Maíz anticonceptivo, un peligro; provocaría esterilidad humana
Ť Si se cruza con plantas silvestres y se dispersa tendría severo impacto en el medio ambiente
ANGELICA ENCISO
El problema de la "contaminación" de las milpas en Puebla y Oaxaca con el transgénico resistente a plagas se magnifica en México por ser centro de origen, pero el mayor riesgo está por venir. Hay industrias próximas a liberar al mercado maíz modificado genéticamente para que funcione como "anticonceptivo", lo cual no sólo tendría severos impactos en el medio ambiente, sino también en la salud de la población, sostuvo Silvia Ribeiro, del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración.
En el seminario En defensa del maíz explicó que la empresa estadunidense EP Side elabora un maíz espermicida para ser usado como anticonceptivo: "Si este grano se empieza a cruzar con las plantas silvestres y se dispersa, como ocurrió en Oaxaca, podría ocasionar esterilidad en humanos." Agregó que también la empresa Prodigene sacaría al mercado una variedad del grano que contendría vacunas contra los efectos del sida.
Se prevé que la variedad terminator salga al mercado en 2003, luego de que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos cedió la licencia a la empresa Delta Pine Land. Este producto hace que las semillas sólo puedan ser utilizadas en una siembra, volviéndolas inútiles para cultivos subsecuentes y se obliga así a los agricultores a comprar insumos cada año.
Terminator y maíces criollos
En el caso de terminator existe la posibilidad de que su característica de infertilidad se transfiera a los maíces criollos, haciendo que éstos tampoco se pudieran reproducir, lo cual afectaría la diversidad del grano.
En el mercado actualmente existe el maíz tolerante a herbicidas y el insecticida. Ribeiro agregó que el gran riesgo del uso de transgénicos es que la industria que los desarrolla no se hace responsable de los daños que éstos puedan ocasionar y trasladan el problema a la sociedad.
"Si no se detiene la contaminación y se controlan sus fuentes, lo que puede venir sería peor", agregó. De las empresas que tienen el desarrollo terminator está Novartis, con el cual busca debilitar las funciones naturales de la planta. Cuando se aplica el químico, la planta no presenta cambios y la pregunta es cómo van a saber los agricultores de la presencia de estos transgénicos.
"Esto es preocupante en cualquier lugar del mundo, pero en un centro de origen se magnifica" y el tema de la "contaminación" de los cultivos mexicanos se llevará este año a foros internacionales: al Protocolo de Bioseguridad, al Convenio de Diversidad Biológica, a la Cumbre Mundial de Alimentación y a la Cumbre de la Tierra.
Detalló que la industria que domina el mercado ?Dupont, Dau, Aventis, Novartis y Monsanto (que son Syngenta y Pharmacia) y Pulsar? maneja 75 por ciento de las patentes agrobiotecnológicas del mundo. Tienen ciento por ciento del mercado de semillas transgénicas, la mayoría del de semillas tradicionales y gran parte de los rubros farmacéuticos y agroquímicos.
"Esta industria biotecnológica no puede controlar sus genes, es un tema que se está pasando a la sociedad y los gobiernos. La industria debería tener la responsabilidad sobre eso. Los genes se reproducen libremente en la naturaleza y esto es más grave con el maíz, porque es de polinización abierta", señala.
Estados Unidos maneja una doble moral, indicó, porque el 15 de octubre del año pasado su Agencia de Protección Ambiental publicó un decreto que prohíbe plantar algodón transgénico en el sur de Florida, en Puerto Rico, Hawai y las Islas Vírgenes, porque en esas zonas el producto tiene muchos parientes silvestres y se pueden generar supermalezas.
Debate de científicos
La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) recogió el debate que se comenzó a desarrollar el año pasado en torno a la presunta "contaminación" del maíz criollo con organismos modificados genéticamente. Destacó que la revista científica Nature publicó un artículo de Ignacio Chapela, de la Universidad de Berkeley, en el que presentó las evidencias de la existencia de genes transgénicos en milpas de Oaxaca.
Sin embargo, en respuesta a los hallazgos de Chapela, la revista Nature Biotechnology refutó esa información en un artículo de John Hogdson bajo el argumento de que investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMT) no habían podido documentar la presencia de los transgenes. La AMC resaltó que especialistas del Cinvestav de Irapuato señalaron a esta última publicación que "no había de que preocuparse".
"Después del intento de deslegitimar los resultados de Chapela", Hogdson sostiene que de ser ciertos "los efectos podrían no ser tan negativos". Otros científicos advierten incluso que podría haber beneficios.
Al respecto, Chapela consideró que "el argumento que sugiere un beneficio ambiental como resultado de la introgresión de transgénicos es totalmente equivocado; es decir, que lo que puede ser valorado como bueno para un campo de cultivo de Iowa, no necesariamente es lo más deseable para las milpas de la sierra de Oaxaca".
Por su parte, Daniel Piñero, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, estimó que en un país de alta biodiversidad de parientes silvestres de maíz, en el que los beneficios agronómicos no están definidos ni estudiados y existen riesgos ambientales, el gobierno debería garantizar que este tipo de semillas no será sembrado hasta no garantizar su absoluta inocuidad.
Según la AMC, Chapela indica que "antes de entrar en mayores discusiones, deberían aclararse los conflictos de interés de los participantes en el debate". El CIMMT, por su parte, recomienda que el gobierno encargue a diversos laboratorios independientes analizar las muestras.