Pide a Madrazo Pintado no caer en triunfalismos, "porque la victoria fue pírrica"

En la elección del 24 de febrero, el gran perdedor fue el PRI, afirma Murat Casab

El partido dejó de ser indispensable para el sistema político, sostiene el oaxaqueño

ROBERTO GARDUÑO

En la elección interna del 24 de febrero "el gran perdedor fue el PRI y a nadie convencimos", sostuvo el gobernador de Oaxaca, José Murat Casab, quien demandó a la dirigencia encabezada por Roberto Madrazo Pintado "no caer en triunfalismos" porque la victoria sobre la planilla de Beatriz Paredes Rangel fue pírrica: "Confrontemos la realidad del partido porque hoy no tenemos la confianza ni la credibilidad de la ciudadanía".

Cuestionado por Beatriz Paredes y su equipo porque Oaxaca fue el principal semillero de votos para la planilla de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, al grado de que, según los paredistas, en casillas donde el padrón registrado superaba los 400 ciudadanos las urnas fueron rellenadas con más de mil 500 sufragios, el gobernante que no se había pronunciado acerca del triunfo de la fórmula Madrazo-Gordillo emitió una declaración tronante sobre lo que considera debe ser su partido:

"Han transcurrido 70 años a partir de que nació el PRI. Fue una organización política que sentó las bases de la política en México y hoy, paradójicamente, el PRI ha dejado de ser indispensable en nuestro sistema político. Esta es la realidad, tenemos que aceptarla. Por eso la militancia y los dirigentes deben trabajar para evitar que nuestro partido se convierta en simplemente historia."

José Murat, quien desde hace meses se pronunció abiertamente por la candidatura de Madrazo, ayer se ubicó como un crítico de los usos y costumbres del PRI.

Antes de aceptar que su partido está en la lona y que la dirigencia madracista deberá iniciar de cero para afrontar las elecciones federales de 2003, Murat arremetió contra Beatriz Paredes y las aseveraciones que le atribuyen a él el relleno de urnas en Oaxaca.

"Credibilidad y autoridad moral son dos aspectos, dos conceptos que le son indispensables al PRI. Autoridad moral y credibilidad son dos términos que a una facción que vivió a la sombra del priísmo hoy no le convienen y anteriormente no le importaron. De ahí la explicación a las actitudes para descalificar los votos en su contra, de ahí la explicación a los adjetivos que utilizaron para denostar a quienes no estuvieron con ellos. De ahí la explicación del porqué perdieron en procesos electorales pasados: el Distrito Federal, la Presidencia de la República, la dirigencia del PRI."

Con dureza, Murat definió que la tarea del Revolucionario Institucional será recuperar la confianza, credibilidad y autoridad moral. Los tres factores, dijo, "que a un grupúsculo jamás le interesaron en un lapso de 20 años. Facción que después de conocer los resultados de la elección del 24 de febrero se dedicó a deslegitimar a la fórmula ganadora y, al mismo tiempo, a nuestra institución política, sin importar las consecuencias que esto le ocasionaría ante la población en general".

La declaración de Murat no dejó espacio a dudas: "En nuestra organización política nadie ganó. Tenemos y debemos reconocer que el gran perdedor fue el PRI".

Esta posición fue sustentada por el gobernador, quien se negó a aceptar que todo por delante serán victorias: "No caigamos en el triunfalismo porque la victoria del pasado domingo 24 de febrero fue pírrica. A nadie convencimos, no nos engañemos, en el PRI tenemos que multiplicar el esfuerzo para recuperar lo perdido. A partir de este momento el partido comienza de cero".

Pidió a la nueva dirigencia que reme contra la corriente ante la proximidad de los procesos electorales de 2003, porque la credibilidad, la confianza y la autoridad moral que requiere el PRI para la confrontación que se avecina, no se adquiere en ningún establecimiento comercial.

"Porque el pasado mediato e inmediato de nuestro partido -democracia inducida, complicidades, amiguismo, impunidad, fraudes, corrupción, protección malentendida, compadrazgos y la ausencia de la militancia- es un lastre que urge dejemos atrás; de lo contrario, el PRI entrará en fase terminal pues con toda esa carga empezará a dejar de ser opción para el elector. Desechemos el neoliberalismo que tanto daño hizo a la nación a través de gobiernos emanados del PRI, pero sin el respaldo de la militancia; acabemos con las prácticas serviles ante el poder, que desafortunadamente distinguieron a quienes en el pasado estuvieron a cargo del CEN. Habremos de observar un giro de 180 grados en la política que se practicará en el PRI".