Oportunidades perdidas
Las elecciones intermedias de 2003 siguen proyectando su larga sombra sobre las acciones del gabinetazo y el equipo "amplio" con que el presidente Fox inicia el segundo año del gobierno del "cambio".
Al Partido Acción Nacional (PAN) el horizonte también le depara negros nubarrones. Tal vez por ello, e independientemente de la factura que tendrá que pagar (junto con Fox y sus "estrategas") por la sonora derrota que le propinara el Congreso al antipopular reformón, apenas en diciembre y en ocasión de su decimotercera asamblea nacional, dirigentes, gobernadores y legisladores demandaron más panismo al gobierno de Fox: "de nuestro fortalecimiento depende en parte la suerte de este primer gobierno humanista", señalaron.
El gobernador de Yucatán, Patricio Patrón Laviada, comentó que al gobierno le ha costado trabajo "aterrizar" el proyecto panista, debido a la presencia de funcionarios que siguen siendo leales al anterior régimen, y recomendó a Fox "hacer cambios en el equipo de gobierno; cambios en los funcionarios que están boicoteando".
Por su parte, el senador panista Javier Corral agregó que el PAN tiene "que ser muy claro con el Presidente y darle su opinión sobre la conformación del gabinete y esta convivencia con ex funcionarios priístas, algunos de ellos verdaderos hampones".
Y por si no fuera suficiente, hasta el tenebroso senador Fauzi Hamdan (Mr. IPAB) escribió que el "inicio del año es motivo de esperanza, significa otra oportunidad para corregir errores", mientras Carlos Medina Plascencia subrayó que "62 años no nos pueden mostrar nada más como un partido de lo que debe ser el ejercicio de gobierno" y el diputado García Cervantes preguntó: "¿por qué el Presidente en el primer año de gobierno habla de una soledad?"
No sorprende, por tanto, que sea un panista de la última hora, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien venga a reconocer, sin pudor alguno, que "el país no está para dar golpes de timón". Y acierta: en el caso del gabinete de salud y seguridad social designado por Fox es claro que su "gobierno" se ha reducido a operar la continuidad de las "políticas" de los últimos 18 años priístas.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social el tecnócrata zedillista Santiago Levy -apoyado en el priísta Jorge Estefan- acaba de maniobrar frente al Congreso una deshumanizada "reforma" financiera que "modifica y adiciona" su ley. Siguiendo a la lettre la treta que le recomendara a Fox el Banco Mundial para precipitar el ritmo de las inconsultas e impopulares "reformas" so riesgo de comprometerlas ("acciones para el corto plazo 2001-04 que deberían ser instrumentadas sin demora"), Levy pretendió, además, amedrentar a la opinión pública.
Sólo tres semanas después de las modificaciones a la ley, Levy sacudió el petate del muerto y con su desparpajo habitual asumió públicamente algo nunca visto en la ya larga historia de los directores generales del IMSS: la "posibilidad de que el instituto no pueda cumplir con su papel de prestador de servicios". Por supuesto que evitó cualquier alusión a los funcionarios priístas responsables de la situación actual del instituto y no dijo una palabra sobre cómo mejorar la situación de los médicos y sus pacientes.
Pero no se queda atrás la Secretaría de Salud "conducida" por otro priísta -según Bucareli 8-, Julio Frenk. En un acto de prestidigitación, después de haber presentado el Seguro Popular como "novedoso programa de subsidios escalonados a la demanda", el Día de la Enfermera Frenk lo transmutó en un programa "de oferta": las 546 unidades puestas en "operación plena por el presidente Fox es una cifra sin precedente. Será suplementada en breve por otro centenar de unidades". Así, lo rutinario del despacho se convierte en extraordinario: "me es grato informarles -advirtió a las enfermeras- que en el presupuesto aprobado se incluyen los recursos necesarios para mantener la operación de todas estas unidades".
Aunque sin duda el caso más patético es el del ISSSTE. Como sucediera en 2001, Benjamín González Roaro (a cargo de la oficina en representación de la maestra Elba Esther Gordillo -la "amiga de Fox" y compañera de fórmula con Roberto Madrazo para dirigir el PRI-) inició 2002 con la pata chueca: los trabajadores solicitaron su renuncia inmediata.
Con estos "funcionarios" el PAN seguirá evitando dar los golpes de timón que tanto asustan a Creel, pero que le acarrearon el voto masivo a la Alianza por el Cambio. Con ellos, seguirá perdiendo su primera oportunidad "histórica" de gobernar y cumplir con el compromiso de desmantelar el antiguo régimen. Ť