Ť La Convención de Ginebra, aplicable a detenidos: juristas del Departamento de Estado
Bush reitera que los talibanes en Guantánamo no serán tratados como prisioneros de guerra
Ť "Tienen suerte de estar bajo custodia estadunidesnse", asegura el portavoz Ari Fleischer
AFP, REUTERS Y PL
Washington, 28 de enero. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, insistió hoy en que los talibanes y miembros de la red Al Qaeda confinados en la base naval de Guantánamo, al oriente de Cuba, no serán tratados como prisioneros de guerra, sino como "combatientes ilegales", y anunció que próximamente definirá el estatus legal de estos detenidos.
"Tomaré pronto la decisión de cómo interpretar legalmente la situación" de los detenidos en Afganistán, dijo Bush durante una conferencia de prensa conjunta con el jefe del gobierno interino afgano, Hamid Karzai, en la Casa Blanca.
El mandatario se reunió esta mañana con su equipo de seguridad nacional, y dijo que "estamos de acuerdo en muchas cosas. Primero, no serán tratados como prisioneros de guerra; son combatientes ilegales. Segundo, serán tratados humanamente.
"No hay elementos que muestren que los tratamos sin respetar el espíritu de la Convención de Ginebra. Los que lo dicen no saben de lo que hablan", subrayó, en alusión a las críticas de organismos humanitarios sobre la situación.
Horas después, trascendió que los juristas del Departamento de Estado "llegaron a la conclusión de que la Convención de Ginebra se aplica a los detenidos en la base de Guantánamo, incluso si no se les otorga calidad de prisioneros de guerra".
Un alto funcionario citado por Reuters indicó que los juristas consideran que "en términos de esta misma convención (la de Ginebra), estas personas no son prisioneros de guerra".
Los organismos humanitarios protestan tanto contra las condiciones del cautiverio, en jaulas de 4.3 metros cuadrados que permanecen iluminadas las 24 horas, como por el rechazo de Washington a otorgar a los detenidos el acceso a una defensa adecuada e imparcial. También ha levantado inconformidades la difusión de una foto que muestra a los prisioneros maniatados, vendados, con tapabocas y orejeras, arrodillados ante sus captores.
Una disposición presidencial de noviembre pasado estipula juicios sumarios para los detenidos, quienes no podrán apelar del veredicto de los jueces militares.
Antes de que Bush hiciera estas declaraciones, el portavoz de la Casa Blanca insistió en una lectura "moderna" de la Convención de Ginebra. "Lo que está en juego es la naturaleza única de este conflicto, y que (los 158 detenidos) sean originarios de más de 130 países", declaró Ari Fleischer.
"Esta no es una guerra bien definida, al estilo antiguo al que nos hemos acostumbrado, en la que es Estados Unidos contra un ejército que representa a una nación aceptada", explicó.
El portavoz destacó además que los principales responsables de la administración de Bush -incluido el secretario de Estado, Colin Powell, quien según sus colaboradores consideraba seguir las estipulaciones de la Convención de Ginebra- están de acuerdo en que los detenidos no pueden beneficiarse del estatus de prisioneros de guerra.
Por ello no serán liberados al terminar el conflicto en Afganistán; pueden ser interrogados libremente e ignoran si serán juzgados, por quién y cuándo.
Son "terroristas", declaró el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. "Los tratamos de forma muy humana", insistió este lunes la portavoz de ese departamento, Victoria Clarke. Y Fleischer consideró que "tienen suerte de estar bajo custodia estadunidense", y que reciben tres comidas al día y asistencia médica, lo que nunca tuvieron en Afganistán.
El vicepresidente Dick Cheney dijo la víspera que la Convención de Ginebra "fue creada para lidiar con una guerra entre estados soberanos; tiene cláusulas para lidiar con una guerra civil. Sin embargo, en el caso en que uno tiene protagonistas que no son estados, que salen a matar civiles, entonces hay serias dudas de que la convención siquiera se aplique".
Las respuestas
Michael Ratner, vicepresidente del Centro para los Derechos Constitucionales, recordó hoy que el artículo 5 de esa convención claramente precisa que si existe "alguna duda" sobre el estatus de los capturados, deben ser tratados como prisioneros de guerra hasta que su situación sea determinada por "un tribunal competente".
Human Rights Watch, en una carta enviada a la consejera de Seguridad Nacional, Condolezza Rice, sostuvo que el gobierno de Estados Unidos "no puede librar la guerra en Afganistán con armas, bombas y soldados, y luego asegurar que las leyes de guerra no son aplicables.
"Decir que la Convención de Ginebra no es aplicable en la guerra contra el terrorismo es particularmente peligroso, dada una situación en la que es fácil imaginar que esta 'excepción' podría volverse contra las fuerzas de Estados Unidos en conflictos futuros", señaló Kenneth Roth, director ejecutivo del organismo humanitario.
Human Rights Watch también rechazó las afirmaciones de Washington sobre los impedimentos del estatus de prisioneros de guerra para realizar interrogatorios que servirían para averiguar sobre eventuales planes terroristas: "De hecho, nada en la Convención de Ginebra descarta el interrogatorio a los prisioneros".
Roth destaca que la convención especifica únicamente que el prisionero de guerra no tendrá obligación de declarar "más que sus nombres y apellidos, y su grado", lo que no impide realizar otras preguntas. Y añade que más allá del estatus del prisionero, los interrogadores no pueden utilizar la tortura.
Además, el organismo humanitario recuerda que la Convención de Ginebra tampoco excluye juicios y sentencias por crímenes de guerra o contra la humanidad.
Las críticas contra el trato a los prisioneros no sólo se limitan a los trasladados al enclave estadunidense en Cuba, sino al dado a los detenidos en la prisión afgana de Shebhargan, reporta este martes el diario británico The Independent.
Un equipo de inspección de Médicos por los Derechos Humanos vio cómo más de un centenar de prisioneros son mantenidos en celdas diseñadas para no más de 15 personas; apenas tienen comida o servicios de salud, y los propios custodios han reconocido que "muchos, muchos detenidos han muerto" por neumonía, disentería y otras enfermedades.
El grupo dijo que aun cuando el control de la prisión fue transferido al general afgano Rashid Dostum, Estados Unidos todavía tiene responsabilidad por la prisión, ya que hasta el 14 de enero controló el acceso al presidio, además de haber liderado, controlado y organizado la guerra de Afganistán.