consolidadas en el cuarto trimestre de 2001 sumaron mil 284 millones de pesos, 57.9 por ciento más que en mismo periodo del año previo, y las acumuladas a lo largo del primer año del cambio sumaron 5 mil 227 millones de pesos, con un modesto crecimiento de 132.8 por ciento con respecto a las alcanzadas en 2000.
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