ENTREVISTA
Moshe Katsav, presidente de Israel
Aislar completamente a Arafat, única forma de frenar la violencia
Tenemos la fuerza y la capacidad para derrotar en este momento al líder palestino, y también la disposición de declarar un cese del fuego en este mismo momento, pero desgraciadamente ello no depende de nosotros sino del presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Si él puede detener la violencia, debe hacerlo, de lo contrario nosotros debemos proteger a nuestros ciudadanos.
GABRIELA FONSECA
La comunidad internacional debe contribuir a poner fin a la espiral de violencia que se vive actualmente en Medio Oriente aislando totalmente al presidente palestino, Yasser Arafat, y presionándolo para que ponga fin a la violencia antisraelí, sostuvo el presidente de Israel, Moshe Katsav.
Arafat, ante todo, no ha cumplido el compromiso que asumió ante Israel en la firma de los acuerdos de Oslo en 1993, de renunciar a ejercer o alentar al terrorismo como instrumento para lograr sus propósitos, afirmó Katsav en entrevista con La Jornada, durante su visita a la ciudad de México.
"Hubo la firma de un acuerdo, hubo un apretón de manos", pero el presidente pa-lestino "jamás cumplió con su promesa", como sí lo hizo el presidente egipcio, An-war Sadat, antes de lograr un compromiso de paz definitivo con Israel, expuso.
Sobre las repetidas incursiones de tropas israelíes en zonas autónomas palestinas, Katsav señaló: "De vez en cuando enviamos a nuestras tropas, pero sin la intención de ocupar los territorios ni destruir la Autoridad Nacional Palestina, pero si tenemos información que nos proporcionan nuestros servicios de inteligencia de que se prepara un ataque terrorista en contra nuestra, en-viamos a los soldados para prevenirlo".
La intervención armada "dura unas horas o unos días, y es para arrestar a alguien o para detener la fabricación de bombas. Arafat no ha hecho nada para detener la violencia; se limitó a anunciar que lo haría. Si él no lo hace, alguien tiene que hacerlo".
Enfatizó, asimismo, que las acciones mi-litares de Tel Aviv en los territorios autónomos palestinos no son en ningún caso "una represalia ni un castigo", sino que únicamente tienen el propósito de prevenir nuevos ataques antisraelíes.
A la pregunta de si Israel está dispuesto a negociar en este punto, debido a que las incursiones y el encierro de Arafat en sus cuarteles en Ramallah no han logrado poner fin a la intifada que comenzó el 28 de septiembre de 2000, Katsav respondió: "La situación es complicada, pero son los palestinos los que tienen que hacer algo drástico para reducir significativamente el derramamiento de sangre. Luego de esto, estamos dispuestos a retomar las negociaciones".
Como consecuencia de la firma de los acuerdos de Oslo, 97 por ciento de la población palestina vive bajo el régimen de la Autoridad Nacional Palestina, apuntó el presidente Katsav.
"Si Arafat detiene la violencia y se reanudan las pláticas de paz, estaría en condiciones de lograr el mayor avance histórico pa-ra su pueblo, pero si esto llega o no a ocurrir depende exclusivamente de él", dijo.
"Tenemos la fuerza y la capacidad de derrotar a Arafat en este momento, y también la disposición de declarar un cese del fuego en este mismo momento, pero desgraciadamente ello no depende de nosotros sino de Arafat. Si él puede detener la violencia, debe hacerlo, de lo contrario nosotros debemos proteger a nuestros ciudadanos", aseguró.
Sensible a los problemas de Palestina
Katsav sostuvo que "la comunidad internacional tiene fuerte impacto e influencia sobre Yasser Arafat. Si ésta le dice que no tolerará más derramamiento de sangre y que sólo si frena la violencia recibirá apoyo para que puedan continuar las negociaciones de paz con Israel, lo hará. Si Arafat sigue alentando el terrorismo, ningún personaje del mundo debería visitarlo, porque el líder palestino no puede ser socio en la comunidad internacional".
Añadió Katsav que "a veces creo que yo, como presidente israelí, soy más sensible a los problemas del pueblo palestino", y aseveró que Arafat no ha dado progresos ni esperanzas a los palestinos, sobre todo en los pasados 18 meses.
