Diego Rivera: admiración por los juderos
Diego Rivera fue fiel amante de la cartonería mexicana. Autor y coleccionista de diversas figuras que consideraba objetos plásticos de valía, contaba a los judas entre sus personajes favoritos.
Carmen Caballero Sevilla, cartonera en la ciudad de México, se convirtió en la ''judera de cámara" del muralista, quien aseguraba que esta artesana popular tenía un enorme potencial de ironía. Rivera admiraba a los juderos por ser ''artistas anónimos, populares, folclóricos y artesanos".
El gusto de uno de los principales representantes de la plástica mexicana por el arte popular derivó en una colección de judas, calaveras, alebrijes y otras figuras de cartón que hoy forman parte del acervo del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
En esta colección se incluyen 38 judas, 72 calaveras, siete muñecas y algunos alebrijes.
Pero Rivera no se conformó con tener al personaje de cartón, también lo transportó hasta sus cuadros. El estudio del pintor y El niño Efrén José Antonio del Pozo a los doce años, son dos muestras al respecto.
Uno de los más destacados pintores mexicanos de la posrevolución consideró, no obstante, que Rufino Tamayo era el artista que más debía a los judas, de los que hubo aprendido ''forma y color". Alguna vez rememoró que Tamayo, con riqueza valiente y gran honestidad, improvisó una exposición en un local comercial vacío de la avenida Francisco I. Madero. Colocó pequeños judas colgados de trecho en trecho entre sus telas.
ANASELLA ACOSTA NIETO