Sale Luis Miquilena del gabinete de Hugo Chávez
Ť La jerarquía católica en Venezuela se ha convertido en un "tumor", dice el mandatario
REUTERS, AFP, DPA Y PL
Caracas, 24 de enero. Al día siguiente de una importante marcha opositora, el presidente venezolano, Hugo Chávez, exigió hoy al nuncio apostólico respeto a la soberanía nacional, y anunció el relevo de su octogenario mentor y aliado de la primera hora, Luis Miquilena, como ministro del Interior.
La salida del moderado Miquilena fue interpretada por analistas como "una señal" de la radicalización del gobierno de Chávez, quien es acusado por sus adversarios de tener un estilo autoritario y negar el espacio político a sus opositores.
En un saludo al cuerpo diplomático, Chávez negó este jueves que "radicalice" su "revolución", al aclarar que lo que busca es consolidar "un proceso de cambio del cual depende la paz en Venezuela".
El mandatario respondió así al nuncio apostólico, monseñor André Dupuy, quien en un discurso en nombre de sus colegas del cuerpo diplomático habló sobre la "preocupante radicalización" del régimen venezolano.
Molesto, Chávez dijo que "requerimos soberanía y respeto a los procesos internos de nuestros países", y afirmó que Venezuela no puede permitir que el Vaticano o cualquier país "venga a inmiscuirse en asuntos internos, porque ningún país de ustedes lo aceptaría".
Aprovechó también para exponer sus críticas contra la Iglesia católica venezolana, que desautorizó a un sacerdote por haber impartido ayer una misa cargada de referencias políticas en favor del gobierno. En este sentido, afirmó que la jerarquía católica local se ha convertido en un "tumor", por su intolerancia hacia los sacerdotes que se acercan al pueblo.
En este contexto, el embajador de Venezuela en el Vaticano, Ignacio Quintana, renunció al cargo, aparentemente en desacuerdo con la confrontación de Chávez con la Iglesia.
Ramón Rodríguez, el nuevo ministro
El mandatario anunció a la prensa que el nuevo ministro del Interior será Ramón Rodríguez Chacín, un capitán retirado conocido por su papel negociador en la liberación de varios venezolanos secuestrados por la guerrilla colombiana. También fue director de inteligencia de la policía política.
El nombramiento de Rodríguez y del recientemente nombrado vicepresidente Diosdado Cabello, un coronel retirado que siguió a Chávez en su levantamiento en armas en 1992, eleva a cuatro el número de militares que integran el gabinete. Y al menos medio centenar de soldados ocupa rangos medios en el gobierno, el servicio diplomático y las empresas del Estado.
La nueva Constitución de 1999 dio a los militares derecho a voto por primera vez, y le dejó al presidente el poder sobre los ascensos, que antes podrían ser vetados por el Poder Legislativo.
La salida de Miquilena, considerado el mentor político de Chávez, era comentada desde hace varias semanas en la prensa local, debido a su supuesto descontento por las reformas radicales que trata de aplicar el mandatario en el país de 24 millones de habitantes.
El gobernante, que en los últimos dos meses ha enfrentado la creciente oposición de sindicatos, empresarios, partidos políticos y sectores de la sociedad civil, dijo que Miquilena ?quien es coordinador general de su partido, el Movimiento V República?, seguirá siendo "amigo".
Miquilena fue el primer ministro del Interior de Chávez cuando éste accedió a la presidencia en febrero de 1999, presidente de la Asamblea Constituyente que elaboró la nueva Carta Magna aprobada en diciembre de ese año, y del congresillo que hizo las veces de Legislativo hasta las elecciones generales de 2000, en las que se relegitimaron los poderes ante la nueva Constitución.
Durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, Miquilena, quien militaba en el Partido Comunista, cayó preso y fue sometido a torturas. En 1958 fue elegido diputado por el partido Unión Republicana Democrática, del que también emergió el ex canciller y actual ministro de Defensa, José Vicente Rangel.
Fuentes políticas citadas por Reuters dijeron que las diferencias entre Chávez y Miquilena surgieron después que, bajo poderes especiales, el mandatario aprobó en noviembre pasado un grupo de 49 leyes, incluyendo una radical reforma legal que expropia tierras ociosas, y otra que aumenta el control estatal en nuevos proyectos petroleros.
La redacción de las cuestionadas leyes fue encomendada a la académica Adina Bastidas, considerada una radical izquierdista por los sectores empresariales. Hasta la semana pasada, Bastidas ocupó la vicepresidencia del país, y hoy fue designada como nueva ministra de Producción y Comercio.
Poco antes antes del anuncio de la salida de Miquilena, el presidente de la Asamblea Nacional, William Lara, dijo a periodistas extranjeros que el proyecto político de Chávez atrajo a personas con perspectivas muy particulares. "Chávez se está liberando de carga innecesaria", explicó Lara, quien por otro lado anunció que la Asamblea estudia si el asesinato de dos dirigentes campesinos partidarios del gobierno forma parte de un plan de conspiración política de los opositores.
Otros aliados de Chávez que han ido quedando en el camino fueron los tres tenientes coroneles del ejército que lo secundaron en el alzamiento de 1992. El mandatario también se distanció de la obrerista Patria Para Todos, con la que rehizo la relación hace meses. Luego rompió con los máximos dirigentes del partido Movimiento al Socialismo, aunque una porción de simpatizantes de ese partido se quedó con Chávez.
Mientras tanto, la oposición celebraba hoy lo que consideró un rotundo éxito en la marcha de la víspera, que convocó a unas cien mil personas en Caracas, una cifra similar, según Afp, a la que movilizó también el miércoles el mandatario para conmemorar el 44 aniversario de la caída de Pérez Jiménez.
Observadores diplomáticos consultados por esa agencia, quienes pidieron reserva sobre su identidad, destacaron el notable crecimiento de la convocatoria opositora, que según los dos grandes diarios caraqueños llegó a congregar hasta 200 mil personas.
Toda la prensa opositora destacó que no se pudo comparar ambas marchas por una disposición gubernamental que prohibió por razones de seguridad el vuelo de helicópteros de los medios de comunicación por el centro de la ciudad.
Voceros oficialistas remarcaron en cambio que el empresariado decidió dar día libre a sus empleados para que asistieran a la concentración opositora, que según analistas acabó con la hegemonía que Chávez ostentaba en la calle desde 1998.
En este contexto, un artefacto explosivo de baja intensidad provocó dos heridos al estallar esta mañana en la exclusiva zona comercial del sureste de Caracas, Las Mercedes, al tiempo que la embajada de Estados Unidos recibió ayer una amenaza de bomba que resultó falsa. "Aunque el motivo de la amenaza no es claro, importantes manifestaciones políticas se realizaron en Caracas el mismo día por parte de grupos políticos opuestos", destacó en Washington un comunicado del Departamento de Estado.
El portavoz Richard Boucher consideró que las dos marchas fueron un ejercicio democrático saludable y la clase de libertad de expresión "que nosotros siempre hemos alentado".