Jueves 7 de febrero de
2002 |
Opinión Poesía y celuloide n Alfonso Simón Pelegrí |
Para Marcel Martin,
según expone en su libro La estética del arte, el cine
es un arte figurativo, en tanto en cuanto la cámara
reproduce mecánicamente un universo cuyo carácter de
imagen no obsta para que nos identifiquemos con él. Pero
esta "mecanicidad" no le resta al cine calidad
artística, ya que la cámara no se limita a reproducir,
sino que proyecta una recreación, en la cual se saca
algo de la nada; o "casi" de la nada. De aquí proviene el concepto de fotogenia cinematográfica, de la que nos habla Jean Epstein cuando engloba en la connotación de fotogénicos (...) "a todos los aspectos de las cosas, de los seres y de las almas que aumentan su calidad moral por la reproducción cinematográfica. Y todo aspecto que no puede ser mejorado por el cine no es fotogénico, ni forma parte del arte cinematográfico". Por lo expuesto, queda claro que el cine se constituye en arte; un arte que utiliza para su comunicación un específico y auténtico lenguaje cinematográfico. Este lenguaje, en opinión de Marcel Martin, se arroga el intento de la poesía moderna por hacer que la palabra sea la cosa, de modo que, como decía Paul Valery, haya "un cierto acuerdo del sonido y el sentido". El lenguaje cinematográfico viene resultando un lenguaje sui generis para el citado Marcel Martin, el cual aventaja al lenguaje convencional por su exactitud y posibilidades de generalización y simbolización. Pero es un lenguaje cuya lectura hay que aprender a realizarla en la pantalla absorbiendo la profundización que éste hace sobre el mundo real sin que pierda su temporalidad; temporalidad sin la cual -entendía Antonio Machado con referencia a la poesía- no podría haber comunicación ni permanencia en el universo poético. En el cine, toda proporción debida, existe una correlación manifiesta con la poesía; ésta viene resultando "el arte más próximo al cine" para Martin, en cuanto a su voluntad de hacer hablar directamente a los personajes del poema. Pero también por una manifiesta voluntad de incremento y densificación de un mundo real, nuevamente editado, así como la clara fusión de la imagen y la idea en la pantalla dentro de la misma inseparabilidad que comporta el poema. |