Ť Prevén que sus trabajos estarán marcados por la guerra de EU contra el terrorismo
Asume México la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU; lograr consensos, la meta
Ť Incertidumbre por la eventual participación de tropas mexicanas en fuerzas de paz
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 31 de enero. Por tercera vez en la historia de la Organización de las Naciones Unidas, México se integró como miembro electo del Consejo de Seguridad con el objetivo, según funcionarios de aquí y del país mencionado, de enfatizar el consenso multilateral en la toma de decisiones y puesta en marcha de maniobras, marcadas por los acontecimientos del 11 de septiembre.
El nuevo embajador ante la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, ocupará la presidencia del Consejo de Seguridad durante febrero (un puesto permanentemente rotatorio) en una coyuntura en la que la "guerra contra el terrorismo" domina el discurso diplomático internacional, y cuyos términos son definidos, en gran medida, por Estados Unidos.
A este respecto, un diplomático mexicano en entrevista con La Jornada aclaró: "por supuesto que para México es muy importante que todas las acciones que se lleven a cabo contra el terrorismo estén enmarcadas en el derecho internacional, dimensionadas por decisiones multilaterales de consenso", "México considera que precisamente su presencia en el Consejo de Seguridad coadyuva a que el perfil del combate internacional al terrorismo sea multilateral, dentro del marco del derecho internacional, y con definiciones que se alcancen por el consenso de las naciones", añadió el diplomático.
En busca de la asociación estratégica
Según fuentes diplomáticas mexicanas entrevistadas por La Jornada, una de las aportaciones que desea ofrecer el gobierno de Vicente Fox en la presidencia del Consejo de Seguridad es promover que la ONU actúe de forma más integral, a través de una "asociación estratégica". De acuerdo con estas fuentes, "el tema en el que de manera inmediata hay una oportunidad para discutir es el de la asociación estratégica entre el Consejo de Seguridad y los órganos de la ONU para construir condiciones de paz estables y duraderas".
El objetivo es que "cuando la ONU logre un compromiso a favor de la solución de un conflicto y del fortalecimiento de las condiciones de paz, este acuerdo involucre al conjunto de las instancias de la organización, y no bajo el liderazgo del consejo, si no más bien que el consejo siga el liderazgo de las otras instancias del organismo", agregaron las fuentes.
El gobierno de México también entiende que la presidencia del consejo no sólo implica la coordinación de la agenda de esa máxima instancia, sino que ese alto perfil diplomático ofrece tanto oportunidades como riesgos en el mundo diplomático.
No cabe duda que Estados Unidos tiene una presencia determinante y desigual dentro del Consejo de Seguridad y, por lo tanto, analistas han señalado que el comportamiento de un país electo frente a los miembros permanentes, y particularmente Estados Unidos, puede tener altos costos políticos. Pero las fuentes diplomáticas mexicanas consultadas señalan que el proceso de consenso es la mejor forma de operar en esta instancia y que ese es el objetivo de México.
Por esto, indican las mismas fuentes, México buscará manejarse dentro de la construcción de consensos y evitar pugnas bilaterales con ciertos miembros del Consejo de Seguridad.
"Un consejo que trabaja en la construcción de consensos es el que marca la pauta de la participación mexicana. México va a votar buscando los acuerdos y en ellos encontrará la vertiente de sus propios intereses. Los países que rompan los consensos, serán quienes se estén apartando de un pacto internacional.
"No se puede considerar que la posición de México en ese sentido sería de confrontación con un país u otro. Por eso México no ve los mismos peligros que se anticipaban en discusiones anteriores, al contrario".
En torno a EU y la ONU, señaló una de las fuentes, el hecho de que México goce de una "relación madura" con el país del norte puede hacer que la representación mexicana disienta con "las posiciones de Estados Unidos en el consejo", sin por ello crear una confrontación con Washington ni trastocar el marco de la relación bilateral, "porque (el disenso) se da en un marco de entendimientos multilaterales".
Esta posición parte del objetivo de la política exterior del gobierno de Fox de subrayar el multilateralismo en las relaciones internacionales, explicó un diplomático. "Ese será el tema mexicano, es cuestión de reforzamiento de los mecanismos multilaterales", dijo, e insistió en que la mejor forma de abordar crisis que impactan en la seguridad y la paz internacionales es mediante esfuerzos multilaterales. Se subrayó que esta postura surge de la tradicional posición diplomática de México en el ámbito internacional.
Una de las interrogantes dentro y fuera de la ONU es si México considera o está dispuesto, en una política exterior que dice ser más "activa" e involucrada en los principales temas mundiales, a participar en operaciones de mantenimiento de paz, incluyendo la aportación de tropas a las fuerzas internacionales.
Según fuentes diplomáticas tanto aquí como en México, no se descarta esta posibilidad, pero una de las fuentes consultadas explicó que "contribuciones militares a operaciones de mantenimiento de paz no es la ventaja comparativa de México, no es donde México puede tener una aportación más significativa. Esto no está en el ámbito de consideraciones, no se nos ha pedido, no es lo que la comunidad internacional espera de México. Lo que se espera de nosotros es precisamente el dinamismo de su política exterior multilateral, la perspectiva de cómo vemos los problemas. Son los grandes esfuerzos por el desarrollo, son los grandes compromisos para modificar y revertir las situaciones de pobreza, salubridad, de destrucción ambiental que son las que llevan a conflictos".
Sin embargo, otras fuentes diplomáticas agregaron que el presidente Fox desea que se realice una discusión más amplia en el país sobre este tema y que México no rechace por completo esta posibilidad.
Por otro lado, algunas fuentes diplomáticas mexicanas consideran que México, como miembro del consejo, "tiene un perfil particular que se debe a su tamaño, su ubicación geográfica, la dimensión de su economía, las tradiciones y compromisos de su política exterior y la naturaleza de su nuevo régimen democrático".