El Mosh y El Guerrillero, entre los principales instigadores de los incidentes
Quema y robo de urnas en jornada para elegir integrantes de la CECU
En las facultades de Filosofía y Derecho se registraron los enfrentamientos más violentos
KARINA AVILES, CAROLINA GOMEZ Y ROBERTO GARDUÑO
Ex líderes y expulsados -entre ellos, El Mosh y El Guerrillero- de lo que fue el Consejo General de Huelga (CGH) robó, destruyó y quemó las urnas de la elección para integrar la Comisión Especial del Congreso Universitario (CECU) en 15 escuelas de la UNAM (12, de acuerdo con las autoridades). En cuatro de los planteles de Ciudad Universitaria, los inconformes a golpes, puñetazos y patadas impidieron que se organizara la primera etapa del Congreso Universitario.
En la mayoría de las dependencias, la jornada para elegir a los estudiantes y académicos de la CECU logró efectuarse. Para realizar su acción, los jóvenes se agruparon en una marcha que salió de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y pasó por varias escuelas hurtando urnas y destruyendo casillas. Esto con el objetivo de "impedir el fraude electorero de la CECU", argumentaron estos jóvenes.
La golpiza más grave ocurrió en la Facultad de Derecho (FD). Ahí llegaron alrededor de 300 personas, la mayoría de las cuales eran alumnos de nuevo ingreso, encabezados por los expulsados Alejandro Echeverría, El Mosh; Argel Pineda, El Guerrillero; Jorge Martínez Valero, y Jaime Martínez López, El Cisticerco, así como el suspendido David Jaramillo, además de una joven llamada Victoria, quien resultó estudiante de otra institución. También estaban presentes Rodolfo Hernández, Javier Fernández y Guadalupe Carrasco, La Pita.
Los incidentes comenzaron cuando en la parte baja de Derecho un joven robusto y Rodolfo Hernández patearon la puerta de una oficina para que entrara uno de los grupos, mientras el resto se dispersaba por las otras áreas donde estaban las casillas. Al irrumpir en dicha sala hubo golpes y jaloneos. Entre tanto, otro de los grupos corrió hacia un registro localizado en el Jardín de los Eméritos de la FD y el cual conecta a un auditorio de la escuela, en donde había urnas. Con rocas, rompieron dicho registro.
A los maestros y alumnos de esa casilla les arrebataron las cajas con las boletas y los golpearon. Minutos después, identificaron al hijo del coordinador para la Reforma Universitaria, Joaquín Narro, quien fue tirado al suelo y golpeado. Estuvo a punto de ser linchado por una turba, pero el joven logró salir del lugar. Las boletas y las urnas eran lanzadas de un lado a otro de la FD. Hubo una tercera golpiza en la parte alta de la facultad, en donde se impidió el paso de los medios, y aquí, como en otras escuelas, la mayoría de los jóvenes que lanzaban las patadas y puñetazos no eran los ex líderes. Varios de éstos, como El Mosh, esperaban a que sus compañeros golpearan a los de las casillas y les robaran las urnas.
Antes, en Filosofía y Letras un grupo de académicos y el director de la escuela, Ambrosio Velasco, formaron una valla en torno a la casilla ubicada a las afueras del plantel. De pronto, unos jóvenes se lanzaron contra el cordón humano y, al romperlo, llegó detrás el resto de sus compañeros. En la confusión, varios de estos "estudiantes" aprovecharon para agredir a los profesores. Incluso, golpearon al maestro Federico Alvarez, de unos 70 años de edad, quien cayó al suelo. Uno de los más agresivos fue un joven llamado Leonardo, del grupo que dormita en el auditorio Che Guevara. El y otros fueron quienes rompieron las urnas y golpearon a varios académicos.
Al estilo priísta
Como en tiempos del PRI, los opositores al Congreso Universitario para reformar a la máxima casa de estudios salieron de Ciencias Políticas y Ciencias para intimidar con mentadas de madre y descalificaciones y así poder destruir el material.
En Ciencias Políticas la actividad de los cazadores de urnas fue de trámite. Ahí los orgullosos luchadores sociales El Mosh, El Guerrillero, Pineda y Jorge Martínez Valero -uno de los oradores del ex CGH- no tuvieron oposición y fácilmente quemaron una urna con pocos votos, ante la indiferencia de la comunidad de estudiantes y académicos.
