Capturado y ejecutado, soldado de EU que se
creía muerto al caer de helicóptero
"Subestimaron" los militares estadunidenses a sus enemigos,
afirma el gobernador de Paktia
La lucha contra el talibán y Al Qaeda "aún
puede costar más vidas", admite George W. Bush
AFP, DPA, PL Y REUTERS
Gardez, 5 de marzo. Estados Unidos reanudó
hoy los bombardeos sobre las montañas afganas de Gardez, en la provincia
de Paktia, luego del revés de la víspera cuando sus tropas
sufrieron la muerte de ocho soldados y más de 40 heridos en sus
filas, de acuerdo con un nuevo balance emitido por el Pentágono.
Incluso el diario The Washington Post co-mentó
que las tropas estadunidenses enfrentan por primera vez un peligro real
ante las numerosas bajas sufridas en sólo dos días, y que
este escenario sólo es comparable al fiasco del Pentágono
en Somalia en 1993, cuando 18 marines fueron ejecutados por rebeldes
y exhibidos a rastras por la gente en las calles de Mogadiscio, la capital
del país africano.
En paralelo, tres periodistas extranjeros re-sultaron
heridos cuando el vehículo en que viajaban en el este de Afganistán
fue atacado. Dos son de la revista estadunidense Time y un tercero
de nacionalidad francesa.
Los últimos combatientes del talibán y Al
Qaeda anunciaron su determinación de oponer resistencia hasta la
muerte ante la presencia extranjera en Afganistán.
"Lucharemos hasta el último aliento", aseguró
el comandante de las fuerzas sitiadas en Gardez, Zaifullah Mansur, en una
declaración transmitida a la agencia afgana Aip.
Mansur llamó a todos los musulmanes del mundo a
cumplir con su deber de luchar contra los "infieles". Este comandante talibán,
de 30 años, es hijo de un antiguo mujaidín que luchó
entre 1979 y 1989 contra la ocupación soviética en Afganistán.
La agencia Pl afirmó que las tropas estadunidenses
han sufrido en Gardez nueve muertos y no ocho como dice el Pentágono,
al contabilizar que siete tripulantes de un helicópteros M-H-47
Chinook murieron al ser abatido el lunes por combatientes talibanes
y de Al Qaeda, y que previamente otros dos soldados perdieron la vida en
combates en tierra.
En contraposición el comandante estadunidense,
general Tommy Franks, dijo que las fuerzas enemigas habrían perdido
entre cien y 200 hombres en acciones, en alusión a los bombardeos
aéreos, pues el Pentágono re-portó que desde el sábado
la aviación estadunidense ha descargado unas 450 bombas, incluyendo
las mortíferas termobáricas.
Funcionarios militares admitieron después que un
soldado estadunidense, que se creía había muerto al caer
de un helicóptero cuando fue atacado con lanzagranadas en medio
de un combate, fue capturado por combatientes de Al Qaeda y murió
de un balazo.
Neil Roberts, de 32 años y de Woodland, California,
fue filmado por la cámara de un avión de reconocimiento a
control remoto Predator mientras era "arrastrado por tres hombres"
de la red de Bin Laden, dijo el mayor general Frank Hagenbeck, comandante
de las fuerzas terrestres en Afganistán.
Mientras, uno de los militares afganos aliados de los
estadunidenses, Abdul Muteen, admitió que las tropas terrestres
recibieron instrucciones de detener su avance en las cercanías de
la línea de frente a fin de permitir ataques aéreos de los
bombarderos B-52, los jets F-16 y helicópteros artillados.
De ese modo las fuerzas aliadas buscaban reducir la resistencia
de los combatientes rebeldes, que estarían cercadas. Además,
la aviación tuvo que atacar 12 horas para evitar que soldados estadunidenses
atrapados fueran abatidos y pudieron ser rescatados al caer la noche, señalaron
fuentes del Pentágono.
El gobernador de Paktia, Taj Mohammad Wardak, dijo por
su parte que los militares estadunidenses habían "subestimado" a
sus enemigos ya que no pensaban que eran tan numerosos, y que se estaban
reabasteciendo desde zonas tribales al oeste de Pakistán, a sólo
50 kilómetros de Pakistán.
Al tiempo que los cadáveres de por lo menos siete
de los soldados caídos en Afganistán estaban ya en la base
militar estadunidense de Ramstein, al este de Alemania, el presidente George
W. Bush admitió ante sus compatriotas que la lucha contra el talibán
y Al Qaeda "aún puede costar más vidas".
En la operación terrestre Anaconda, en las
montañas de Gardez, participan unos 2 mil soldados, entre ellos
950 estadunidenses, unos 200 efectivos de seis países de la coalición
como Canadá, Australia, Dinamarca, Francia, Alemania y Noruega,
así como unos 800 hombres de las fuerzas locales afganas.
Mientras que los aliados aseguraban que las fuerzas sitiadas
no tendrán escapatoria, ya que "lo que ha cambiado es que hemos
matado a mucha gente" entre los combatientes enemigos, a decir del general
John Rosa, una fuerza especial británica de 50 soldados se halla
en busca del líder talibán Mohammad Omar en el sur afgano.
A su vez, Francia dio un paso adelante en Afganistán
al participar entre el lunes y el martes en los bombardeos aéreos,
en un nuevo paso de colaboración militar con las fuerzas estadunidenses,
y es el único aliado que colabora en los actuales bombardeos, de
acuerdo con un reporte de Afp.
En el informe se señala que los franceses están
en condiciones de unirse a estos ataques porque desde hace días
disponen de dos "bases" en la región: el portaviones Charles
de Gaulle, en el Indico, con 16 aviones Su-per-Etendard, y otra
en el norte, en Manas, Kirguiztán, donde tienen seis Mirage 2000.
En otro ámbito, las organizaciones humanitarias
de Naciones Unidas enviaron a Af-ganistán ayuda para cientos de
familias afectadas por el sismo del domingo, que dejó 71 muertos
y unos 200 desaparecidos, mientras la Organización Mundial de la
Salud busca reunir un fondo millonario para la inmediata reconstrucción
de los servicios médicos.