Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 21 de marzo de 2002
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Las menores cumplieron ya tres años de vivir con otra familia que no es la suya

Continúa el pleito legal entre las mamás de las niñas que fueron cambiadas en un hospital de Sinaloa

En el caso, una de las progenitoras quiere recuperar a su hija y la otra no

JAVIER VALDEZ Y JUDITH CALDERON GOMEZ CORRESPONSAL Y REPORTERA

Culiacan, Sin., 20 de marzo. Este jueves cumplen tres años las niñas que fueron cambiadas a sus mamás por un error en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de esta ciudad. Las menores aún continúan lejos de sus madres biológicas, creciendo con otra familia que no es la suya.

Caridad Gutiérrez Peinado y Carmen Olimpia Montaño sólo esperan el fallo del quinto tribunal colegiado del 12 circuito, con sede en Mazatlán, donde les adelantaron que la resolución no pasaría de marzo.

Las dos pruebas de ADN que confirman el error de la entrega de cada niña a una mamá equivocada, y las cuales fueron realizadas por especialistas del instituto y de la Procuraduría General de la República (PGR), fueron rechazadas por Gutiérrez Peinado quien se resiste a devolver a Gabriela, la bebé que le entregaron después del alumbramiento, pese a que a los dos meses conoció también del resultado de la pericial genética que mandó hacer el IMSS en el hospital regional número uno, donde ocurrieron los hechos.

La confusión se originó cuando la enfermera Adriana Avena Nájar entregó a una de las niñas a quien no era su mamá. Más tarde su compañera de trabajo Elia Ramírez Cepeda quiso enmendar el error, pero confundida ante la oposición de una de las gestantes, quien no quiso regresar a la niña, decidió intercambiar las pulseras de identificación de las bebés en los cuneros.

Hasta el momento el IMSS no ha cubierto indemnización alguna, como lo exigió una de las afectadas, y el asunto continúa en tribunales.

El organismo se respalda en una carta que hizo firmar a las gestantes de que se estaban llevando a las bebés posiblemente intercambiadas.

Gutiérrez Peinado, de 45 años, defiende a la bebé Gabriela como si fuera su hija, y nunca ha pedido que le entreguen a la niña que ella gestó, de nombre Saraí.

En contraparte, Olimpia Montaño insiste en que aunque atiende a Sarahí siempre está pensando en cómo estará la otra niña, por eso inició el juicio en contra de Caridad para exigir que le devuelvan a quien ella trajo al mundo.

Caridad Gutiérrez se negó también a acatar el fallo del juez Isidro Nájar Núñez, quien hace siete meses sentenció que las niñas debían ser devueltas a sus verdaderas madres.

Decidió ampararse y acudió a la justicia federal para evitar devolver a Gabriela.

Pese al tiempo transcurrido, Carmen Olimpia no se da por vencida. Pidió que se anulara el acta de nacimiento de Gabriela, en la que Caridad Gutiérrez Peinado y Gabriel Bastidas Covarrubias aparecen como sus padres, y el juez Isidro Nájar Núñez lo ordenó también en su sentencia.

También ha cumplido con la promesa de no registrar a la pequeña Sarahí porque sabe que no es su hija.

En este conflicto ha tenido una participación fundamental el abogado Ricardo Arnulfo Mendoza Saucedo, quien desde que asumió el caso no ha cobrado honorarios, pues indica que este es un asunto humano y no un negocio.

El encuentro se dio cuando tenían dos años y medio

Las niñas tenían dos años y medio cuando se dio la primera cita.

Caridad Gutiérrez aceptó que fuera en un templo cristiano. Días después, Carmen Olimpia lloraba de emoción al platicar que por fin había conocido a su hija biológica, Gabriela incluso comentó que la pequeña Sarahí, a quien ella ha criado, se parece mucho al primer hijo que tuvo Caridad y que tiene más de 10 años.

Pero con el paso de los meses resurge el desaliento, y Carmen Olimpia dice que la adversidad la agota y entristece, que la angustia la hace comer de más y ha subido 25 kilos. Ha enfrentado también momentos de distanciamiento con su esposo, Humberto Figueroa, quien está desempleado, y sobreviven con mil 600 pesos mensuales que ella recibe por ayudar a su hermana.

Por su parte, los defensores de Carmen Olimpia se muestran optimistas. Ricardo Arnulfo Mendoza confía en que el fallo salga favorable "suman ya tres años desde que empezó el conflicto y creo que el hecho de que se tarde tanto en resolver implica sin lugar a dudas que en nuestro país es demasiado lenta la justicia".

Su compañero de despacho, Julio Lozano, comentó: "Tenemos confianza en que el fallo sea positivo y que las niñas sean entregadas a sus respectivas madres".

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