Minutos después, esos personajes, secundados por medio centenar de jóvenes, tomaron un camión de pasajeros de la UNAM y se dirigieron a Ciencias para apoyar a los profesores Guadalupe Carrasco y Javier Fernández con el propósito de robar la urna que se instaló. Y así fue, salvo que se llevaron la caja, pero sin votos.
La estrategia les funcionaba a esos grupos que apenas sobrepasaban el centenar. De Ciencias, los megaultras fueron a la Escuela Nacional de Trabajo Social; ahí arremetieron contra La Jornada. "šPrensa vendida!", vociferaba El Mosh. "šPinche reportero sin ética!", repetía una mujer.
El siguiente punto fue Contaduría y Administración, donde comenzó el caos por arrebatar las urnas que se instalaron para elegir al representante de la escuela en la CECU. Sin oposición de los funcionarios de casilla -porque eran apenas seis- los megaultras robaron las boletas. De estas últimas sólo quedaron añicos dispersos por los pasillos de la escuela.
Aquello contrastó con la indiferencia y la abulia de las comunidades estudiantiles de esas escuelas, pues la jornada transcurrió con normalidad. El conflicto se centraba en los puntos donde se instalaron las casillas (casi todas cercanas a las direcciones). Y así fue también en Veterinaria, donde los roba urnas llegaron para arrebatar esas cajas. Los que alguna vez fungieron como representantes del CGH en cada una de las escuelas permanecían a distancia de los enfrentamientos, para no comprometerse, y observaban las acciones de sus compañeros ajenos a esos planteles.
No obstante, el director de ese plantel, Luis Alberto Zarco, en medio del zafarrancho logró sujetar una caja, pero le fue arrebatada por uno de los opositores. Los dos forcejaearon y llegaron a los empujones; el grupo de megaultras salió otra vez victorioso. Pero una hora más tarde las autoridades de la escuela ordenaron reinstalar la casilla para que continuara el flujo de votantes.
Pasaron a Química y a Psicología. En el edificio central de Economía impidieron la votación.
Triunfantes y orgullos de su acción, llegaron a su meta final: la torre de rectoría; ahí repitieron sus acciones: quemaron una parte de las urnas robadas y amenazaron: "la CECU no pasará". En el lugar, Argel Pineda todavía dijo que ellos sólo respondieron "a los actos violentos de las autoridades, quienes no saben responder más que a golpes". Afirmó que ellos sólo formaron "una comisión de limpieza de la basura" y no una marcha del hurto. Calificó su acción como un éxito y dijo que fue lo correcto y lo que sigue "es actuar de esta manera".
Agresión a los medios
La violencia en contra de los medios inició desde temprana hora. A las reporteras de La Jornada y de El Día, El Mosh junto con otros les cerraron el paso, las mantuvieron en medio de una turba que no las dejaba pasar; a la reportera de CNI le abrieron la bolsa, le robaron su casete que contenía tres horas de su trabajo y también su celular, más tarde pudo recuperar el material fílmico; al camarógrafo y asistente de Televisa los golpearon, y al fotógrafo de Notimex le robaron una película fotográfica.
En tanto, en las preparatorias el proceso registró apatía. Sólo en el plantel 8 los activistas arrebataron las urnas a los representantes de casilla; luego, en el patio central prendieron fuego a las cajas y a los padrones. En la prepa 5, la cual tiene una matrícula de más de 9 mil alumnos, hasta el mediodía se habían contabilizado menos de 100 votos, mientras que en las casillas de las urnas de la consulta paralela en contra de la CECU, impulsada por varios colectivos estudiantiles, mostraba una copiosa votación.
En Oriente y Naucalpan del CCH impidieron las elecciones e incluso, en la institución ubicada en el estado de México, los agresores quemaron cuatro urnas y golpearon a dos profesores, por lo que las autoridades levantaron actas administrativas en su contra. (CON INFORMACION DE SILVIA CHAVEZ Y RENE RAMON ALVARADO, CORRESPONSALES)