Muestra sobre ese arte religioso en la representación
de Quintana Roo en el DF
La iconografía de la Iglesia ortodoxa rusa es
una tradición más didáctica que de culto
Andrei Rubliev, Teófanes el Griego y Simón
Ushakov, máximos exponentes del género
La exhibición incluye 36 tablas en madera con
hojas de oro y 33 objetos de ese credo
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Aunque
poco conocida en México, la tradición iconográfica
de la Iglesia ortodoxa rusa es una de las más antiguas y apreciadas
del mundo. Con una raíz griega y otra bizantina empezó a
desarrollarse en el siglo XII, con la construcción de los primeros
monasterios en la antigua Rusia, donde además de su misión
espiritual desempeñaron un papel vital como centros de cultura y
enseñanza. Fue justo en esos recintos donde se fraguó la
iconografía religiosa rusa, que se ha mantenido viva y productiva
hasta nuestros días, de la cual actualmente se puede ver una muestra
en la sede de la representación del gobierno de Quintana Roo en
el DF.
Algunos historiadores de arte suelen identificar cinco
escuelas de la pintura rusa: la de Kiev o rusobizantina, que es de transición
(siglos XI y XII); la de Novgorod, rusa ya propiamente dicha (siglos XII
al XIV); la de Moscú (siglo XV), la de Stroganov (siglo XVI) y la
escuela de Moscú (del siglo XVII).
De acuerdo con información ofrecida por Marinela
Barrios Otero, directora de Cultura y Relaciones Públicas de la
representación estatal, en la iconografía rusa ''los sombríos
colores bizantinos tienden a desaparecer poco a poco, haciéndose
cada vez más vivos y alegres. Es así como se va consolidando
el estilo ruso, a través de una paleta de colores puros, intensos,
excepcionalmente vibrantes".
Por su parte, el especialista Otto Demus ha escrito que
''en las pinturas de iconos rusos, el dogma bizantino se convierte en oraciones
y la representación se convierte en leyenda. Historias claramente
relatadas sin moral romántica, ascetismo sin martirio, santos sin
demonios, luz sin sombra, visión sin ocultación mística;
estas son las nuevas facetas que surgen en formas cada vez más claras".
Pese a la importancia que la Iglesia ortodoxa rusa da
a la iconografía, cabe subrayar que las imágenes no son objeto
de culto; su función, por así llamarla, es más bien
didáctica y de sensibilización hacia la doctrina.
Virtuosismo y perfección técnica
Uno de los máximos exponentes del arte religioso
ruso es Andrei Rubliev, autor de La Santísima Trinidad, considerada
una de las obras maestras de esta escuela artística. A este nombre,
Barrios Otero agregó los de Teófanes el Griego y Simón
Ushakov: los tres ''fueron las figuras cumbre de este género y sus
obras son una combinación de virtuosismo y perfección técnica".
En la muestra abierta la noche del jueves en la sede de
la representación de Quintana Roo en el Distrito Federal, se exhiben
36 tablas en madera con hojas de oro y 33 objetos que forman parte del
culto religioso, todos producidos por la casa Sofrino, empresa artística
de la Iglesia ortodoxa rusa. Se trata -siguiendo la descripción
de Barrios Otero- de cálices, candelabros, patenas, copones, incensarios,
lámparas y cruces procesionales, profusamente decorados con filigrana
de oro, esmalte, perlas, y piedras semipreciosas, ''con un gusto verdaderamente
exquisito. De manera especial sobresalen los conocidos huevos de Pascua
al estilo de Fabergé, el genial joyero de la dinastía Romanov".
La exposición Iconos -excepcional en un
país donde la Iglesia rusa cuenta con apenas 50 mil fieles -fue
inaugurada en un acto al que asistió el nuevo presidente del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, en lo que parece ser
su primera actividad cultural en esta etapa de su vida política.
Le acompañaba, sonriente y muy de cerca, el escultor Sebastián.
Estuvieron presentes, además, el gobernador de Quintana Roo, Joaquín
Ernesto Hendricks Díaz; el actor Enrique Rocha; el arzobispo de
la Iglesia ortodoxa rusa, Antonio Chedraui; y el representante de la Iglesia
anglicana, Sergio Carranza. A última hora llegó el obispo
de Ecatepec, Onésimo Cepeda.