Jueves 21 de marzo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n Padecen el "infantilismo" de gobernadores
El control económico, amenaza a las CDH: dicen ombudsman

Fabián Robles Medrano n

El control económico que ejercen los gobiernos federal y estatales sobre las comisiones de derechos humanos es la principal amenaza que éstas enfrentan para lograr una plena autonomía. Incluso, se dan casos, en algunas entidades, donde las autoridades en turno los han dejado prácticamente "en estado de inanición", coincidieron en señalar ombudsman del país, quienes participaron en la clausura del Foro Nacional "Organismos autónomos: bastiones de la democracia".
José Luis Soberanes Fernández, presidente de la CNDH, y los titulares de las CEDH de Querétaro y Tlaxcala, Bernardo Romero Vázquez y Serafín Ortiz Ortiz se pronunciaron a favor de terminar con esa dependencia económica de los gobiernos y porque éstos no consideren como un enemigo a los ombusdman "que únicamente sirven como contrapesos del poder".
Soberanes Fernández -quien participó como orador central en el último día de trabajos de ese foro, efectuado en el Teatro Universitario- expuso que la autonomía de este tipo de organismos "es incipiente, está en pañales, pues falta mucho por acotar en el campo de acción". Ejemplo de ello, apuntó, es que sólo la mitad de las entidades federativas tiene una comisión estatal de derechos humanos autónoma.
Expuso que de las tres autonomías constitucionales que existen en el país -la del Banco de México, la del Instituto Federal Electoral (IFE) y la de la CNDH-, es la correspondiente al organismo defensor de las garantías individuales la que está más amenazada y, por ende, es más vulnerable.
Enseguida enumeró las amenazas que penden sobre estos organismos: la dependencia económica, la denostación pública que hacen las autoridades de los ombudsman, la pretensión del gobierno para arrogarse facultades de los defensores de derechos humanos, "y la tentación que tenemos de ir más allá de la ley o de actuar al margen de ésta. Porque muchas veces los mismos ombudsman somos enemigos de nosotros mismos y queremos montarnos en la ley, en vez de ir al parejo de ésta".
Posteriormente, en entrevista, el presidente de la CNDH denunció que "hay algunos servidores públicos, no el presidente de la República evidentemente, quienes no ven con simpatía nuestro trabajo". Sin embargo, José Luis Soberanes no quiso dar más detalles al respecto: "quisiera dejarlo en términos generales para no suscitar polémicas... ellos saben quiénes tratan de denostar nuestro trabajo y de contrarrestar nuestra acción. En las entidades muchas veces las comisiones estatales tienen un enfrentamiento con los gobernadores por esta misma razón".
Consideró que el hecho de que el jefe del Ejecutivo federal ya no intervenga en la designación del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos "es importante porque quita presiones y compromisos, aunque en el Poder Judicial siempre ha habido reticencias para aceptar la figura del ombudsman; no nos ven con simpatía, sino como una competencia desleal, aunque nosotros no obstaculizamos las funciones de ese poder".
Soberanes Fernández sentenció que "se necesita mucha madurez política para no ver a estos organismos como el enemigo a vencer, pero en ocasiones parece que (quienes ostentan el poder) están cayendo en el infantilismo político".
Un ejemplo de esa situación la denunció en este foro el presidente de la CEDH de Querétaro, Bernardo Romero Vázquez, quien reveló que el gobernador de esa entidad, Ignacio Loyola, "nos tiene maniatados" porque este año recortó el presupuesto para el organismo, bajo la máxima lopezportillista de "no doy para que me peguen. Tampoco está de acuerdo con las denuncias que hacemos sobre casos de tortura, pues afirma que los delincuentes merecen un zape, pero no se da cuenta que no defendemos criminales sino la legalidad y evitamos que el Estado se exceda en sus funciones".
En su oportunidad, el ombudsman tlaxcalteca, Serafín Ortiz Ortiz, expuso que los "jinetes del Apocalipsis" que atentan en contra de estos organismos no son otros más que el autoritarismo, la radicalización, las actitudes etnocéntricas "de quienes siempre quieren tener la razón", la práctica de actos ilegales y el ejercicio de la violencia "que es el peor de los jinetes (...) porque el castigo se ha desterrado del mundo moderno y ningún Estado contemporáneo encontraría justificaciones para la irrogación del mal. Por esta razón, la intervención del ombusdman tiende a la atenuación de cualquier cualquier práctica de violencia, incluso sueña que algún día se elimine de la vida social".