PAGINA 9
Lourdes Galaz
¿Subejercicio o sobregiro en gastos de comunicación?
¿Cuánto autorizaron diputados para la
imagen de Fox?
¿La respuesta en SG, en Secodam o en el Congreso?
Las cuentas
No hace mucho, a propósito de que se filtró
a la prensa la inminente reducción de los subsidios a la electricidad
?en realidad alza a las tarifas-, en los noticieros que se difunden en
los 518 canales de televisión del país (dato de la Secretaría
de Gobernación), miles, tal vez millones de mexicanos observaron
la comedia de errores y equivocaciones que protagonizaron dos miembros
del gabinete foxista. El secretario de Energía, Ernesto Martens,
con la cabeza agachada presenció, sin chistar, las tribulaciones
por las que pasaba Francisco Gil Díaz. Como ya se viene haciendo
costumbre en el gobierno del cambio, el secretario de Hacienda no alcanzó
a comprender, mucho menos a explicar en lenguaje pitagórico la reducción
de los subsidios. Frente a los periodistas -lo grabaron las cámaras
y lo vimos en la tv-, Gil Díaz hizo evidente el desorden en el que
se encuentran las cuentas del gobierno. ¡Ni el secretario de Hacienda
pudo explicar cuál sería el impacto de la medida en las finanzas
públicas, mucho menos cómo se afectarían los bolsillos
de las familias! Martens, a quien Vicente Fox le tiene encargado del sector
energético nacional, agachó la mirada mientras el otro desbarraba.
Luego, muy gallito y grosero como es, alcanzaría a decir a los reporteros
que "yo no tengo vela en este entierro".
Decíamos
que ya es costumbre en este gobierno del cambio -¿será la
diferencia?- que en público se les haga bolas el engrudo a los foxistas.
Y es que en privado, allá por Los Pinos, los superasesores del Ejecutivo,
llámense Eduardo Sojo o Carlos Flores en la Presidencia, manejan
las cuentas nacionales a su antojo y sin pedirle opinión al secretario
de Hacienda. Igual ocurre en la Secretaría de Gobernación
(SG), donde Santiago Creel y los panistas que lo acompañan aplican
las decisiones y el presupuesto federal al margen de lo que opinen Gil
Díaz y todo el gabinete y, por supuesto, sin alguna consideración
al Congreso. Ah, pero quienes sí se les ponen al brinco a los "hombres
del Presidente" (para llamarles de alguna manera a los amigos cercanos)
son el procurador Rafael Macedo de la Concha y el contralor Pancho
Barrio. El primero, sólo porque el color verde impone. El otro,
porque los tiene agarrados con el presupuesto y su estilo personal de denunciar
la corrupción. Para su información, en la Secretaría
de la Contraloría se lleva el registro de los cheques que la Tesorería
de la Federación emite a las dependencias con cargo a las distintas
partidas autorizadas por el Congreso de la Unión. O sea que Pancho
Barrio también lleva un control del ejercicio del gasto público.
Y viene a cuento porque el ingeniero José Luis
Durán Reveles, subsecretario de Comunicación Social de la
Secretaría de Gobernación, por interpósita persona
envió una carta al Correo Ilustrado para hacer "precisiones"
a la Página 9 del 6 de febrero. En opinión del funcionario,
habría "provocado desinformación" el método empleado
para interpretar el reporte sobre el ejercicio del gasto en comunicación
social del gobierno foxista. El asunto llamó la atención
de Durán Reveles y del renovado equipo que desde hace unos días
oficialmente lo acompaña en la subsecretaría, a pesar de
que los datos en que se sustenta la Página 9 son los mismos
que aparecen en los cuatro informes sobre la situación económica
y las finanzas públicas que la Secretaría de Hacienda envió
al Congreso para sustentar la aplicación del presupuesto autorizado
en el primer año del gobierno de Fox.
Pretende precisar el director de Comunicación Institucional
de la Secretaría de Gobernación que firma como David Sánchez
Archer, que el presupuesto asignado para el año fiscal 2001 fue
de 3 mil 388 millones, y no de 2 mil 88 millones de pesos. Pero nadie sabe
en razón de qué inventó el dato o de dónde
salió la cifra que reconoce oficialmente la Secretaría de
Gobernación. En cambio, la que publica Página 9 nos
fue proporcionada por la Comisión de Programación y Presupuesto
de la Cámara de Diputados ?que por cierto preside un panista, el
diputado Luis Pazos, por muchos conocido?. Pero eso no es todo: en el informe
del primer semestre de 2001 que presenta la Secretaría de Hacienda
a la Cámara de Diputados se indica que el presupuesto anual autorizado
para gastos de comunicación social fue por la cantidad de mil 722
millones de pesos; el reporte del tercer trimestre, en cambio, señala
que fue de 2 mil 581 millones, y el del cuarto trimestre, entregado el
pasado primero de febrero a los diputados, dice que fue de 2 mil 548 millones.
¿Cuál de las cinco cantidades es la buena? ¿A quién
debe acreditarse el galimatías?
