Eduardo Galeano
El mensaje
La luna tenía algo que decir a la tierra, y envió
a un escarabajo.
El escarabajo llevaba ya algunos miles de años
de camino, cuando en el cielo se cruzó con una liebre.
-A este paso, nunca llegarás -advirtió
la liebre, y se ofreció a llevarle el mensaje.
El escarabajo le dijo lo que la luna había mandado
decir a las mujeres y a los hombres:
-Cada vida renace, como renace la luna.
Y la liebre se lanzó a toda carrera hacia la tierra.
A la velocidad del rayo aterrizó en la selva del
sur del África, donde en aquellos tiempos vivían las mujeres
y los hombres, y sin tomar aliento les trasmitió las palabras de
la luna. La liebre, que siempre se va sin haber llegado, habló en
su atropellado estilo. Y las mujeres y los hombres entendieron que les
decía:
-La luna renace, pero ustedes no.
Desde entonces, tenemos miedo de morir.