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Jueves 21de marzo de
2002 |
Opinión La nada: su existencia o negación n Alfonso Simón Pelegrí |
Ya en la época de
Parménides se venía diciendo que la nada, en cuanto no
es, no se puede conocer ni expresar. Esta tesis sería
apoyada por Georgias, el cual afirmó "que la nada
no es, porque si existiera sería al mismo tiempo no ser
y ser". Más adelante, con el cristianismo, esta
idea de la nada se maneja entre los teólogos a partir de
Scoto Erígena, el cual afirma que Dios está mucho más
allá de toda sustancia -es superescencia, nos dice- y la
nada consiste en "la negación y la ausencia de toda
esencia o sustancia, y por lo tanto de todas las cosas
usadas en la naturaleza". De ahí que identifique a
Dios con la nada, en cuanto ésta -por recurrir a un
grafismo en una reducción al absurdo- sería como una
hoja en blanco sin papel. Los místicos, por su parte, llevan a la praxis esta apreciación de la divinidad en su vía negativa cuando recurren al "no es eso, no es eso", para un rastreo amoroso, por exclusión de las criaturas terrenas "¡Apártalos, Amado,que voy de vuelo!" -nos dice Fray Juan de la Cruz en su Cántico espiritual. Este "no es" de los místicos en su búsqueda amorosa de la unión divina ya venía siendo sustentado en el terreno metafísico por Platón, el cual consideraba la nada como alteridad o negación; no existe, pues, una nada "in se", la cual reduce Kant a la negación de todo objeto: supuesta "objetividad" que fuera sustentada en el siglo IX por Fredegiso de Tours, el cual afirmó que (...) "si alguno dice que le parece que la nada no existe, esta misma negación le llevará a reconocer que la nada es algo desde el momento en que dice: 'Me parece que la nada es nada, equivalente a decir, me parece que es algoÕ". Consecuentemente, un objeto; algo de lo cual se trata. Razones obvias de espacio me impiden seguir en este tema. De otra parte, se me ocurre que para salir de este laberinto especulativo habría que sustituir a la metafísica convencional por una metafísica poética. Ya Antonio Machado nos decía que todo poeta presupone una metafísica. Oigamos al autor del Cancionero Apócrifo de Juan de Mairena: "Dijo Dios: Brote la nada. Y alzó la mano derecha hasta ocultar su mirada. Y le quedó la nada hecha." |