PANORAMA Estudian soluciones para la apnea, trastorno del sueño
Control mental del dolor Tanto los placebos como los analgésicos potentes activan las mismas áreas del cerebro, lo que indica que el alivio del dolor puede a menudo ser el resultado de la mente sobre la materia. El experimento también sugirió que el cerebro tiene un mecanismo intrínseco para enfrentar el dolor, lo que podría conducir al desarrollo de mejores analgésicos, escribieron los investigadores en la edición más reciente de la revista Science. Martin Ingvar, del Grupo de Investigación Neurofisiológica en Estocolmo, Suecia, y sus colegas en Finlandia, expusieron a los voluntarios a un calor doloroso y luego realizaron tomografías cerebrales para observar qué pasaba cuando tomaban analgésicos o recibían inyecciones placebo. "El tratamiento con placebo y con analgésicos de la familia de los opiáceos indujeron actividad en la misma región", dijo Ingvar. "Tuvimos nueve voluntarios, cada uno con 12 tomografías", añadió. Se colocó a los voluntarios, que sabían que estaban participando en un estudio del dolor, una sonda térmica adherida al dorso de la mano, que podía producir desde una sensación de calor suave a una de calor intenso de 48 grados C, casi al punto de quemadura. Los voluntarios creyeron que estaban recibiendo dos medicamentos. De hecho, se les administró un fármaco opiáceo de acción rápida, el remifentanil, o el placebo. Mientras esto ocurría, el equipo de Ingvar realizó tomografías por emisión de positrones (TEP) de los cerebros de cada persona. Tanto el medicamento como el placebo activaron dos áreas del cerebro. Lo que resultó inesperado fue que las personas que respondieron más intensamente al medicamento también respondieron con la misma intensidad a la inyección del placebo, indicó Ingvar. Quizá estas personas poseen vías más desarrolladas en el cerebro para el alivio del dolor, aventuró el investigador. Se sabe que las personas perciben el dolor de formas diferentes
y con deferencias de intensidad. (Con información de Reuters)
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