ITACATE
Cristina Barros y Marco Buenrostro
La comida sonorense
LA RIQUEZA CULINARIA de nuestro país no se limita
a los estados del centro y del sur; las cocinas del norte son también
sabrosas y variadas. Aunque los indios que ocuparon originalmente estas
tierras en general fueron nómadas, conocieron su entorno natural
y aguzaron su capacidad de observación para encontrar alimentos,
aun en condiciones climáticas adversas.
UN BUEN EJEMPLO de esto es el libro Cocina sonorense,
editado por tercera ocasión por el Instituto Sonorense de Cultura.
Esta obra es más que un recetario, pues cuenta con una interesante
introducción de Ernesto Camou Healey, quien además escribe
un apartado sobre "Cultura de la vaquería y cocina sonorense".
CONSIDERA CAMOU QUE los ingredientes básicos de
la cocina del estado son maíz, frijol, chiltepín y chiles
verde y colorado; a estos ingredientes, muy enraizados en el pasado indígena,
se suman más recientemente el trigo y la carne de res.
EL MAIZ PREVALECE en el sur y el trigo en el norte de
Sonora; sin embargo, estos cereales no se excluyen entre sí, e incluso
al segundo se le ha dado usos similares a los del maíz, como en
el caso del pozole de trigo y, desde luego, de las tradicionales tortillas
de harina de trigo. Hay datos que permiten ubicar los primeros sembradíos
de esa oleaginosa en las vegas de los ríos cercanos a las misiones
en 1605.
SONORA FUE DURANTE los siglos de la Colonia e incluso
hasta bien entrado el siglo XIX un estado poco poblado, cuyos habitantes
se reunirían en poblaciones pequeñas y en rancherías;
se dedicaron principalmente a la agricultura y la ganadería.
ESTO DIO LUGAR, en palabras de Camou, "a una cocina fuertemente
dependiente de las estaciones, que aprovecha los frutos de la tierra...".
Así los platillos más típicos de la cocina sonorense
fueron producto de una economía de autoabasto; las familias campesinas
tenían una autonomía productiva.
ENTRE LAS TÉCNICAS frecuentes está la deshidratación,
que aprovecha el clima de las zonas semiáridas (caliente y seco)
y se presta para tener alimento en el invierno. Puede encontrarse así
que la carne se utiliza sobre todo seca y que hay un sinnúmero de
conservas de frutas: cajetas, que son equivalentes a los ates, y que como
las conservas se elaboran con membrillos, durazno o manzana. Hay además
dulce de frijol, que es muy sabroso; dulces de dátil, pipitaorias
y ponteduros.
Chivichangas
SE CORTA EN tiras delgadas medio kilo de carne de res
blandita (para los sonorenses palomilla o cabrería),
se pulpea (unta) con ajo y se asa. Antes de que se dore se retira del fuego
y se machaca. Se asan tres chiles verdes y se pican finamente tres dientes
de ajo y una cebolla. Se fríe todo esto en manteca o aceite sazonado
con sal y pimienta. Con este guiso se rellenan tortillas de harina de trigo
formando tacos que se doran en aceite.