Ruedan en México La hija del caníbal,
coproducción de Argos, Titán y Lola Films
La empatía es el factor esencial invocado por
Rosa Montero para construir sus personajes
Cuando una película es fiel a la novela, sólo
se trata de un libro ilustrado, afirma
El director Antonio Serrano aporta un matiz de melancolía
y de intimidad, explica
CESAR GÜEMES
Cecilia Roth, ganadora del premio Goya por su papel en
Todo sobre mi madre; Brigitte Broch, postulada al Oscar por la dirección
de arte de Moulin Rouge, y Rosa Montero, autora de La hija del
caníbal (Premio Primavera de Novela en 1997, con más
de 500 mil ejemplares vendidos) se han reunido en México a fin de
participar en la versión fílmica de la obra.
Bajo
la dirección de Antonio Serrano (Nada personal, Mirada
de mujer, telenovelas, y el largometraje Sexo, pudor y lágrimas)
y la coproducción de Argos, Titán y Lola Films, acaba de
arrancar en locaciones mexicanas el rodaje de La hija del caníbal.
La empatía, dice Montero, es el factor fundamental
para construir sus personajes. Esa característica, explica la prosista
española, se mantiene al llevar a la pantalla su historia: ''Antonio
Serrano es un tipo con talento y entendió muy bien el planteamiento.
Lo sé porque he trabajado en cine, sé que es un área
completamente distinta de la literatura y por eso no me interesa que la
cinta sea absolutamente fiel al libro. Cuando dicen que una película
respeta del todo a la novela que le da origen ya sabemos que no es más
que un libro ilustrado. Lo que me parece emocionante es que mi obra le
sirva de pie a un cineasta para su propia obra. Antonio es un realizador
especialmente empático con sus personajes. En Sexo, pudor y lágrimas,
más allá de la comedia, se advierte la emotividad y la narración
auténtica por donde pasa la empatía del director y sus personajes".
Aspiración por la universalidad
-¿Qué te atrajo para que la cinta fuera
rodada en México?
-Todos los escritores aspiramos a la universalidad. La
historia de La hija del caníbal no es privativa de España,
ni mucho menos; es una narración sobre lo difícil que es
crecer para hombres como para mujeres en el mundo occidental.
-Seguramente el hecho está relacionado con el auge
del cine mexicano en la reciente década.
-Sin duda, las productoras Argos y Titán, empresas
jóvenes y con ímpetu, hicieron contacto conmigo y accedí.
Desde luego que antes también se me acercó Lola Films, de
España, pero como su ritmo es más lento, en cuanto hablé
con Argos y Titán el papel de Lola Films fue de coproductora.
-De modo que tus lectores, en cualquier latitud, encontrarán
una historia similar pero no precisamente La hija del caníbal,
no una copia.
-Será algo parecido. He visto el más reciente
guión y se asemeja a la novela en la sustancia. Claro, con buen
criterio para la cinta resaltaron las partes de comedia. Eso es distinto
de la novela porque en un libro se cuenta con un marco muy amplio en el
cual caben incluso elementos históricos que para la filmación
desaparecieron. Aun así, hasta donde alcanzo a ver, la historia
tendrá algún matiz de melancolía y de intimidad que
gusta Antonio Serrano de poner en sus trabajos. Digamos que es una comedia
con lágrimas.
Memoria e identidad
Cecilia Roth, señora en el escenario que se digne
pisar, encarna a la protagonista de la cinta. A propósito de esa
participación Montero explica: ''Es un golpe genial: Cecilia es
una de las mejores actrices del mundo, es monumental. Además, no
la conocía hasta ahora, apenas hace dos días. Hablo de ella
como espectadora. El hecho de que una gran actriz participe me hace sentir
muy feliz. En cuanto al resto del reparto principal también estoy
satisfecha: Carlos Alvarez Novoa está muy bien en su papel, lo mismo
Kuno Bécker, a quien ahora conocí gracias a la película".
Pese a que la adaptación al cine de La hija
del caníbal la ha hecho viajar, Rosa Montero continúa
con la ya larga lista de trabajos literarios que incluyen jóvenes
clásicos como El corazón del tártaro, Amado
amo y Crónica del desamor.
-Desde luego, no has dejado de escribir.
-Por supuesto que no. Tomo notas para una novela que ocurre
en el siglo XII y antes que eso estoy a punto de terminar un libro que
empezó como ensayo literario sobre la memoria y la identidad, pero
que al paso del tiempo incluye capítulos autobiográficos
y de ficción. Es uno de los libros más extraños, pero
también más gozosos que me ha correspondido escribir.