Actualmente representa 60% del PIB: Fernández-Vega

Deuda externa, hiperbomba financiera de México: analista

Asciende a 350 mil millones de dólares, pero Fox dice que ya no es problema para el país, dicen en foro de Casa Lamm

ISRAEL RODRIGUEZ J.

Pese a que el presidente de la República, Vicente Fox, ha asegurado que "la deuda externa ya no es un problema para México", ésta sigue siendo una hiperbomba financiera, lo cual ha provocado una deconstrucción del Estado y de sus principios básicos: fronteras, territorios, riqueza interna y soberanía. Actualmente, el endeudamiento total del país asciende a 350 mil millones de dólares, monto que representa 60 por ciento del producto interno bruto (PIB), y por lo tanto lo hace impagable.

Estos fueron algunos de los planteamientos que se presentaron en la mesa La deuda externa y el desarrollo económico y social de México, organizada por Casa Lamm y La Jornada, en la que participaron Carlos Fernández-Vega y Sergio Rodríguez Lazcano.

Para ilustrar la magnitud del "problema superado", Fernández-Vega subrayó que entre 1990 y 2001, de las arcas nacionales salieron alrededor de 150 mil millones de dólares tan sólo para el pago de intereses del débito público externo, monto dos veces superior al saldo que esa misma deuda reportó en diciembre del año pasado, cuando ascendió a 76 mil 632.1 millones de dólares.

El autor de la columna "México S.A". precisó que sólo en 2001 el gobierno federal utilizó 29 mil 263 millones de dólares para cubrir el servicio de su deuda externa. Destacó que si esos miles de millones de dólares se destinaran a renglones más productivos del quehacer nacional, el gasto gubernamental en educación básica, por ejemplo, podría crecer casi 62 por ciento en un año, mientras que el destinado a enseñanza media superior lo haría en poco más de mil por ciento, y el comprometido en educación superior, en 517 por ciento.

Asimismo, el gasto del gobierno federal en seguridad social podría incrementarse 136 por ciento y las raquíticas pensiones y jubilaciones (en 2001 eran de mil 329.5 pesos mensuales, en el IMSS, y 4 mil 19 en el ISSSTE, como promedio en ambos casos) podrían crecer a niveles dignos.

Carlos Fernández-Vega aseguró que el gobierno del cambio, al igual que sus antecesores, no rozará ni con el pétalo de una rosa a la banca acreedora internacional, ni mucho menos a los organismos financieros mundiales.

Lo anterior, dijo, es alarmante, aunque ahora el presidente Fox nos ilustre diciendo que para México el problema de la deuda es cosa del pasado. La historia no acaba con el débito público externo; hay que sumar el público interno, con 690 mil 469.5 millones de pesos; el IPAB, 80 mil millones de dólares; el Fideicomiso de Apoyo al Rescate de Autopistas, 13 mil millones de dólares, y otros renglones que en conjunto suman más de 350 mil millones de dólares, monto que representa 50 por ciento del PIB.

En su oportunidad, el economista Sergio Rodríguez Lazcano aseveró que si las bombas nucleares tenían un carácter disuasivo, intimidatorio y coercitivo en la Segunda Guerra Mundial, en la actual conflagración ocurre lo mismo con las hiperbombas financieras.

Sirve para atacar territorios y destruir soberanías: Sergio Rodríguez Lazcano

Estas armas sirven para atacar territorios y estados nacionales, destruyendo las bases materiales de su soberanía y produciendo un despoblamiento cualitativo en sus territorios. Este despoblamiento consiste en prescindir de todos aquellos que son inútiles para la nueva economía de mercado, por ejemplo los indígenas.

Pero además, agregó Rodríguez Lazcano, los centros financieros operan, simultáneamente, una reconstrucción de los estados nacionales y los reordenan según la nueva lógica del mercado mundial.

La deuda externa fue una tremenda hiperbomba financiera que cayó sobre México, lo cual ha permitido una deconstrucción del Estado nacional y de sus principios básicos: fronteras, territorios, riqueza interna, soberanía.

Al final, el resultado más impactante es el proceso de privatización del Estado como tal que se expresa en los siguientes rubros: transferencia de soberanía, donde se plasma un proceso doble. Por un lado, entendida en función de las fronteras territoriales, el mercado interno y la soberanía monetaria.

A partir de la Revolución Francesa, el Estado nacional representó la adecuación ideal entre un espacio económico, un espacio social y un espacio político. La crisis actual de los estados nación se debe a una puesta en cuestión de tres elementos. El espacio económico (mercado territorial) está siendo sustituido por los mercados regionales y por una multinacionalidad de las mercancías y del trabajo; el espacio social cada vez se hace más complejo; por ejemplo, millones de mexicanos trabajando en el país, y el espacio político ha capitulado mecánicamente ante esta nueva realidad, las leyes se han adaptado reglamentando una desregulación del Estado para quitarle cualquier característica social.

De esta manera, se crea una nueva triada: espacio económico regional como la Europa unida, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Mercosur, entre otros, y la multinacionalidad del trabajo y la pérdida de soberanía estatal.

Jacques Delors, ex presidente de la Comisión de la Comunidad Europea, lo formuló de la siguiente manera: "el mundo se unifica ante nosotros, y el Estado nación que se creyó mucho tiempo amo de la historia es con frecuencia más testigo que actor de esta formidable mutación".

Los especialistas coincidieron en que lejos de haberse alcanzado una solución definitiva a la crisis provocada por la deuda externa, en un futuro próximo ésta volverá a representar un gran problema para todos los países deudores, en el que México esta incluido.