Dijo el funcionario que desde que comenzó la intifada, el pueblo palestino sólo ha tenido "desastres, sangre", y que "la imagen internacional de la Autoridad Nacional Palestina es terrible", y que en Palestina "la situación económica va en declive".
Sobre la iniciativa de paz propuesta por Arabia Saudita, que prevé que Israel se retire definitivamente de los territorios palestinos y de Jerusalén oriental y regrese a las fronteras de 1967, a cambio de que el mundo árabe reconozca al Estado de Israel y normalice plenamente sus relaciones con él, Kastav señaló: "La propuesta podría ser buena políticamente, podría llevar a algo o a nada, y podría no ser realista".
Afirmó que una iniciativa de ese tipo "no se presenta dando una entrevista al diario The New York Times, sino que se plantea a las partes implicadas a nivel político, vi-niendo a Jerusalén a entrevistarse con nosotros. Fue así como lo hizo Anwar Sadat".
Recuerda: "El anunció que no habría más derramamiento de sangre desde dos años antes de que se firmara el acuerdo de paz, y lo admiramos por ello. De hecho, en ese tiempo fue más popular entre los israelíes que cualquiera de nuestros líderes."
Aseguró que el príncipe heredero Abdullah lanzó así su iniciativa y ahora espera presentarla formalmente en una cumbre árabe que se celebrará en Beirut este mes, y dijo que después espera que se la presente formalmente a los israelíes.
Unidad ante la adversidad
Katsav indicó que en estos momentos en Israel existe una gran unidad, que se debe en parte a que por primera vez en unos 30 años existe un gobierno de unión nacional formado por una coalición muy amplia (integrada por el derechista Likud y el so-cialdemócrata Partido Laborista, y otras organizaciones políticas pequeñas, algunas religiosas), y que esta unidad se debe al derramamiento de sangre que ha venido pa-deciendo su país.
Consideró que los soldados reservistas que recientemente rechazaron prestar servicio en los territorios palestinos son muy pocos como para hablar de un movimiento significativo en este sentido, y que en cambio el movimiento pacifista israelí ya no está tan dispuesto a dar su apoyo a Arafat porque está decepcionado de su actuación, y que ya no está en contra de Tel Aviv como lo estaba unos años atrás.
Aseguró que esta decepción de los pacifistas israelíes creció desde el momento en que Arafat rechazó la propuesta de paz que hizo hace poco más de un año el primer ministro laborista, Ehud Barak.
A la pregunta de si no es contradictorio que Israel espere que Arafat haga algo contra la violencia mientras se le tiene confinado en Ramallah desde el 3 de diciembre pasado, Katsav respondió: "El derramamiento de sangre no lleva 18 días sino 18 meses, Arafat está en Ramallah desde hace dos meses (sic). Antes de eso no hizo nada en contra de la violencia. Un ministro is-raelí fue asesinado y los asesinos están cerca de él, en Ramallah, y entonces le dijimos que los arrestara y demostrara así que no está alentando la violencia".
La Autoridad Nacional Palestina anunció recientemente el arresto de los asesinos del ministro de Turismo de Israel, Rehavam Zeevi, pero el gobierno de Ariel Sharon exigió su extradición a Tel Aviv.
Katsav agregó: "No estamos en situación de guerra con los palestinos. (El ministro de Defensa) Benjamin Ben Eliezer se reunió con algunos de sus líderes, al igual que el primer ministro Sharon y yo mismo.
Enfatizó que el gobierno de su país continúa el diálogo y la negociación, "pero Arafat debe hacer algo o no puede ser nuestro socio. Intentamos de muchas maneras, fáciles y difíciles, convencerlo de que vuelva a ser nuestro socio de negociación. No queremos derrotarlo, sólo queremos que detenga de una vez la violencia. O es nuestro socio o es nuestro enemigo. El pueblo palestino no es nuestro enemigo".
Al señalársele que las incursiones y la inteligencia israelíes, así como las presiones sobre Arafat, no han logrado el resultado esperado por Tel Aviv, Katsav respondió que en este punto sólo la presión de la comunidad internacional sobre el presidente palestino puede poner fin a la espiral de violencia que sufre la región.