Crónica Sero
Joaquín Hurtado
Estamos en la reunión del Coesida Nuevo Léon. Discutiremos los preparativos y estrategias para la serie CART, ya que vendrán a Monterrey miles de visitantes extranjeros. El año pasado el municipio sacó una insólita y peligrosa publicidad que trataba de hacernos pasar como los mejores anfitriones del mundo: "Si no traes rastrillo yo te lo presto, así somos los regiomontanos." Esta vez queremos evitar semejantes vergüenzas.
Pero el tiempo se nos va hablando del traspaso de responsabilidades entre Monterrey, municipio panista, y el estado, del mismo partido, para el "control de la prostitución". Esto significa que le han transferido a los Servicios de Salud la certificación de la carne trémula. En las manos del Coesida está la histórica decisión de continuar con las inhumanas pruebas de detección obligatorias o eliminarlas para siempre.
La discusión se alarga. No llegamos a ningún acuerdo. La secretaría estatal de salud insiste en su novedosa propuesta que esconde una trampa: eximirá a los trabajadores sexuales de hacerse la prueba en un solo centro, para evitar la estigmatización. A cambio ofrece su red de clínicas dispersas por toda el área metropolitana, y que los exámenes incluyan una revisión integral de salud. Gato por liebre. O la misma gata nomás que bien checada. Las ONG decimos sí pero no. No mientras las pruebas sean una exigencia para ejercer y una condición para no ser privado de la libertad. Proponemos a cambio capacitación, más capacitación y condones al por mayor.
Nuestra argumentación es sencilla: un certificado de "buena salud" seguirá siendo motivo de corruptelas y extorsiones. Además el costo de la prueba de tamizaje semanal (que el gobierno promete cubrir) arroja una cifra monstruosa. El colmo de la indolencia: dinero a manos llenas para la discriminación pero gotitas para la prevención, menos para cubrir los anaqueles vacíos en las farmacias del gobierno. "Nuestra obligación es sacar al virus de circulación", dice Francisco González, segundo del secretario de salud. "Sólo sacará al virus de circulación encerrándonos, porque da la casualidad que el bicho nomás existe en las personas." Con este descontón ponen fin a la junta.
En esas estamos sin que ninguna parte ceda. El problema es que el gobierno de la victoria cultural tiene que quedar bien con un pueblo ignorante: extirpando a los infecciosos hace creer que ya puso diques al sida. Y todos tan felices. Las nubes se amontonan en el horizonte y se pintan de negro. El autoritarismo de los políticos echará por la borda los esfuerzos civiles, el dolor de tantos años de razzias e infamias.
Caminante, viajero: cuando vengas a Monterrey no salgas a gastar la noche. Podrás ser confundido con la Mesalina. Y ay de ti si no traes el salvoconducto que rece: libre de todo pecado. Amén.