Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Lunes 28 de enero de 2002

Economía

Ť Se opone a que cualquier vicepresidente deba dar cuenta de conversaciones privadas

Cheney: no se entregarán al Congreso documentos de reuniones con Enron

Ť El tribunal de contabilidad acudiría a la justicia para obtener documentos sobre el plan energético

AGENCIAS

Washington, 27 de enero. El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, advirtió que la Casa Blanca no entregará al Congreso los documentos relacionados con las reuniones privadas que se celebraron entre dirigentes de Enron y el equipo encargado de diseñar la política energética del gobierno de George W. Bush.

''No hay secretos en lo que hemos hecho con el grupo de trabajo sobre energía'', argumentó Cheney, encargado de poner a punto la política del sector presentada el año pasado. El equipo del vicepresidente mantuvo reuniones con autoridades del distribuidor de energía Enron, que se declaró en bancarrota en diciembre anterior y al que se acusa de malversaciones financieras.

Cheney dijo que se opone a que a ''cualquier otro vicepresidente le sea imposible mantener una conversación privada con alguien sin tener inmediatamente que explicar a los parlamentarios de qué hablamos''.

Presiones desde la GAO

El sábado, el Congreso dio a conocer que está dispuesto a solicitar a la justicia que obligue al vicepresidente a divulgar documentos que podrían demostrar la injerencia que tuvo Enron en el diseño de la política energética de la actual administración.

David Walker, director de la General Accounting Office (GAO), especie de tribunal de cuentas, pide desde hace meses el acceso a documentos que sirvieron para preparar el programa energético, pero la Casa Blanca se ha negado a ello con el argumento de que sería violar la privacidad.

Walker amenazó ante la prensa con presentarse a la justicia si no conseguía esos documentos. De darse el caso, sería la primera ocasión en que la GAO recurre a una instancia judicial para obtener información de una entidad administrativa. ''Nunca antes se había dado el caso de que la administración federal se haya rehusado a proveer este tipo de información'', afirmó Walker.

Pero Cheney recordó que la administración Bush anunció que estaba preparada para solucionar la controversia ante la justicia y señaló que el asunto ''será resuelto ante los tribunales, porque es una cuestión de principios''. Aseguró que la GAO está fuera de su jurisdicción para pedir esos datos.

El Congreso pide, además de la información acerca de las seis reuniones privadas que sostuvieron el año pasado representantes gubernamentales con ejecutivos de la firma en quiebra, los nombres de los participantes, el lugar y las fechas en que se llevaron a cabo los encuentros. En las reuniones para preparar el programa energético participaron, entre otros, el ex presidente de Enron, Kenneth Lay, uno de los donantes para la campaña presidencial de Bush en 2000, que renunció la semana pasada a su puesto.

Algunos congresistas demócratas sugieren que Enron obtuvo beneficios por sus lazos con importantes funcionarios del gobierno de Bush, y demandan información sobre los contactos entre la compañía y la administración federal.

El gobierno ha mencionado que Cheney o su equipo de trabajo se encontraron con directivos de la compañía en seis ocasiones el año pasado, pero en ninguna se abordó la situación financiera de Enron.

En junio, el vicepresidente habló a un líder opositor indio sobre un proyecto de Enron en India, que sería uno de los mayores que la empresa con sede en Houston tenía en el extranjero. El mismo tema habría sido abordado por el secretario de Estado, Colin Powell, durante un encuentro con un importante funcionario del país asiático.

''A lo que me opongo, y a lo que el presidente también se opuso, es a hacer algo de forma que a mí o a cualquier otro futuro vicepresidente le sea imposible mantener una conversación privada con alguien sin tener inmediatamente que explicar a los parlamentarios de qué hablamos. Ya le dijimos (el presidente y yo) a la GAO que no lo haríamos'', declaró Cheney en la televisión estadunidense.

Advirtió que la autoridad de la GAO no se extiende al cargo que él ostenta ni al del presidente Bush, y alertó que pasar por encima detalles de esos encuentros podría debilitar a la Presidencia.

Cheney aseguró que otras administraciones han comerciado con la autoridad del presidente para hacer su trabajo, pero ''nosotros no haremos eso en este gobierno. El compromiso del presidente es dejar a las futuras generaciones una mejor administración'' de la que Bush y el propio Cheney encontraron al comienzo de la gestión.

El derecho de saber

El líder del Senado, Tom Daschle, sostuvo que los estadunidenses tienen el derecho de saber qué ocurrió en las reuniones del equipo de Cheney con directivos de Enron; el asunto, señaló, podría ser resuelto en la corte.

El viernes, la Casa Blanca encargó a las agencias gubernamentales que tienen contactos con Enron y su auditora Andersen revisar los acuerdos entre las firmas y el gobierno para determinar si ejecutaron sus obligaciones. El monto de los contratos de las compañías con el gobierno es relativamente intrascendente, pues suma 60 millones de dólares, cifra mínima para Enron, que el año pasado presentó un balance por más de 100 millones de dólares.