Eric falleció en marzo de 1996 a causa del sida, contaba con 37 años de edad y un cúmulo de experiencias laborales.

Habla Carmen Molina, su hermana menor: "Antes de que mi hermano cayera en cama, nuestra familia entró en una angustia que no se la deseo a nadie. El primer problema al que nos enfrentamos en el hospital López Mateos, además de negarnos la ambulancia para trasladarlo, fue que enfermeras y doctores evitaban tener contacto con él y lo veían con desprecio. El colmo fue cuando obligaron a toda mi familia, aún a mi hermano menor, y a nuestras parejas, a realizarnos la prueba del VIH. El argumento de los médicos fue: ´convivir con él es motivo de contagio´. La espera fue de tres meses. El sólo hecho de pensar en todo lo que estaba sufriendo Eric, nos hizo pensar que si alguien resultaba infectado, lo mejor era que se suicidara para no pasar una vez más por todo el dolor que sentía mi hermano y la familia. Por suerte la predicción de los médicos fue errónea.

"Esa y otras circunstancias nos obligó a sacarlo de ahí y nos movilizamos para ingresarlo al Seguro Social a través de un seguro voluntario. Nuestra sorpresa fue mayor al constatar que ahí se daba el mismo trato cruel a quienes viven con VIH, más si son homosexuales. Mi hermana, mi mamá y yo tuvimos que hacer el trabajo de las enfermeras al igual que en el ISSSTE. Aprendimos a ponerle las inyecciones del suero y a cambiarlo ya que médicos y enfermeras del Hospital de los Venados se negaban a atenderlo, evitaban entrar a su cuarto y a nosotras nos veían también como infectadas.

"Al ver cómo día con día progresaba su deterioro físico y emocional, decidimos buscar una mejor alternativa para que mi hermano se recuperara, por lo que a finales de 1995 lo ingresamos a Ser Humano, pensando que la atención en esa organización podía ser diferente a las instituciones públicas, pero una vez más nuestras esperanzas se derrumbaron al ver que esa organización, que se jacta ante la sociedad de ser benefactora de las personas que viven con VIH, también actuó de manera inhumana: nos vendían a precios muy altos los medicamentos que a ellos les donaban. Además, en las supuestas terapias que recibíamos mi mamá, mi hermana y yo, nos hacían sentir culpables a través del chantaje emocional y de la fe, e indagaban sobre la educación de mi hermano para culpar a mi madre de su preferencia sexual.

"Mi hermano Eric falleció el 19 de marzo de 1996 y hasta ese momento fue discriminado por el personal de la funeraria del ISSSTE que no quiso tocarlo para colocarlo en el crematorio, por lo que mi hermana y yo tuvimos que hacerlo.

"Sirva este espacio para hacer un reclamo público por el trato inhumano que recibieron mi hermano y mi familia en el seno de las instituciones públicas de salud y en Ser Humano. Esperamos que las autoridades de salud pongan atención a situaciones como la nuestra, ya que por desgracia lo que vivimos a lado de mi hermano hace seis años continúa repitiéndose en algunas instituciones."
 

Versión retorcida de una ley

Después de reiterar su condena a la llamada Ley Robles (que despenaliza el aborto en casos especiales), el secretario y vocero del Episcopado Mexicano (CEM), Abelardo Alvarado Alcántara, declaró lo siguiente:

1. "¡Imagínate si llegara a ser retroactiva, cuántos de nosotros íbamos a ser sancionados, desaparecidos por esta ley!" (No se apanique, la ley habla de malformaciones congénitas, y no de malformaciones cogitativas.)

2. "Estos abortos seguirán siendo delitos; quienes los cometen son responsables de un delito, pero lo que ocurrirá es que simplemente no serán sancionados." (No tergiverse, si no son sancionados por la ley no son delitos.)

3. "Si los mexicanos aceptan el aborto, no deben extrañarse que en el país ocurran secuestros, asesinatos, robos, impunidad, corrupción y todas las formas de violencia que se viven." (Si los prelados aceptan la lógica, serían los hijos no deseados el origen de algunas formas de violencia.)

El doble discurso de TV Azteca

Estimados amigos de Letra S

Mi nombre es David Solís, tengo 35 años y soy homosexual. Trabajo como asistente administrativo en una empresa donde conocen mi orientación y esto no es motivo para que me falten al respeto. Sin embargo, ha habido ocasiones en las que he tenido que tomar medidas drásticas (fuera del lugar de mi trabajo) para que la gente despierte de su letargo y descubra que los gays no somos gente frágil ni asustadiza ni delicada ni amanerada como pretende representarnos el programa de TV Azteca Te caché, porque tal parece que a los del "Ajusco" les han puesto por objetivo fomentar la homofobia. Por un lado creen que están educando cuando en sus comedias insinuan relaciones de personajes gays que desde mi punto de vista están fuera de todo contexto, para que llegada la hora, en el programa antes mencionado, salga un monstruo híbrido hombre-mujer que nada tiene que ver con la personalidad homosexual, realizando bromas, que la mayoría de las veces consisten, en querer ligarse al público, es decir a los hombres; quienes los rechazan. Deberían informarse antes de crear un "monigote como esos". Hasta hoy no conozco un gay (por supuesto me incluyo) que sueñe con ligarse a un heterosexual.