Impulsan PRI, PAN y PRD iniciativas que ahorrarían
$1,200 millones en 2003
Buscan senadores reducir el costo de la democracia
ANDREA BECERRIL
Las tres principales fuerzas políticas del país
presentaron ayer conjuntamente dos iniciativas encaminadas a reformar la
legislación electoral para disminuir de manera sustancial los recursos
públicos destinados al financiamiento de los partidos políticos,
transparentar su uso y evitar que agrupaciones sin representatividad real
se beneficien del erario y se conviertan en negocios familiares.
Las
medidas, que senadores de PRI, PAN y PRD calificaron de intento por ''reducir
los costos de la democracia mexicana'', representarían tan sólo
en las elecciones intermedias de 2003, un ahorro de mil 200 millones de
pesos. La propuesta, que seguramente se aprobará en este periodo
de sesiones, dado el acuerdo, incluye asimismo fortalecer las facultades
del Instituto Federal Electoral (IFE) para fiscalizar a los partidos políticos.
La nueva reforma electoral incluye también medidas
para restructurar las alianzas, de tal forma que los votos de los partidos
coligados se contabilicen por separado y los cómputos en las casillas
sean de manera diferenciada, para que sólo los partidos con al menos
2 por ciento de la votación conserven su registro.
En tribuna, el senador del PAN Jorge Zermeño subrayó
que el Código Federal de Procedimientos Electorales (Cofipe) omitió
diferenciar los procesos intermedios, en los que sólo se renueva
la Cámara de Diputados, con la elección presidencial y de
Congreso, lo que ha significado ''un financiamiento desproporcionado para
los partidos políticos''.
Esa distribución de recursos ha provocado una situación
anómala, pues ''entre menos votos obtiene un partido, mayor es el
financiamiento que recibe'', agregó Zermeño, y detalló
los cambios propuestos mediante las iniciativas para reformar la Constitución,
el Cofipe, el Código Fiscal de la Federación y la Ley de
Instituciones de Crédito.
Actualmente, del total de recursos públicos destinados
a los partidos políticos, 30 por ciento se distribuye de manera
igualitaria y el 70 por ciento restante de manera proporcional al número
de votos. La reforma de PRI, PAN y PRD propone que se reparta sólo
20 por ciento entre todas las fuerzas políticas y 80 por ciento
con base en la fuerza de cada uno.
Otra modificación toral va encaminada a reducir
el financiamiento público a los partidos y las agrupaciones de nuevo
ingreso en 50 por cierto. Es decir, de 2 por ciento que ahora indica el
Cofipe a uno por ciento. Tanto el panista Zermeño como el senador
del PRI José Antonio García Torres y el perredista Demetrio
Sodi aseguraron que la reforma no va dirigida contra algún partido
en especial.
''Con el uno por ciento se garantizan recursos suficientes
para que los partidos de nueva creación acrediten su presencia y
respaldo ciudadano, y que con esta medida deje de ser la solicitud de registro
una especie de botín para quienes no tienen presencia ciudadana".
Con la restructuración del sistema de coaliciones,
precisó García Torres, no se pretende cerrar el registro
a nuevos partidos, sino cumplir cabalmente con la ley.
Sodi de la Tijera, a su vez, destacó que muchos
de los partidos mantuvieron el registro por la vía de un acuerdo
político y en adelante tendrán que ir directamente a las
urnas para conseguir el voto del electorado.
Sodi advirtió que de no hacer esta reforma electoral,
el costo del financiamiento a los partidos políticos se irá
elevando cada vez más. En 2000, durante la elección presidencial,
el financiamiento público a los partidos fue de 2 mil 500 millones
de pesos y el próximo año será de unos 4 mil 800 millones
de pesos. ''Es decir, el doble, lo cual será justificadamente criticado
por la población de un país en crisis, que requiere ese dinero
para salud, educación y otras áreas prioritarias".
Expuso también que el costo de las elecciones se
multiplica por el número de partidos reconocidos. En 2000 eran cinco,
ahora son ocho, y de darse otros registros ?hay diez que lo están
solicitando? "habría un aumento escandaloso en el porcentaje de
financiamiento".
Las modificaciones, precisaron los legisladores, entrarían
en vigor después de las elecciones de 2003, por lo que todos los
partidos se someterán al escrutinio ciudadano y el resultado determinará
los montos de financiamiento público que se habrá de recibir.
Además se propone fortalecer las facultades del
IFE a fin de de que, en colaboración con la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, verifique operaciones mercantiles realizadas por
partidos y agrupaciones políticas nacionales.