Otra pretendida precisión del funcionario se refiere
a que el presupuesto "autorizado por Gobernación" fue de 2 mil 547.8
millones, y que en la Página 9 "se menciona que las cifras
trimestrales de la SG son erogaciones ejercidas, no obstante dicho informe
trata sobre presupuesto autorizado o programación de erogaciones"
(este galimatías sí lo firma Sánchez Archer). Conviene
aclarar a esos bisoños empleados que la Secretaría de Gobernación
no es quien "autoriza" el presupuesto de egresos, sino que corresponde
esa facultad a la Cámara de Diputados. También que por ley,
el Ejecutivo federal está obligado a informar trimestralmente a
los diputados sobre presupuestos ejercidos; es decir, gastados, no sobre
"programación de erogaciones". Por cierto, esto debería saberlo
muy bien el subsecretario Durán Reveles, porque cobró como
diputado del PAN en la 55 Legislatura federal (1991-94).
Luego de la precisión anterior, Sánchez
Archer concluye que "el método para calcular los 4 mil 224.1 millones
de pesos a que hace referencia la periodista (o sea yo) es incorrecto".
Y acusa el empleado de Gobernación: "...sumó un presupuesto
anual con dos trimestrales. Derivado de ello, la cifra publicada reporta
un total que no existe, provocando desinformación". Grave, muy grave
la acusación, tanto como para que la periodista (o séase
yo) sea quemada en la hoguera con los incrédulos en el gobierno
del cambio y su transparencia informativa. Pero se equivoca el funcionario.
En el informe del segundo trimestre se dice con claridad que hasta el mes
de junio de 2001 "la erogación total ascendió a 2 mil 287
millones de pesos", mientras que en los informes del tercer y cuarto trimestres
se indican las cantidades de 923 millones y de mil 15 millones. El único
método posible para conocer el gasto en comunicación social
en el primer año del foxismo, utilizando las cifras que aparecen
en los informes trimestrales del Ejecutivo al Congreso, es el usado en
la Página 9, para concluir que Fox y sus amigos se habrían
gastado el primer año del sexenio 4 mil 224. 1 millones, cantidad
muy por arriba de lo que se presume autorizó la Cámara de
Diputados.
Finalmente, el director de Comunicación Institucional
de Gobernación afirma en su carta al Correo Ilustrado que
"los informes trimestrales presentados por Gobernación se ciñen
a lo establecido en el Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado
por el Congreso el 31 de diciembre de 2000". ¿Habrá que creerle
a la Secretaría de Gobernación? Entonces ¿por qué
los informes que entrega la Secretaría de Hacienda al Congreso muestran
lo contrario? ¿Por qué el subsecretario Durán Reveles,
por interpósita persona, pretende que confiemos en su dicho? ¿O
será que nos advierte que nunca es bueno pelearse con la cocinera?
EN 3 TIEMPOS
CON
TODO Y la liberación del general Gallardo, pactada en Bucareli,
el gobierno de Vicente Fox sigue en la mira de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos. Y es que no son pocos los casos de violación
de garantías en México, con todo y el maquillaje de adalid
de los derechos humanos que luce el mandatario cuando viaja al extranjero.
En fin, este domingo llega a Ciudad Juárez la relatora especial
de los derechos de la mujer de la CIDH, Marta Altolaguirre. La acompaña
la subsecretaria para temas globales de la cancillería, Patricia
Olamendi. La señora Altolaguirre revisará con personeros
del gobierno y de organismos no gubernamentales informes sobre las denuncias
de los asesinatos de más de 300 mujeres en aquella ciudad fronteriza.
Por cierto, ¿por qué se niega el presidente de la CNDH, José
Luis Soberanes, a recibir a la relatora de la CIDH?
LA
NOMENKLATURA y su aparato en el PRI se inquietan. Y es que Roberto
Madrazo cierra fuerte la campaña por el liderazgo. Para muestra:
en Sonora, un estado más blanquiazul que tricolor
y con un gobernador que primero se dice madracista y luego se arrepiente,
este fin de semana fue escenario de la campaña de Madrazo. Su amigo,
el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones, el viernes se reunió en
un hotel de la capital con cientos de universitarios para hablar de política.
Se destapó como aspirante a diputado, criticó el populismo
de Vicente Fox y, claro, promovió como nadie al virtual líder
del PRI. Se llevó la tarde. Y Madrazo arribó el sábado
a tiempo para desayunar con cientos de mujeres y la clase política
priísta. Las huestes sonorenses de Beatriz (Tichi Paredes
le dicen por allá) la esperan por estos días. En Sonora,
comentan, la suerte está echada.
LOS
DEL PRI insisten: "que Vicente Fox precise quiénes son los que
quieren la transición transada", como afirmó en su discurso
del 5 de febrero. La respuesta no llegó de Los Pinos. Fue el ex
priísta tabasqueño y ahora senador panista Juan José
Rodríguez Prats quien en la tribuna de la Comisión Permanente
del Congreso explicó que si Fox utilizó el verbo transar
fue parafraseando al constituyente Luis Cabrera, quien en 1910 habría
advertido a don Francisco I. Madero que "una revolución que se transa
es una revolución que se pierde". Y uno se pregunta: ¿sabrán
Fox y sus escribanos de discursos quién fue don Luis Cabrera, o
serán simples afanes del senador de agradar a su Presidente?
Ilustración: Mauricio Gómez Morín
/ Serie: Zapatismo
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