Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Sábado 26 de enero de 2002

Economía

Ť Llegan cientos de ONG; el Waldorf Astoria y sus alrededores, convertidos en búnker

Simulacros policiacos y equipo de alta tecnología, para enfrentar a manifestantes en Nueva York

Ť La "ira" contra la globalización, entre los temas en el Foro Económico Mundial

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Nueva York, 24 de enero. Cientos de policías provistos del más moderno equipo antimotines avanzan blandiendo sus macanas y gritando "šmuévete, muévete!" contra decenas de manifestantes que a su vez corean "sin justicia no habrá paz". Detrás de ellos están estacionadas camionetas equipadas con sistemas de comunicación de alta tecnología, donde se encuentra el comando de la operación. Mientras, helicópteros policiales aterrizan sobre el campo de batalla.

Es un simulacro: los "manifestantes" son cadetes de la academia de policía y la práctica se efectuó en el estadio Shea, de los Mets de Nueva York, la semana pasada. Esta escena y otras similares se han repetido durante las últimas semanas en preparación del próximo enfrentamiento por la "globalización" que ocurrirá en una semana, cuando se celebre la reunión anual del Foro Económico Mundial -que hasta ahora se había realizado en su sede de Davos, Suiza- en el lujoso hotel Waldorf Astoria.

Este año el foro decidió trasladar su reunión anual a esta ciudad como muestra de solidaridad con Nueva York después del 11 de septiembre. Ahí llegarán unos 3 mil participantes, entre ellos representantes de más de mil de las empresas más importantes del mundo, junto con figuras reconocidas de los ámbito político, académico y hasta religioso.

El foro se realizará del 31 de enero al 4 de febrero y abordará temas de la "agenda mundial", desde la pobreza, el crecimiento económico y la seguridad después del 11 de septiembre, hasta las razones de la "ira mundial" por la globalización y cuestiones como "la esperanza" y el futuro.

En respuesta a este acto se han dado cita aquí cientos de agrupaciones que se oponen por diversas razones a lo que llaman la "globalización corporativa". Prometen invadir las calles con sus mensajes de oposición a políticas que, acusan, atentan contra la mayoría de la humanidad, el medio ambiente y la democracia, y para expresar su solidaridad con el Foro Social Mundial que se celebrará en forma paralela en Porto Alegre, Brasil.

La policía, recordando Seattle, Quebec, Génova y tantas ciudades más que han sido sede de este tipo de actos, se prepara y advierte que las fuerzas de seguridad no permitirán que se repitan las escenas que han acompañado a estos foros promotores de la globalización del libre mercado y el libre comercio.

Manifestaciones legales

El amplio y heterogéneo abanico de organizaciones y agrupaciones de oposición que en su conjunto fueron bautizadas en Seattle intentarán dar una bienvenida a los participantes del Foro Económico con manifestaciones "legales", marchas, foros educativos, expresiones culturales y, claro, acciones de desobediencia civil y de "acción directa". Ya se han programado más de una decena de estos actos en diversos puntos de la ciudad y lo más cerca posible del epicentro de todo esto, el Waldorf Astoria.

Habrá foros sobre las consecuencias de la globalización, las implicaciones de la "guerra contra el terrorismo" y reportes desde el Foro Mundial Social de Porto Alegre. También habrá títeres, un cacerolazo en solidaridad con el pueblo argentino, una reunión de sindicalistas, otra de estudiantes, un baile de tango y rumba en Columbus Circle y una "convergencia anticapitalista". Estarán presentes ambientalistas, socialistas en sus mil corrientes, organizaciones no gubernamentales de todo tipo y, por supuesto, los anarquistas. Algunos dicen que solo participarán en actos "legales", otros vienen con la idea de organizar un "carnaval contra el capital" mediante acciones directas para buscar interrumpir el foro económico.

Muchos están a la espera de evaluar este enfrentamiento como la primera evidencia de que el movimiento "antiglobalización empresarial" en Estados Unidos logró sobrevivir el clima político surgido después del 11 de septiembre de 2001. Nadie hace pronósticos sobre el número de manifestantes que acudirán: algunos afirman que serán decenas de miles; a otros les preocupan que sean menos que los que estarán dentro del Waldorf.

Listos para cualquier contingencia

"Las manifestaciones se permitirán si son pácificas. Pero si intentan irrumpir y violan la ley entraremos en acción", advirtió el nuevo jefe de la policía de Nueva York, Raymond Kelly. En otra ocasión aseguró: "Sentimos que estamos mejor preparados que cualquier otra ciudad para enfrentar cualquier contingencia" en este evento.

John Timoney, ex comisionado de policía de Filadelfia, y quien asesora a la policía neoyorquina para este acto, dijo a The New York Times: "Hoy día los manifestantes son mucho más sofisticados que hace 25 o 30 años. Planean mucho más y usan mayor variedad de tácticas, incluyendo el uso de algunos manifestantes legítimos como escudo. Lo hicieron en Seattle y nos lo hicieron en Filadelfia. No perciben el daño contra la propiedad de las empresas como un crimen".

Como hay "manifestantes legítimos" que se expresan sin violencia, las corporaciones de seguridad pública están particularmente preocupadas por esos "cientos" de manifestantes que no se portan bien. "Hay un grupo reducido de anticapitalistas que arroja sustancias tóxicas o líquido rojo a los policías, vuelca coches e interfiere con los derechos de los manifestantes pacíficos", advirtió Timoney.

Por lo tanto, la policía buscará convertir el centro de esta reunión en lo que algunos ya apodaron "La Fortaleza Waldorf": establecerá una área de control total en unas cinco cuadras alrededor del hotel sobre Park Avenue, y ni a la prensa le será permitido el ingreso al hotel. Según el Village Voice, habrá miles de policías municipales, dos batallones de detectives de policía, tres batallones del Servicio Secreto y otros dos de agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Tras destacar que la amenaza no sólo radica en algunos activistas, sino también en terroristas que podrían considerar esta reunión de la elite económica mundial como un objetivo, las agencias de seguridad pública de la ciudad y del gobierno federal dicen estar preparadas para cualquier contingencia.

Así, las calles de Nueva York estarán llenas de títeres, manifestantes de todo color y credo, cacerolazos, posibles terroristas, mil empresarios, unas 250 figuras políticas (entre ellos tal vez 20 mandatarios) y cientos de expertos, académicos, artistas y premios Nobel, en una ciudad un poco harta del caos mundial.