Programa que se transmite hoy por Canal 22
Mozart en Turquía, reflexión sobre
el espíritu del músico
Sir Mackerras dirige a la Scottish Chamber Orchestra
Montaje en Estambul de su ópera El rapto del
serrallo
PABLO ESPINOSA
Un
equipo de filmación se propone una aventura fascinante: grabar los
preparativos, ensayos, prolegómenos y entretelones de una puesta
en escena fabulosa: El rapto del serrallo (Die Entführung
aus dem Serail), ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, en el mismísimo
Palacio Topkapi de Estambul. El resultado es aún más fascinante:
Mozart en Turquía, programa que se transmite hoy a las 22
horas por Canal 22.
Al frente de operarios, camarógrafos, maquillistas,
escenógrafas y uno que otro claque, el director de escena Elijah
Moshinsky filma, con pietaje de fan hiperpicudo, todos y cada uno
de los detalles de esta experiencia operística digna de faquires.
Vemos al inicio el viaje en barco y enseguida un breve salón de
ensayos con piano en el trance de elegir intención de canto, delineamiento
de actitudes actorales, las inflexiones vocales necesarias para dar vida
a la partitura mozartiana.
Eros-música, una simbiosis
La batuta es de lujo: sir Charles Mackerras, al igual
que el elenco: la soprano Yelda Kodaly presta su persona a Konstanza, mientras
Paul Groves encarna a Belmonte; Desirée Rancatore es Blonde, mientras
Peter Rose interpreta a Osmin, uno de los más profundos caracteres
operísticos jamás concebidos, de acuerdo con un consenso
aplastante entre operópatas, operómanos y meros mortales.
Ah, la hermosa masa orquestal corre a cargo de la Scottish Chamber Orchestra.
Pero no se trata de la filmación de una ópera
ni de las chucherías del tipo ''cómo se filmó". Es
en cambio una reflexión amena, oportuna y generosa acerca del verdadero
arte del canto, de la naturaleza profunda del teatro y de la belleza de
uno de los espíritus más intensos que han pisado tierra,
el de Volfi Mozart.
Solamente un aspecto queda en descobijo en este estudio
fílmico: la oportunidad inmejorable de acercar el universo del Eros
a la gracia delicada de la música de Mozart, unidad que está
manifiesta en todas las partituras del genio de Salzburgo pero que pocos
identifican.
Escandalizar a las buenas conciencias
En el filme que nos ocupa, el tema se queda limitado a
una tímida crítica, aunque muy certera: la mera mención
de la palabra harem escandaliza a las buenas conciencias. El acierto en
este caso es que el narrador en este filme hace mención irónica
a ''las fantasías cristianas acerca del harem".
La tara cultural que ha significado el cristianismo y
sus secuelas de control mediante la culpa quedan manifiestas en cualquier
ejemplo. Tomemos un diccionario, el Grijalbo:
Harén (o harem) (voz ár., ''lugar vedado'')
m. Designa la zona de la casa en la que viven las mujeres y a las mujeres
que en ella viven.
Del mismo diccionario:
Serrallo (del persa saray, ''palacio'') m. Harén
musulmán, esp. En el ant. Imperio turco. // Cualquier sitio de libertinaje
sexual.
Caracoles. Pero en contrapartida, el ejemplo más
nítido está en la música de Wolfgang Amadeus Mozart.
Su transparencia lleva atada, como el ángel Cupido su carcaj,
la expresión más exquisita y pura de Eros y su contraparte
y complemento: Thanatos.
Eso queda también de manifiesto en Mozart en
Turquía, cuyos alcances incluyen el descubrimiento de otra agua
tibia: Wolfangus Amadeus Mozartus era tan grande como William Shakespeare
en eso de retratar en teatro al ser humano. Los comentarios de los expertos
consultados, pero el rendimiento actoral y sobre todo el musical acentúan
el aserto.
La intuición, ese don angélico, guió
la estancia terrenal de Volfi Mozart. En su ópera El rapto
del serrallo hace gala de tal gol metafórico con un estudio
acerca del amor, tema caro en todas sus obras, a pesar de un guión
limitado pero que le permitió, a los 25 años de edad, resolver
algunos apuros económicos y conciliar, por otra parte, el amor con
Konstanza, su mujer.
Pulsiones tanáticas
A las delicias de Mozart en Turquía, programa
que se podrá disfrutar hoy a las 10 de la noche, luego de degustar
el gran periodismo cultural del programa Luz Verde, que inicia a
las nueve, también por Canal 22, compartimos una recomendación
discográfica: Mozart l´egytien (Virgin Classics, 1997),
joya en disco compacto que entrepierna, entreteje y entresueña la
música de gran pulsión erótica de Mozart con la música
de gran pulsión erótica de las mil y una noches, que alejan
y compensan ?el filósofo Perogrullo dixit? las pulsiones
más tanáticas.
Entre las maravillas que pueblan el disco Mozart l´egyptien
figura una canción de cuna egipcia, cantada en esa lengua que no
es otra que la canción de cuna que le cantaba, en alemán,
su nana austriaca cuando bebé y que el niño Mozart, a edad
adulta, transcribió de memoria como cuna a su vez de numerosas partituras.
¿Qué más se puede decir ante música
tan prodigiosa? ¡Larga vida a Volfi Mozart!