Debido a la cultura patriarcal dominante, el liderazgo femenino es poco aceptado

Aumenta en México el número de familias encabezadas por mujeres

Persisten, de acuerdo con documento del INEGI, graves diferencias salariales según el género

ANGELES CRUZENVIADA

El paulatino incremento en el número de mujeres que son jefas de familia en México no es resultado de un reconocimiento explícito de su liderazgo. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el país prevalece una cultura patriarcal. Los hombres acceden a la jefatura del hogar cuando se unen en pareja, mientras que las mujeres lo hacen en ausencia del hombre, cuando éste muere o una vez que se han separado.

La investigación Mujeres y hombres 2002 asegura que la tercera parte de la población mexicana es soltera. Quienes deciden casarse lo hacen en promedio a los 22 años las mujeres y 24 los hombres. El divorcio ocurre 10 años después del matrimonio, es decir, cuando los cónyuges tienen en promedio 32 y 34 años, respectivamente.

Esta información destaca que entre los 20 y 39 años de edad, 67.8 por ciento de las mujeres y 64.8 por ciento de los hombres viven en pareja, mientras que en edades posteriores, esta proporción cambia a 64.7 y 84.3 por ciento.

De acuerdo con el estudio esto se debe a que los hombres tienen una mayor tendencia que las mujeres a contraer segundas o más nupcias, además de que generalmente mueren antes que su pareja. En consecuencia, el hecho de que cada vez exista un mayor número de hogares dirigidos por mujeres se debe principalmente a la disolución matrimonial, más que a un reconocimiento expreso del liderazgo de la población femenina.

De los 22.6 millones de hogares que existen en el país, 4.7 millones son encabezado por una mujer (en 1990 eran 2.8 millones), quienes en su mayoría son viudas, divorciadas o separadas (seis de cada 10 en los tres casos), mientras que las jefas solteras, casadas o en unión libre son 4.5 y 8 de cada 10, respectivamente.

Para el INEGI, un hecho que muestra la prevalencia de la cultura patriarcal consiste en que los hombres acceden a la jefatura del hogar uniéndose. El 80 por ciento de ellos está casado. Mientras, las mujeres lo hacen en ausencia de varones, generalmente por separación (20 por ciento), divorcio (6.7 por ciento) o viudez (33 por ciento).

En general, las mujeres jefas de familia enfrentan una situación más complicada que los hombres, empezando por el hecho de que tienen menos ingresos económicos. Mientras que los hombres obtienen en promedio 6 mil 470 pesos al mes, las mujeres logran 4 mil 658 pesos en el mismo periodo, es decir, 28 por ciento menos.

Al desglosar la información entre la población urbana y rural se tiene que, en el primer caso, las mujeres ganan 32 por ciento menos que los hombres (5 mil 239 pesos contra 7 mil 640). En las áreas rurales la diferencia es de 28 por ciento, porque las mujeres perciben mil 981 pesos contra 2 mil 771 de los hombres.

Por otra parte, destaca la manera en que invierten esos recursos. En términos generales, la prioridad tanto de hombres como de mujeres son alimentos, bebidas y tabaco (30.1 por ciento y 32.7 por ciento). Para las mujeres le sigue en importancia lo relativo al transporte (16.1 por ciento), la vivienda (12.3 por ciento), la educación y esparcimiento (11.2 por ciento), su cuidado personal (8.4 por ciento), el vestido y calzado (6.2 por ciento).

Los hombres, por su lado, gastan primero en transporte (18.5 por ciento), luego en educación y esparcimiento (12.9 por ciento), en vivienda (11.4 por ciento). Enseguida se ubica lo relativo a su cuidado personal (9.5 por ciento) y al final vestido y calzado (5.8 por ciento).