En la práctica muestra la debilidad de
su autonomía
Necesario, replantear sentido y función de la
UNAM: experto
Directivo de la ANUIES presentó libro sobre la
universidad
JOSE GALAN
La UNAM es frágil en medio de una sociedad y una
autonomía universitaria también débiles, pues en la
práctica se observa la desprotección de la institución
ante actos de poder de miembros de la comunidad y de actores externos.
Javier Mendoza Rojas, director de Estudios y Proyectos
de la ANUIES, afirma en el libro Los conflictos de la UNAM en el siglo
XX -editado por la universidad y Plaza y Valdés- que 90 años
de conflictos, primero como universidad de Estado y luego como autónoma
y pública, enseñan que es necesario replantear el sentido
y las funciones de la institución que mucho ha dado al país
y a sus habitantes.
El autor advierte que la prolongada huelga de más
de 10 meses, de abril de 1999 a febrero de 2000, no fue la primera ocasión
en que la UNAM se vio envuelta en conflictos de grandes magnitudes. En
1929, 1933 y 1944 ocurrieron los hechos que dieron origen a los tres ordenamientos
legales de la institución con autonomía. "Poco, muy poco
tiene que ver la Universidad Nacional de 1910 -año de su fundación-
con la de 2000; muchas y profundas han sido las transformaciones a lo largo
de casi una centuria: de la institución de elite de las postrimerías
del porfiriato se transformó en una institución de masas".
El autor marca ocho etapas en que las características
de la institución y sus relaciones con el Estado y la sociedad sufrieron
variaciones de importancia. En primer lugar, la creación de la Universidad
Nacional, en 1910, con 2 mil estudiantes de clase alta y media alta. Dos
meses después de inaugurada estalló la Revolución.
En lo general, los estudiantes se opusieron al movimiento armado. "La intelectualidad
de la institución no compartió los ideales revolucionarios,
de allí la oposición a Madero, su apoyo al cuartelazo de
Huerta y su lejanía de Zapata".
Pero el acercamiento con Carranza marcó el cambio
de perspectiva de los estudiantes, que con la pacificación veían
nuevos horizontes en su proceso de movilidad social. Las décadas
de los 20 y 30 marcaron una nueva etapa ?fue en 1929 cuando la universidad
obtuvo su autonomía: se inició el proceso de reconstrucción
nacional y se establecieron nuevos pactos entre los gobiernos posrevolucionarios
y la institución en un contexto de relaciones antagónicas.
Esa época, escribe el autor, se caracterizó por enfrentamientos
entre proyectos políticos e ideológicos: por un lado había
una universidad liberal y lejana de preocupaciones sociales que defendía
la libertad de enseñanza y reivindicaba el principio de autonomía,
y por otro, un Estado fuerte, autoritario y corporativo que pretendía
sumar la educación superior a su proyecto político.
Epoca de oro, en los 40
A partir de la década de los 40 arrancó
la "época de oro" de la universidad, en la que hubo plena identificación
de proyectos con el gobierno, en el marco de la política de urbanización
e industrialización del país. Con la llegada de Manuel Avila
Camacho a la Presidencia hubo un viraje ideológico y político
que cristalizó en la supresión de la orientación socialista
de la enseñanza y su remplazo por la ideología de la unidad
nacional. Fue la época en que universidad y gobierno vivieron en
armonía. Con Miguel Alemán, primer mandatario de universitarios
que desplazaron a los generales, se creó la Ciudad Universitaria.
En esa época se desataron los problemas internos
en la institución que dieron luz a la Ley Orgánica de 1944,
así como a los conflictos por aumento de cuotas, que desembocaron
en la renuncia del rector Salvador Zubirán y el movimiento estudiantil
contra el alza de tarifas de transporte público, en 1958.
La década de los 60 fue la del cuestionamiento
acerca del rumbo que estaba tomando el país. Comenzaron a aparecer
los signos de agotamiento de la época dorada, que culminaron con
la matanza de Tlatelolco, en 1968. Fue la época de la masificación
de la universidad, como resultado del crecimiento en la demanda de ingreso,
del surgimiento de ideologías contestatarias, de movimientos antiautoritarios,
del triunfo de la revolución cubana y la difusión del pensamiento
marxista, de la creciente politización y rebeldía de los
jóvenes y de la gestación de nuevos movimientos estudiantiles,
uno de los cuales derrocó al rector Ignacio Chávez, en 1966,
y el que rebasó las fronteras de la universidad y sacudió
al país, en 1968.
A partir de 1970 se inició una nueva etapa con
Luis Echeverría y José López Portillo, quienes luego
de 1968 plantearon una política reformista de corte populista, con
el propósito de reconstruir los vínculos políticos
con los estudiantes y con la intelectualidad. Años de trato político
y económico preferencial a la universidad pública, del surgimiento
de proyectos universitarios "democráticos, críticos y populares",
pero también de la represión del Jueves de Corpus, de 1971,
y del surgimiento y fortalecimiento del sindicalismo universitario.
En 1982 inició la "década pérdida"
y una nueva etapa en la vida de la UNAM. Ese año se desató
la crisis económica más severa que hasta entonces había
sufrido el país. Se puso fin al ciclo de expansión de las
dos décadas anteriores y se transitó por una senda de tenso
equilibrio, burocratización, inestabilidad y debilitamiento de las
funciones de la máxima casa de estudios. Fue la época en
que se inició el viraje en la política de Estado hacia las
universidades ante la carencia de recursos públicos y en la que
se escenificó la movilización del Consejo Estudiantil Universitario
(CEU), en 1986 y 1987, como reacción a las reformas de Jorge Carpizo.
En los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto
Zedillo se cristalizó el viraje en las relaciones Estado-universidad
con el proceso de transformación de las instituciones públicas
para adecuarlas a los retos de una sociedad más abierta e interdependiente
en la esfera mundial. Fue la etapa del impulso a los procesos de evaluación
y la creación del Ceneval, y también en la que se manifestó
la oposición de sectores de estudiantes a las nuevas políticas
aplicadas en la universidad en materia de ingreso, permanencia y cuotas,
y que llevaron al conflicto más complejo y largo del siglo XX: la
huelga iniciada en abril de 1999 y que culminó con la intervención
de la Policía Federal Preventiva, casi 10 meses después.