MONTERREY 2002
Imposible, que un país destine recursos para
pagar y al mismo tiempo se desarrolle
Condonar la deuda externa, única vía
para abatir la pobreza: Soberón Valdés
El Fondo Monetario Internacional debe convertirse en
un órgano democrático en el que todo mundo cuente y no sólo
mande uno, sostiene el presidente del Banco Central de Cuba
BLANCHE PETRICH ENVIADA
Monterrey, NL, 19 de marzo. El presidente del Banco
Central de Cuba, Francisco Soberón Valdés, envía una
señal de cordialidad a la Conferencia Internacional sobre la Financiación
para el Desarrollo que se realiza aquí, a pesar de que su declaración,
el llamado Consenso de Monterrey, claramente apunta a modelos económicos
de libre mercado: "Sin duda es un paso en la dirección correcta",
asienta. Pero también puntualiza que el documento precocinado
que saldrá de este encuentro está aún "muy lejano"
de las expectativas de los países pobres.
Cuba pretende, señala el funcionario en entrevista,
que este foro sea el comienzo de una nueva época. "Más que
aspirar, creo que debemos luchar. Aquí no es cierto el refrán
de que siempre hay más tiempo que vida. El tiempo se nos está
acabando."
A pesar de ser suscriptores del consenso, los cubanos
expresan su disidencia frente a algunos aspectos estratégicos del
proyecto, como el de las condiciones que deberán cubrir los países
que quieran ser beneficiarios de los futuros y aún inciertos flujos
de asistencia.
"Insistir en esos condicionamientos sería uno de
los grandes errores de cualquier proceso posMonterrey. Y no sólo
lo digo yo. En privado he escuchado a muchos países declararse ofendidos
por las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI)".
Consensos aparte, la visión del gobierno cubano
sobre una estrategia para reducir a la mitad los actuales niveles de pobreza
en el mundo, en un plazo de tres lustros, difiere, como la noche del día,
a lo que reza la declaración que será suscrita aquí
esta semana por casi 60 jefes de Estado: reforma a fondo de la banca de
desarrollo internacional a partir de reconocer que los acuerdos de Bretton
Woods son obsoletos; condonación de la deuda externa; abandono de
los "fundamentalismos del libre mercado"; emisión urgente de los
derechos especiales de giro del FMI.
Con todo este discurso que en el marco de la conferencia
nada a contracorriente, Soberón señala que La Habana sí
hará escuchar aquí su voz, "con mucho respeto al punto de
vista de los demás, incluso el de nuestro acérrimo adversario".
Otra visión
Soberón Valdés, quien asiste a la reunión
ministerial sobre el financiamiento para el desarrollo, desglosa lo que
sería la receta cubana en la guerra contra la pobreza:
"Si nos proponemos seriamente resolver este problema hay
que entrarle a fondo a la forma como está organizada la banca de
desarrollo internacional. Todos los economistas serios del mundo, sean
premios Nobel o no, están persuadidos de que no se va a resolver
el problema del desarrollo si no se resuelve primero el problema de la
deuda. No hay que ser científico para saber eso. La deuda asfixia.
Tú no puedes dedicar 30 o 40 por ciento (del gasto) a pagar el servicio
de la deuda y aparte desarrollarte. Imposible. La solución es una
condonación."
Segundo punto. "La institución de Bretton Woods
es ya obsoleta. Surgió de la Segunda Guerra Mundial, con una Europa
destrozada y cuando Estados Unidos era la única economía
de pie en el mundo. Hoy el planeta es distinto y el FMI debe convertirse
en una organización democrática, donde todo mundo cuente,
no donde uno mande. En 1997 los países acordaron realizar una distribución
de 20 mil 300 millones de derechos especiales de giro. La enmienda entraría
en vigor cuando fuera aprobada por las tres cuartas partes de los Estados
miembros, que representan 85 por ciento del total de los votos. Al 15 de
julio de 2001, 108 países estaban de acuerdo. Pero uno no y el protocolo
no entró en vigor. Tú no le puedes decir al dueño
del bar que se tomó un whisky de más. ¿Tú crees
que el mundo puede resolver sus problemas de desarrollo con un FMI que
funcione así? Eso hay que resolverlo."
