Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Viernes 1 de febrero de 2002

Política

Luis Javier Garrido

Los foros

El debate que no acaba por darse en México y en el resto de los países latinoamericanos sobre la imposibilidad de que los gobiernos actuales impulsen políticas económicas y sociales en beneficio de las mayorías, ha sido sustituido por el monólogo de quienes detentan el poder y que no hacen otra cosa que festejar sus políticas, y un ejemplo muy claro son los foros de Nueva York (Estados Unidos) y de Porto Alegre (Brasil), que se presentan bajo signos casi opuestos, pero que comparten más semejanzas de las que reflejan los medios.

1. Los dos eventos internacionales son encuentros de dirigentes que coinciden en un punto fundamental: no existe para nuestros países más vía que el capitalismo trasnacional, impuesta desde Washington por los organismos financieros bajo el signo del neoliberalismo.

2. El Foro Económico Mundial de Manhattan (31 de enero-4 de febrero) no es otra cosa que el anual Foro de Davos (Suiza) de políticos y empresarios, reunido de manera excepcional y por única vez en la urbe neoyorquina para respaldar la nueva estrategia del gobierno de George W. Bush que, con el pretexto de la "lucha contra el terrorismo", preconiza abandonar la vía legal para imponer el modelo neoliberal por la vía de la fuerza, y que está haciendo de Asia central un enclave estratégico. El Segundo Foro Social Mundial (FSM) de Porto Alegre (31 de enero-5 de febrero) se presenta, por el contrario, como un espacio abierto para discutir políticas alternativas, pero no es en el fondo más que un evento controlado por los dirigentes de dos partidos que han hecho del neoliberalismo el eje de sus políticas: el PT, de Brasil, y el PSF, de Francia, que buscan hacer prevalecer los intereses de la socialdemocracia y que no están dispuestos a escuchar la voz de los marginados, por lo que es de suponerse que va a concluir, como hace un año, con un discurso conciliador.

3. El FSM responde a la que ha sido la línea política de la Internacional Socialista en los años del neoliberalismo y que ha preconizado que los partidos socialistas son mejores gestores de los Estados neoliberales que los partidos de derecha tradicional, como ha sido el caso del PSOE en España o de la SPD en Alemania. Y por lo mismo los organizadores buscan convocar a grupos anti globalización y a artistas e intelectuales "de izquierda" para a) evaluar, supuestamente, si existe algún planteamiento alternativo al del Banco Mundial, cuando ellos no tienen voluntad política de abrir una discusión a nivel nacional ni de discutir y presentar propuesta alguna en sus organizaciones y han sido los alumnos mejor portados del FMI y del Banco Mundial; y b) para, en apariencia, "escuchar la voz de los disidentes", cuando buscan realzar su evento con estos grupos, aparentar que tienen un papel relevante frente a los movimientos sociales y proseguir la política de integración de líderes populares a sus partidos y a la política "institucional".

4. La diferencia fundamental entre los partidos de derecha y los socialdemócratas es que sus dirigentes responden a intereses económicos diferentes. Y si José María Aznar (presidente del gobierno español y líder del PP) ha actuado frente a la crisis argentina como representante del lobby de bancos españoles, propietarios del sistema financiero argentino, que se enriquecieron sin límites durante los gobiernos de Menem y de De la Rúa, su opositor Felipe González, que ha viajado casi diez veces a México en lo que va del gobierno foxista, no viene a preconizar valores humanistas, sino a atender aquí la representación de otros poderosos intereses trasnacionales de origen español.

5. Las fotos siguen valiendo mil palabras, como la publicada en La Jornada (21/1/02, p. 18), que mostraba a un Felipe González feliz en el estadio de CU, viendo a los pumas de la UNAM al lado del empresario Carlos Slim y del rector De la Fuente; o la que aparece en El País (29/1/02, p. 26) y que lo muestra presentando un libro al lado de Juan Luis Cebrián y de Héctor Aguilar Camín bajo el logotipo de Sanborns, que ocupa, por cierto, la mitad de la foto del diario español.

6. La crisis argentina de 2001-2002 es, en ese sentido, responsabilidad no sólo del gobierno socialdemócrata del peronista Carlos Menem, sino también del conservador Fernando de la Rúa, quienes aplicaron las mismas políticas económicas, como fieles empleados del FMI. Y no es de extrañar que sus partidos a) no tengan una explicación de lo que pasó ni tampoco b) una propuesta (diferente de la de Washington) para salir de la crisis.

7. En México a muchos sorprendió que el PRD buscara negociar la huelga de la UNAM en 1999-2000 a espaldas y en contra de los estudiantes, pero a muy pocos sorprende hoy enterarse que la propuesta para elevar el costo de la luz suprimiendo los subsidios haya venido del PRD al negociarse el presupuesto 2002 o que un perredista vaya a ser el negociador foxista con los campesinos de Atenco.

8. El proceso de deterioro de las clases políticas y su distanciamiento de las causas populares es casi absoluto en todo el continente, y no es por las vías de la represión o de la coptación que va a cambiar la creciente inconformidad popular.

9. Los ciudadanos y las organizaciones sociales que se oponen al modelo neoliberal, que ha llevado al mundo a un desastre sin precedentes, tendrán en estos dos foros tratamiento diferente. En el de Nueva York, los casi 4 mil policías que cuidarán a los 3 mil participantes los reprimirán de manera discrecional y serán nota en los diarios del mundo; en el de Porto Alegre hablarán en algunas mesas, no serán escuchados por los líderes de los partidos que monopolizan el evento y no trascenderán en los diarios. Constituirán una evidencia del rechazo de los pueblos a las políticas actuales, pero no lograrán incidir en un proceso de cambio.

10. El cambio verdadero tiene que venir de una mejor organización nacional, al margen de las instancias tradicionales, que constituya una tenaz resistencia a quienes se sienten con el derecho de disponer del destino de todos, y que sólo así logre revertir las políticas actuales.