Los integrantes de una orquesta deben conducirse como seres divinos: Misha Katz
Ť La música tiene una fuerza mayor que el acohol o las drogas, considera
ANASELLA ACOSTA NIETO
Polémico en el mundo por romper el rito en la dirección de orquesta al bajar del podio, mezclarse con los músicos y ampliar la batuta a una búsqueda conjunta del sonido, Misha Katz dirigirá este sábado y mañana domingo a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.
Con música de Mikhail Glinka, Sergei Rachmaninov y Piotr I. Chaikovski, el director de origen ruso mostrará su concepto de lo que debe ser la dirección artística: un triángulo de armonía, en el que el director es el encargado de captar una vibración divina, transmitirla a la orquesta y ésta al público.
La insatisfacción permanente, la búsqueda, la obsesión y una especie de paranoia llevan a Katz a encontrar en la meditación el camino para dirigir el alma de los músicos, provocar una vibración en la orquesta y ofrecer algo más al público, ''no como músicos de orquesta, sino como seres divinos".
El músico propone un viaje astral en el que ''el aburrido papel de director -que por tradición consiste en indicar la entrada a los integrantes de la orquesta y marcar los compases''-, se transforma en un nuevo lenguaje en el que confluyen emociones capaces de entrar en otra dimensión. ''Estoy convencido de que la música puede tener el mismo efecto que el alcohol o las drogas, y es una fuerza todavía más grande, una fuerza divina."
El trabajo de un director, explica Misha Katz, es convencer pero ''muchos de mis colegas no se atreven; 95 por ciento de los directores tienen un miedo tremendo a la orquesta, como los políticos que sienten miedo ante el pueblo. Tienen temor de cometer errores, de no tener el nivel de competencia que la orquesta pide y lo más importante: les falta amor".
Para el polémico director, que concibe la música como energía divina, el público más difícil no es el de los melómanos y los críticos, que a veces -expresa- no saben nada, sino el de los niños y los campesinos, quienes tienen una sensibilidad muy fina y nunca se les puede engañar; ''el verdadero público es el público del pueblo''.
Para el rebelde del Conservatorio de Moscú, inconforme con una sola forma de pensar y con un solo concepto musical, la libertad fue condición necesaria para ingresar de manera real en la música. Explica: ''El arte y la libertad de pensamiento y de expresión forman un fuerte matrimonio".
En la música clásica generalmente el director no se mueve, marca compases a la izquierda, a la derecha; como funcionarios, comenta. ''Trato de romper ese aspecto porque el público llega al concierto para buscar algo excepcional. Debes responsabilizar a la orquesta de eso; la gente ofrece su tiempo, tú debes ofrecer algo precioso."
Respecto de la formación de los músicos,
Katz comenta que ''hace falta la apertura de espíritu. Se puede ser un músico sensacional, muy buen instrumentista superprofesional, pero si el espíritu está cerrado a las nuevas ideas, se está condenado a estar en el mismo nivel. Lo interesante es que los seres humanos no tenemos límites".
Posible sucesor de Jorge Mester
Katz considera que el nivel de las orquestas de México se ha elevado de manera impresionante. ''La Filarmónica de la Ciudad de México está a la altura de grandes e importantes orquestas en el mundo y es una de las que tienen mayores posibilidades, aunque son lamentables los conflictos que enfrenta con el gobierno de la capital, pues músicos, director, autoridades y, sobre todo el público, pierden.''
El director permanente de la Orquesta Filarmónica Nacional de Bielorrusia señala: ''Si en México hay problemas culturales, si hay ausencia de público porque no les gusta la música clásica, hay que ir al fondo del problema para cambiarlo. Ofrecer al público mucho amor, algo que no conozca; hay que dar algo más que los aburridos conciertos''.
Katz, quien luego de abandonar Rusia y vivir en Francia -donde radica- vivió año y medio en México, pero dejó esta tierra ''porque no aguantaba la ausencia de diálogo y comprensión por parte de las instituciones culturales'', explica: ''Hay personas que están fuera de la realidad de las necesidades culturales del país, del público y de los músicos''.
En el medio musical se ha mencionado a Katz como posible sucesor de Jorge Mester, quien en dos años concluirá su contrato con la OFCM. Sobre esa posibilidad, Katz mantiene reserva, pues señala que esperará los resultados de la experiencia de volver a México y la posible armonía que logre con las orquestas y las autoridades.
Los dos conciertos que ofrece la Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la batuta de Katz, se efectuarán en la sala Ollin Yoliztli (el de hoy será a las 18 horas y el del domingo a las 12 horas).