Tercer punto: "No se puede mantener el fundamentalismo
de mercado que existe hoy. No lo digo con matiz ideológico. Los
gobiernos neoliberales no se pueden meter en nada excepto cuando las cosas
salen mal. Ahí es cuando deben entrar al rescate."
Cuarto punto: "No se puede pedir a rajatabla que se abran
las economías sin ningún tipo de restricción, desprotegiéndose
totalmente. Y no se puede aceptar que la otra alternativa sea reprimir
a quien no está de acuerdo con este proceso."
Hasta esta víspera no se tiene certeza de
quién encabezará la delegación cubana. Como suele
ocurrir en estos casos, la asistencia del presidente Fidel Castro será
la última incógnita en despejarse.
Para los récord Guiness
A pesar de que una cumbre con casi 60 jefes de Estado
es un foro importante para el gobierno de La Habana, el tema de la asistencia
para el desarrollo no le atañe mucho a este país ?"¡y
que se apunte en los récord de Guiness", pide Soberón?, al
que nadie le presta un centavo y no le debe un centavo a ninguna banca
de desarrollo comercial.
"¡Imagínate tú! En 40 años
no hemos recibido ni un centavo y no debemos ni un centavo. No es el caso
de la mayoría de países. Todo lo que hemos hecho lo hacemos
con un gran sacrificio. Y podemos presumir de nuestra infraestructura social:
25 mil profesionales, varias universidades en cada provincia, 2 mil 146
médicos y enfermeras como voluntarios en 14 países de los
más pobres; en Cuba estudian cerca de 3 mil 400 estudiantes latinoamericanos
haciendo alguna carrera, a cargo de nuestro presupuesto.
"Sí recibimos alguna cooperación de pequeñas
instituciones, pero nada que ver con la gran tubería de recursos
que reciben otros países."
Acerca de las resistencias de los países industrializados,
con Estados Unidos a la cabeza, para ampliar los márgenes de ayuda,
el ministro cubano opina que si bien los problemas del mundo no se van
a resolver solamente con la asistencia de los países ricos, éstos
al menos deberían cumplir con el compromiso que se hicieron de 0.7
(del producto interno bruto), que es muy poco. "No es una limosna, hay
obligación histórica de los países ricos con los países
pobres. Que nuestra memoria no sea tan débil. No hay que olvidarse
del colonialismo, el neocolonialismo, las guerras y el trato desigual."
Varias de las normas de buena conducta que se imponen
en el Consenso de Monterrey para los países pobres contravienen
la naturaleza del sistema cubano. Soberón Valdés advierte
sobre la deformación que entraña el hecho de que un grupo
muy pequeño de tecnócratas y funcionarios de las instituciones
financieras internacionales determine si un país está cumpliendo
o no. "Lo que habría que preguntarse es quién los erigió
a ellos en tribunal."
Pero como parte del protocolo que se impondrá en
estos días, agrega: "Me gustaría inferir que en algunos párrafos
del consenso se toman en cuenta las condiciones particulares de cada quien.
Hacia ahí debemos reforzar la comprensión del proceso de
Monterrey."
Al director del Banco Central de Cuba no le preocupa,
asegura, que el "consenso" apueste fuerte al libre comercio, a los bloques
comerciales y en particular para América Latina al Acuerdo de Libre
Comercio (ALCA), del cual Cuba está excluido.
"Damos gracias a Dios de estar excluidos. Para nosotros
es un proceso de absorción por parte de Estados Unidos de los países
de América Latina. Nuestra posición está definida
históricamente. Optamos por un camino determinado y pagamos el precio
que hay que pagar. Y lo pagamos con gusto. Como decía Abraham Lincoln,
right makes might, lo justo te hace poderoso. Ojalá que los
estadistas latinoamericanos tengan la sabiduría de no dejarse llevar
por los cantos de sirena."