Pide Rodríguez Pizarro protección a migrantes centroamericanos en tránsito a EU
Aumentó 50% el número de guatemaltecos indocumentados que ingresó a México
VICTOR BALLINAS Y RODOLFO VILLALBA ENVIADO Y CORRESPONSAL
Tapachula, Chis, 28 de febrero. El responsable de la Casa del Migrante en esta ciudad, el padre Flor de María Romagnoli, expuso que el flujo de indocumentados guatemaltecos se incrementó 50 por ciento.
Añadió que los principales problemas que sufren los migrantes colombianos, guatemaltecos, hondureños, peruanos, entre otros, son: la violación, explotación sexual, trato denigrante y asaltos cometidos incluso por bandas bien organizadas de centroamericanos. En esta ciudad fronteriza, la única puerta abierta para los migrantes de Centroamérica que pretenden llegar a Estados Unidos, se ha endurecido el control migratorio.
No obstante, a pesar de que los migrantes indocumentados son víctimas de vejaciones, racismo, discriminación, xenofobia y asaltos al cruzar por Guatemala a suelo mexicano, muchos de ellos deciden continuar, pues dicen que "de morir de hambre en nuestros países, preferimos fallecer en el intento por llegar hacia una nueva vida".
Según el religioso, los polleros cobran 4 mil 500 dólares por trasladar a una sola persona de su país de origen (en Centroamérica) a Estados Unidos. Y en seis meses del año pasado numerosos migrantes fueron víctimas de asaltos, en los que policías les sustrajeron unos 785 mil pesos. Además hay complicidad entre las autoridades y el transporte público para robar a los migrantes.
El padre Romagnoli, quien recibió ayer en el albergue a la relatora especial para los Derechos Humanos de los Migrantes, de la Organización de las Naciones Unidas, Gabriela Rodríguez Pizarro, y a representantes de cinco organizaciones no gubernamentales defensoras de las garantías básicas, dijo que se ha incrementado el tránsito ilegal de mujeres migrantes embarazadas, y de niños y niñas, con el argumento de que van a reunirse con sus esposos y padres.
Denuncian tráfico de menores
"Tenemos sospechas fundadas de que estos migrantes forman parte de una red de tráfico de menores, es decir, las embarazadas entregarían sus hijos en Estados Unidos, y los menores también serían vendidos."
En esto coincide el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chiapas, Pedro Raúl López Hernández. El también se entrevistó por la noche con la relatora Rodríguez Pizarro y le manifestó que las principales denuncias de los migrantes que cruzan sin documentación por Tapachula son: extorsión, maltrato, abuso de autoridad, asaltos, engaño y acoso sexual.
Todos estos delitos que denuncian los migrantes centroamericanos son perpetrados por elementos de la Policía Federal Preventiva, Policía Judicial Federal, Migración, Policía Judicial estatal y la Policía Municipal.
La relatora, según dijo el ombudsman estatal, le manifestó su malestar por la violación de los derechos humanos de los migrantes, y en particular le señaló que hay en la cárcel de Tapachula -Cefereso número 3- muchos indocumentados inocentes, y los traficantes de indocumentados deambulan libremente porque al parecer gozan de protección policiaca.
López Hernández abundó que la relatora especial de la ONU le comentó además que "ve con mucha preocupación lo que sucede permanentemente en los centros de rehabilitación social: discriminación, revisiones indignas a las mujeres, manoseos y toqueteos en sus órganos sexuales y xenofobia. Hay una marcada discriminación hacia los guatemaltecos".
La relatora también se reunió este día con el presidente municipal de Tapachula, Manuel Pano Becerra, y con el secretario de Seguridad Pública municipal, Mauricio Gándara Gallardo.
En conferencia de prensa dijo que a la ONU le preocupa conocer la situación de los migrantes centroamericanos en tránsito hacia Estados Unidos, porque, subrayó, los Estados deben asumir las responsabilidades de la protección a los migrantes. Queremos ver, insistió la relatora, qué es lo que están haciendo los países para proteger a los indocumentados centroamericanos que van en tránsito hacia Estados Unidos.
Rodríguez Pizarro abundó que la migración no debe ser vista como un problema, pues genera economía, cultura y tradición. "Hay que ver la cantidad de recursos económicos que llegan a México vía remesas."
Algunos centroamericanos retornan a su país sin dinero
El joven colombiano Andrés Rovira, de 19 años, relata la travesía de dos meses que tardó en llegar a México, y en la cual se gastó 3 mil 500 dólares. "Iba a Miami a reunirme con mi madre, a la que hace seis años no he visto. Atrás dejé a mi mujer embarazada y a mi abuela.
"Tengo casi tres meses fuera de mi casa en Colombia, se me acabó el dinero y migración me detuvo, ahorita estoy en la Casa del Migrante, pero ya no quiero continuar mi viaje a Estados Unidos, es muy difícil y sin dinero es terrible. Estoy a la espera de que mi madre me envíe dinero y me regresaré a mi país. Voy a esperar el nacimiento de mi hijo, en abril. Mi esposa me espera, tengo más cosas que hacer allá que continuar un viaje peligroso y que me da miedo.
"Me da temor cuando escucho aquí a los hondureños, guatemaltecos, peruanos y cubanos, que hablan del riego de irse en el ferrocarril, donde se arriesga todo y a veces hay muertos, accidentes, lisiados."
El joven Rovira cuenta que inició su aventura con la idea de llegar a Miami y para ello consiguió una visa en El Salvador como turista. De ahí compró un tour para Guatemala y de ese país llegó a Tucumán. "Ahí un señor me dijo que la mejor manera de cruzar era por el río. Me cobraron cinco pesos. Todo iba bien, pero el día 4 de este mes me agarró la migra en Huixtla. Estuve un día detenido y me llevaron a Tapachula, pedí asilo político, pero no me lo dieron".
Otro es el caso de tres jóvenes hondureños Denis Alexander Ruiz, de 22 años; Osvaldo Omar Arellano, de 19 años, y Miriam, una adolescente de 16 años que los acompaña en su viaje a Estados Unidos. "Vamos a conseguir trabajo. Estamos conscientes de los riesgos. Tenemos miedo porque Miriam es una adolescente que puede ser violada, golpeada, e incluso a nosotros nos puede suceder lo mismo por defenderla, pero en nuestro país no alcanza lo que ganamos, allá trabajaremos y le enviaremos dinero a nuestras familias".
Los jóvenes reconocen que es difícil la travesía que les falta y que lo alcanzado hasta hoy no ha sido difícil. "No nos han asaltado, sólo hemos tenido malos tratos, algunos toqueteos, pero seguiremos porque más vale buscar una oportunidad para nuestras familias, no importa lo que tengamos que pasar".