Apoyo explícito de Bush
Tel Aviv pelea una "guerra colonial", réplica
de la que Washington dirige
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Beirut,
8 de marzo. ¿Sesenta y cinco en un día? Esta era la cifra
regular de muertes durante la guerra civil libanesa; el promedio de sacrificio
de vidas en otro conflicto en el que Estados Unidos llamó a la "moderación";
otra guerra en la que Israel pudo hacer volar en pedazos cuadras enteras
de apartamentos con toda impunidad mientras combatía el "terror".
Todavía se nos olvida lo que pasó entonces.
En junio de 1982 los israelíes ejecutaron y enterraron secretamente
a prisioneros palestinos y libaneses en la ciudad de Sidón; jets
israelíes bombardearon hospitales palestinos. Es cierto que se había
instalado artillería antiaérea en el techo de un hospital.
También podemos dejar de lado el romanticismo y reconocer que los
palestinos asesinaron a prisioneros, y torturaron y ejecutaron a árabes
que colaboraban con los israelíes.
Y así, a lo que se ha llegado ahora en los territorios
ocupados y en Israel es a una guerra civil, una guerra entre musulmanes
y judíos, una batalla vergonzosa que se asemeja cada vez más
a la guerra de independencia de Argelia de 1954-62, donde igualmente la
guerrilla se transformó en asesinatos, los asesinatos en represalias,
la carnicería en masacres rutinarias.
No hace mucho ?la Navidad pasada? el primer ministro israelí,
Ariel Sharon, dijo al presidente francés, Jacques Chirac, que los
israelíes "somos como ustedes lo fueron en Argelia", con la única
diferencia de que "nosotros (los israelíes) nos quedaremos".
Y ahí lo tienen. En boca de Sharon, Israel está
peleando una guerra colonial: no una guerra "contra el terrorismo", reproducción
en miniatura de la guerra de Estados Unidos, sino una guerra para colonizar
las tierras árabes con asentamientos para judíos y sólo
para ellos, mientras que los colonizados (que son unos "terroristas", por
supuesto) se alzan en su contra.
Pero, ¿acaso los israelíes deberían
preocuparse? Estados Unidos no hará nada para detenerlos. La prensa
estadunidense habló mucho de las críticas que Colín
Powell hizo de Sharon. Pero leamos lo que Powell realmente dijo. El secretario
de Estado se preguntaba si la política militar de Sharon de matar
a más palestinos funcionaría. Hace un par de días,
uno de sus voceros anunció que "tenemos que dejarle claro (a Sharon)
que no existe evidencia de que esa táctica tendrá éxito".
Esto es, Powell y sus subordinados no estaban atacando a Sharon con el
argumento de que la política israelí es inmoral. No estaban
criticando ni censurando su idea de infligir "más pérdidas"
(palabras de Sharon) entre los palestinos. Era la ineficacia militar de
asesinar a palestinos, no la violación de derechos humanos que eso
implica, lo que los estadunidenses consideraban inconveniente.
Y, ¿por qué deberíamos sorprendernos
de las recientes muertes de paramédicos que se desplazan en ambulancia?
En 1996, un helicóptero Apache israelí lanzó un misil
contra una ambulancia libanesa (debidamente identificable como tal), matando
a tres niños y dos mujeres. Se alegó que una guerrilla de
Hezbollah viajaba en el vehículo. La acusación era totalmente
falsa.
Claro, los palestinos tienen cola que les pisen también;
hay crímenes ante los que deben responder. ¿Quién
decidió que los civiles israelíes deben pagar el precio de
la guerra contra la ocupación? ?pregunta valientemente Hannan Ashrawi.
"Quién les dio el derecho de asesinar a niños israelíes
en las pizzerías? El elemento a destacar aquí es que Israel
es el aliado de Estados Unidos y el presidente Bush no está haciendo
nada para terminar con esta guerra monstruosa. En cierto sentido, su propia
"guerra contra el terror", su matanza de miles de afganos inocentes mediante
bombardeos aéreos, su apoyo a los señores de la droga y la
guerra que ahora gobiernan en Kabul, le han dado luz verde a Sharon para
que emprenda su última ofensiva.
El señor Bush ha permitido al mundo olvidar que
Sharon es el hombre al que una comisión especial israelí
señala como "personalmente responsable" de la masacre de mil 700
civiles palestinos en Beirut en 1982. Pero ahora, tal vez, el mundo empiece
a hacer memoria.
Copyright: The Independent
Traducción: Marta Tawil