Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Sábado 26 de enero de 2002

Política

Ť Le otorgó la producción de aceites "de manera ventajosa"

Bardahl denuncia a Pemex por favorecer a empresa de Jalisco

Ť Inexplicablemente se dio a Impulsora Jalisciense el registro de Mexlub y exclusividad para vender en red de la paraestatal

ROBERTO GARDUÑO

Al probable desvío de recursos de Pemex para actividades electorales y a las auditorías acreditadas en la Cuenta Pública de 1999, que revelaron malos manejos de fondos públicos en la construcción de instalaciones petroleras, se suma la denuncia de Bardahl contra la paraestatal por la "desventajosa" entrega de la producción de aceites a la empresa privada Impulsora Jalisciense, por conducto de la subsidiaria Mexlub, constituida por Salvador Martínez Garza y el ex banquero ?aún preso en el penal de Topo Chico? Jorge Lankenau.

En 1992, año en que se licitó la venta de ese segmento del mercado petrolero, Pemex Refinación se comprometió a incorporar en sus contratos de franquicia una cláusula de exclusividad en favor de la empresa mencionada, abriendo la posibilidad de que el ganador demandara a la paraestatal por incumplimiento de las bases de licitación, problema que se presentó años más tarde con una resolución de la Comisión Federal de Competencia, que calificó como monopólicas las actividades de Mexlub.

El año de la venta, Impulsora Jalisciense pagó a Pemex Refinación 508 millones 400 mil pesos, más IVA, de los cuales 483 millones 400 mil pesos correspondieron al valor de los bienes intangibles, que son aquellos que tienen que ver con la facilidad de vender sus productos en todas las gasolineras de Petróleos Mexicanos en el país.

La empresa se constituyó una semana antes de la firma del contrato

jorge-lankenau-1El manejo de la operación fue tan irregular que una semana antes de firmarse el contrato de coinversión -el 19 de enero de 1993- entre Fernando Manzanilla Sevilla, ex director general de Pemex Refinación, y el administrador único de Impulsora Jalisciense, Salvador Martínez Garza, en el que fungieron como testigos de honor el ex gobernador de Jalisco Carlos Rivera Aceves y Francisco Rojas Gutiérrez, entonces director general de Pemex, Jorge Lankenau Rocha -en ese tiempo propietario de Banca Confía-y el mismo Salvador Martínez acudieron ante el notario número 5 de Guadalajara, Eduardo González Bátiz, para constituir la citada empresa, como lo establece el acta constitutiva número 15 mil 148.

Entre las ventajas que Pemex Refinación otorgó a Mexlub destaca la de "utilizar su red de distribución y almacenaje -incluyendo sus agencias de ventas- en la distribución y comercialización de aceites lubricantes. Por dichos servicios, Pemex será compensado, en el caso de almacenamiento, con 10 pesos por cada mil litros de aceite lubricante o por cada mil kilogramos de grasas, y en transporte (incluye manejo y descarga) y servicios similares, la cantidad que se tiene que rembolsar a la paraestatal por el costo de proporcionar dichos servicios debe ser multiplicada por el factor 1.1".

En un legajo de documentos obtenidos ayer en la Cámara de Diputados se sustenta que la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex, por medio de un reporte preliminar de los estados financieros de Mexicana de Lubricantes, con fecha del 13 de marzo de 2001, hizo saber que la Comisión Federal de Competencia, además de considerar como prácticas monopólicas las actividades de la aceitera, encontró que Mexlub dejó de ser "financieramente viable, porque generará demandas y pérdidas patrimoniales para Pemex Refinación, y se presentarían posibles responsabilidades para los funcionarios de la paraestatal".

Además de los riesgos de quiebra en Mexlub, la empresa representa un problema legal para Petróleos Mexicanos, porque Bardahl promovió dos demandas contra la aceitera y contra Pemex.

"La primera por incumplimiento del contrato de licencia de uso de marcas entre ambos consorcios, solicitando la rescisión del mismo, y la segunda por daños y perjuicios en demérito de la marca Mexlub (que pertenece a Bardahl y es propiedad de Sergio Díaz) con la entrada de la marca Akron (también propiedad de Impulsora Jalisciense), exigiendo una compensación de 100 millones de dólares".

Y es que a la intervención de Bardahl como parte demandante se suma otra posibilidad de riesgo para la paraestatal, porque en una nota informativa que el 13 de febrero de 2001 envió Pemex Refinación a Raúl Muñoz Leos, director general de la paraestatal, se asume que la situación financiera de Mexlub "es difícil".

No obstante, el documento advierte que la práctica contable de capitalizar gastos legales y la amortización del uso de la marca responde a una estrategia de Mexlub para documentar una demanda por daños y perjuicios contra Pemex.

La unidad de planeación corporativa de Pemex también estudia los beneficios para la paraestatal en la sociedad con Mexlub, así como los costos por los procedimientos administrativos y legales, y pregunta: "por qué Mexlub suscribió contratos desventajosos con Bardahl y Pemex Refinación no se lo impidió".

Esa área de Petróleos Mexicanos también analiza los resultados negativos y la descapitalización de Mexlub: "por qué Pemex Refinación no rescindió los contratos de manera anticipada. Y por qué no ha objetado el cargo anual que hace Mexlub por el derecho al uso de marca en contra de los resultados de la empresa y su registro en libros".

Historia de las ventajas para Mexlub

En 1992, el gobierno federal inició la licitación para abrir la puerta a la participación mayoritaria del sector privado en la formulación, el envase y la distribución de lubricantes y grasas en territorio nacional, con el objetivo de sustituir las tareas que hasta entonces realizaba Pemex Refinación, en las que continuaría participando como socio minoritario, con 49 por ciento del capital social.

La licitación abarcó bienes tangibles e intangibles, pero en lo fundamental, los segundos se constituían como los más atractivos, porque se puso a la venta el acceso exclusivo a las gasolineras. En 1991, las ventas de Pemex en el sector de lubricantes automotores representaban 47 por ciento del mercado nacional, y de este porcentaje, 37 por ciento correspondía a la comercialización en estaciones de servicio.

En el contrato de coinversión, realizado el 19 de enero de 1993, se suscribieron subcontratos para licencia de uso de marcas, suministro de aceites básicos, maquila, transición y fideicomiso con Multibanco Comermex.

Pemex vendería a Mexlub equipo y maquinaria y le otorgaría el uso de sus marcas registradas cuando menos por 20 años. Además, se obligaba a no competir con ella y a incluir en sus contratos de franquicia con las gasolineras una estipulación para comprar y vender en forma exclusiva sus aceites y grasas lubricantes.

El monto del pago que hizo Mexlub en 1993 se obtuvo de un préstamo quirografario de Banpaís, que no fue avalado por Pemex. Desde entonces la situación financiera de la empresa fue inestable, al grado de que tuvo un desplome en sus ventas, porque en el año que inició su operación abastecía 47 por ciento del mercado nacional, y en 2000 cayó hasta 28 por ciento.

Además, la empresa Bardahl era dueña del registro de la marca de Mexlub, pero inexplicablemente, Impulsora Jalisciense ganó el registro en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. Tras un breve litigio legal entre ambas empresas, el 30 de noviembre de 1994 firmaron un contrato y Bardahl concedió gratuitamente y por 20 años el uso de la marca, de manera "desventajosa, por presiones de la dirección general de Pemex, porque después de 20 años recobraría su marca Mexlub con alto posicionamiento y costo en el mercado".