El coche-bomba, interpretado como una advertencia a los servicios de seguridad
Mueren dos jordanos en un atentado en Ammán; las sospechas recaen en Al Qaeda y Bin Laden
El ataque iba dirigido contra el jefe antiterrorista y casi le cuesta la vida a su esposa
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Beirut, 28 de febrero. El atentado fue una advertencia para los servicios de seguridad del rey Abdullah. Nadie coloca por casualidad una bomba en un automóvil que pertenece a la esposa del principal policía "antiterrorista" de Jordania.
Cuando el vehículo explotó este jueves en Ammán, matando a dos desafortunados comerciantes de comida que pasaban por el lugar, el dedo acusador de la sospecha apuntó, como tenía que ocurrir, en dirección a Osama Bin Laden.
Esto se debe a que 28 hombres que se dice están vinculados con el movimiento fundamentalista Al Qaeda, de Bin Laden, fueron sentenciados en Jordania hace dos años por planear ataques contra objetivos estadunidenses e israelíes que serían perpetrados durante las celebraciones del milenio.
La investigación estuvo encabezada por el teniente coronel Ali Burjak, miembro de la Unidad Antiterrorismo de Jordania, y fue el Toyota de la esposa de Burjak, Yasmin, el que explotó este jueves en Ammán.
La bomba era muy rudimentaria, según la policía -es decir, que no tenía la marca de Bin Laden-, pero el reloj del detonador se ajustó al momento en que Yasmin Burjak sale de su casa, ubicada en el distrito Jebel Ammán de esta capital.
De los 28 hombres sentenciados en 2000, seis fueron condenados a muerte, seis liberados y el resto recibió condenadas de entre siete años y medio y 15 años de prisión con trabajos forzados.
Así, cuando el principal funcionario de la inteligencia jordana aseguró este jueves que el ataque "parece ser un mensaje para el aparato de seguridad jordano, que ocurre en un momento crucial", probablemente estaba en lo cierto.
Si bien Jordania tiene un bajo índice de criminalidad, cualquier violencia tiende a provocar temores que para alguien externo pueden parecer desproporcionados.
Los ataques contra ciudadanos iraquíes e israelíes -y ha habido varios de ellos en los últimos años- tienen serias implicaciones en un Estado que tiene frontera con Irak y en el que los palestinos son más de la mitad de la población.
El intento de asesinato de un funcionario de Hamas por parte de un escuadrón de la muerte israelí, a finales de los años 90, comprobó que Tel Aviv estaba preparado para matar en el territorio de un país con el que ya ha firmado un tratado de paz.
Pero la violencia también puede provenir de las calles. Hace poco más de un mes manifestantes prendieron fuego a una estación de policía en la sureña ciudad jordana de Maan, durante una protesta de cinco horas en la que fueron disparadas armas contra la policía y cientos de automóviles que circulaban.
La multitud, de varios cientos de personas, protestaba por la muerte de un joven de 17 años, un estudiante islámico llamado Suleiman Fanatfeh, quien había sido arrestado por la policía para luego sufrir de una enfermedad misteriosa que, según el Ministerio del Interior, era "fatiga extrema", por la que tuvo que ser hospitalizado y después murió.
"Fatiga extrema" bien puede ser lo que podría sufrir cualquiera que cuestione el accionar de la policía de Jordania. Según un residente de Maan, la policía encontró en uno de los bolsillos del joven una fotografía de Osama Bin Laden.
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Traducción: Gabriela Fonseca