Martes 26 de febrero de
2002 |
Carpeta El beneficio de la duda al nuevo ayuntamiento de Puebla n Sergio Cortés Sánchez |
Con dos aceptaciones
contra un rechazo asumió el PAN la presidencia municipal
de Puebla; los ciudadanos angelopolitanos desean que esa
administración sea mucho mejor que la de Gabriel
Hinojosa y que esté a la altura (o mejor) de la recién
concluida de Mario Marín. Sin embargo, no aprueban la
suspensión temporal de multas decretadas por el cabildo
municipal, ya que consideran que si bien habrá menos
corrupción, también se generará más accidentes por
faltas al reglamento de tránsito. Independientemente de
la valoración de la medida y del resultado de su
aplicación, el mensaje ya fue dado y recibido: la
corrupción es patrimonio de los relevados priistas y hay
una nueva administración que no fincará su patrimonio
en detrimento del erario. Hay conocimiento de causa: los
ciudadanos están hartos de la corrupción y exigen que
el cambio sea al menos sinónimo de honestidad y ese fue
el mensaje fabricado. No hay evidencia empírica que apoye las posiciones en torno a la suspensión temporal de multas a faltas al reglamento de tránsito, sin embargo, los que desaprueban esa medida (50 por ciento) superan por mucho a los que consideran negativo que el PAN gobierne ese municipio (22 por ciento) y los que la aprueban (41 por ciento) son siete puntos menos que los que consideran positivo que el PAN gobierne dicho municipio. No es cuestión sólo de identidades y preferencias ideológicas o políticas; la medida asumida por el cabildo provoca opiniones y posiciones encontradas: las causales de la corrupción no son las mismas que las de los accidentes de tránsito y la medida, de tener éxito en lo referente a disminuir la corrupción, tendrá el efecto perverso de aumentar los accidentes de tránsito, tal es el escenario probable expresado la semana pasada por los ciudadanos del municipio de Puebla. Las penalizaciones a infracciones a los ordenamientos legales reducen la recurrencia e intensidad de las faltas, y para el 47 por ciento de los ciudadanos, la sanción es determinante para no cometerla (o no aceptarla), sin embargo, lo contrario no es cierto: si no hay sanción, el individuo no necesariamente está tentado a cometerla. Las multas reducen las faltas, su inexistencia no las estimula. Otra es la opinión en el caso de las infracciones al reglamento de tránsito: el 56 por ciento de los ciudadanos considera que al no haber sanción, habrá más accidentes contra 26 por ciento que dijo igual y 10 por ciento que mencionó que habrá menos accidentes. En cuantos a la corrupción, el 45 por ciento de los ciudadanos mencionó que bajará, contra un 38 por ciento que afirmó que aumentará; los primeros argumentan que al no haber sanción pecuniaria, no hay razón para sobornar, incluso mencionan una nueva ética; los segundos dicen que la corrupción es estructural y siempre habrá elementos para corromper, que si el sujeto no cambia (el que da y el que recibe), una condonación de pago no transforma esas conductas. Si se está a favor o en contra no importa, el caso es que se comente la medida y se asuma que ya hay una inmaculada administración en el municipio de Puebla. |