El gobierno del Distrito Federal esta construyendo un camino de respeto al derecho a la protección de la salud, particularmente respecto a la población pobre sin seguridad social de la Ciudad. La equidad entendida como iguales derechos y posibilidades ante la misma necesidad requiere impulsar la política de gratuidad de los servicios médicos y de los medicamentos para nuestra población.

Las acciones emprendidas este primer año por el Programa de VIH/sida de la Ciudad de México se enmarcan en esta política general. El camino ha sido complejo, tanto como el problema, pero podemos sentirnos orgullosos, porque hemos avanzado.

Una componente esencial en cualquier programa de VIH/sida es la disponibilidad de diagnóstico, hace un año existían muy pocos lugares en nuestra Ciudad donde realizarse un diagnóstico con asesoría, confidencialidad, de manera voluntaria y sin costo, y actualmente tenemos Centros de Consejería y Diagnóstico Voluntario en todas las delegaciones políticas de la Ciudad. Para iniciar este servicio fue necesario capacitar personal de salud y de laboratorio de todas las jurisdicciones sanitarias de la Ciudad y a partir de junio que iniciaron sus servicios estos Centros han proporcionado asesoría a más de 5 mil personas y realizado diagnóstico en más de 3,500.

Todas las personas que han resultado positivas están siendo atendidas médicamente y las que así lo requieren, ya están recibiendo medicamentos.

Otro programa que ya está en marcha es el de Prevención de la Transmisión materno-infantil del VIH, éste tiene características particulares. Para poder prevenir la transmisión de una mujer infectada a su bebé, ella debe saber que está infectada. ¿Cuántas mujeres tienen concepto de riesgo de infección o se saben ya infectadas? Casi ninguna. Por ello se imparten talleres de capacitación a todo el personal de salud que atiende mujeres embarazadas, en colaboración con Inmujer del DF y con SIPAM, los cuales introducen el concepto de género en la atención de salud.

Ya están trabajando Coyoacán, Gustavo A. Madero e Iztacalco y se continuará con la implementación en las demás delegaciones.

La demanda de medicamentos antirretrovirales para los afectados, que carecen de seguridad social, está siendo satisfecha. Desde junio, que iniciamos la distribución, se han integrado más de 700 nuevas personas al Programa de acceso a medicamentos antirretrovirales gratuitos de la ciudad de México. Además, se ha estructurado un proyecto diferente al sistema tradicional de salud, donde lo más importante son los usuarios, los afectados por el VIH/sida. Esto ha permitido crear un sentimiento comunitario, tal como se palpa en la Clínica Especializada Condesa, donde hay gran cantidad de voluntarios, algunos con VIH, otros no. Ellos, con apoyo del personal de la clínica, conforman diversos talleres y actividades dirigidos a las personas afectadas. Se aprende sobre nutrición y adherencia a los tratamientos, elementos hoy necesarios para obtener el mayor beneficio posible de los fármacos. También hay talleres para fomentar la autoestima, pues la gente con VIH se siente muy afectada en diversos aspectos de su existencia, y requiere de un apoyo extraordinario para resolverlos. Esto, junto a talleres de cómo manejar su sexualidad, logra que los tratamientos tengan un impacto efectivo en la calidad de vida de esas personas.

La calidad de los servicios tiene que seguirse fortaleciendo, para ello ya se remodelaron áreas de laboratorio, cirugías menores, urgencias, que permitirán dar un mejor servicio integral.

En paralelo a estas acciones sustantivas, se llevan a cabo otras en colaboración con instancias gubernamentales y de la sociedad civil, que se reflejan en acciones en penitenciaria y reclusorios, en las instituciones de Asistencia Social, en los programas para la juventud y en trabajo sexual.

Todavía tenemos un compromiso no cumplido con la comunidad más afectada por la epidemia, los hombres que tienen sexo con otros hombres. Sin embargo, no lo hemos olvidado y vamos a estructurar un plan estratégico para diseñar el mejor camino para lograr un impacto a largo plazo.