Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Viernes 1 de febrero de 2002

Cultura

José Cueli

Trastornos del aprendizaje

Hablar acerca de la educación es todo un reto. De hecho, Sigmund Freud dijo en algún momento que existían tres profesiones imposibles: educar, gobernar y sicoanalizar, queriendo destacar con ello la dificultad intrínseca de esas tres disciplinas.

Si acudimos a un diccionario de sinónimos, el verbo educar se equipara a instruir, ilustrar, doctrinar, dirigir, encaminar, iluminar, alumbrar, iniciar, disciplinar, documentar, demostrar, explicar, profesar, afinar, desarrollar, perfeccionar, dar lección, explicar... Y si a ello agregamos que el individuo por educarse es un ente biosicosocial, la situación se complejiza aún más. Saltan a la vista las grandes responsabilidades de diversa índole (éticas, sociales y políticas) implicadas en la tarea educativa.

En tiempos de globalización resulta inaplazable repensar el lugar de la educación, ya que para muchos millones de individuos a lo largo y ancho del planeta esta estrategia con fundamentos básicamente políticos y económicos resulta violentamente excluyente.

Si pensamos que la educación posibilita el desarrollo del pensamiento y la creatividad del individuo, así como su integración a la sociedad y por tanto la posibilidad de ejercer sus derechos y su libertad individual, privar al sujeto del acceso a la educación es privarlo de su libertad y sus derechos.

Si bien las circunstancias de por sí son preocupantes, existe un grupo particular de educandos que amerita especial atención, ya que a lo antes mencionado, en ellos se agrega el hecho de requerir apoyos adicionales en su proceso educativo, me refiero con ello a niños y adolescentes que presentan trastornos de aprendizaje.

La sicoanalista Fátima Bellido comenta en uno de sus trabajos lo siguiente: "Sabemos que alrededor de 30 por ciento de los niños que ingresan a la educación primaria son portadores de una desviación en los patrones de maduración neurológica. Las manifestaciones pueden ser diversas y variar en grados; sin embargo, en términos generales, en la gran mayoría se ven afectados los procesos perceptuales auditivos y visuales, suele haber fallas en los procesos de atención y concentración, falta de cordinación motora gruesa y fina".

Más adelante, destaca: "si bien la mayoría de ellos cuenta con un potencial intelectual normal e incluso por arriba del promedio fracasan al enfrentarse al proceso de adquisición de la lectoescritura".

Si bien sabemos que lo indicado es un adecuado diagnóstico y un manejo multidisciplinario, Bellido enfatiza que son muchas las preguntas en las que debemos reflexionar ante el diagnóstico sicopedagógico y/o neurológico de trastorno de aprendizaje": ''ƑCómo se estructura el carácter y la personalidad y el yo en estas circunstancias dadas las alteraciones perceptuales? ƑCómo se maneja la herida narcisista en los padres y en el niño? ƑQué mecanismos defensivos se erigen para contender con el fracaso, la baja autoestima y el rechazo? ƑDónde queda el dolor por las expectativas defraudadas y cómo se elabora? ƑCómo enfrentan estos niños y sus familias las crisis de desarrollo? ƑEn qué momento aparecen las fijaciones y las detenciones de desarrollo emocional más las muy frecuentes manifestaciones psicosomáticas como agregados al trastorno de aprendizaje? ƑCómo incide todo esto en la dinámica familiar y en el ámbito escolar?". ƑQué sucede o cómo se modifica el vínculo madre-hijo?".

Vemos con lo anterior la importancia de una aproximación psicoanalítica al diagnóstico y manejo de los trastornos de aprendizaje.

Tal como dijo Maud Mannoni (Carta abierta a todos, L'humanité, 12/06/96): "Aquello que los niños precisan no es resignación sino pasión. Ello sueñan con un mundo donde los actores puedan hablar en nombre propio escapando a la obligación de parecer conformes".